Hace dos años me declare a Ruben. Hoy es mi cumpleaños. Ha dejado de verme. Lo ultimo que escuché de él fue un "Volveré a Noruega", la respuesta a mi declaración.
Aún lo recuerdo bien claro. Sus gestos serios y su mirada perdida.
Como dije antes hoy es mi cumpleaños, pero estoy tirada en cama. Con unos putos 24 años.
"Estudia en el extranjero" decían, "será divertido" decían.
Mangel me llamó para felicitarme y que armará una fiesta en su casa para celebrarlo.
A cada notificación que recibo siempre pienso que es Rubén, pero no lo es... Dos años sin noticias, solo sus videos en YouTube. Lo bueno es que se lo ve feliz.
Me bloqueo de todos lados.
Mi amiga vino a mi casa hace media hora con un cupcake y una vela en medio. Me ha hecho soplarla y pedir un deseo.
"Quiero volver a verlo".
Y ahora sigo aquí. En mi cama, pensando en si los deseos de cumpleaños son verdaderos.
Cuando ya me canse de estar tirada como ameba decidí salir. Quería ver si podía encontrar algo bonito para esta noche, como unos jeans y una blusa bonita. Y quizás un corte de cabello.
Al volver a casa me encontraba con una bolsa de una tienda de ropa, mi blusa. Me di cuenta que lo que quería en mi pelo podía hacerlo yo misma.
¿Los jeans? No me gustaron los que miré. Igual, tengo unos casi nuevos. Casi.
Me fui a dar una ducha de agua tibia. Mientras me bañaba jugaba a hacerme peinados raros porque... ¡uno tiene a su niño interior!
Una vez terminé de jugar decidí cambiarme y arreglarme para salir a la casa de Mangel y mis amigos.
Al salir del edificio me di cuenta de que dejé mi dinero en casa, a la mierda el dinero, iré caminando, igual no queda tan lejos, ¿verdad?
Retiro lo dicho, si estaba lejos. Nunca mencionen la frase "¿Qué podria salir mal?", siempre ocurre algo mal.
Había llegado con el alma en la boca. Que bueno que me puse unas chatitas. Si hubiese usado tacos seguro no estaría aquí.
Toqué el timbre y en unos segundos se escuchó la voz de Mangel.
-¿Holah?
-Mangel, ya llegué. Vine temprano para ayudar.
-¿Peroh quéh coñoh? Te he dichoh queh vinieséh máh tardeh
-Mierda, niño, dejame entrar...
-A tu vidah y a tu corazoooóh
-¡MANGEL!-.Reí un poco-
-Ya, ya-.Bufó y colgó-.
La puerta hizo un sonido y la abrí. Caminé hacia el ascensor y marque para que venga uno. Será infeliz, que no me importa si es mi cumpleaños quiero ayudar igual.
Esperaba a que el ascensor bajara y cuando el que yo toque llegaba, uno a mi lado se estaba abriendo de puertas. Intente ir hacia el ascensor pero me choqué con una persona.
-Lo siento mucho... -.Dice un poco cabizbajo, su capucha no le dejaba ver el rostro. No le di mucha importancia, pero su tono de voz era extraño.
-No importa, esta todo bien-. Le sonreí y me adentre al ascensor. Marque su piso y las puertas ya se estaban cerrando cuando la persona con que me choque se dio la vuelta. Antes de que pudiese ver su rostro cerraron.
