❌ Capitulo 49 ❌

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Maratón (4/7)

 Negué con la cabeza desaprobando lo sucedido y me puse de pie.
—Mira tú labio— acaricie su mejilla — ¿No te duele? — le pregunte y se puso de pie.
—En lo absoluto— sonrió —Valió la pena, hace tiempo que quería poner en su lugar a la imbécil esa — me tomo por la cintura y nos hizo girar ahora dejándome de espaldas hacia la escena de la cafetería.
— ¿Y por qué?— pregunte tratando de averiguar por qué la detestaba tanto.
—Es una creída— soltó molesta —Cree que le tengo miedo— río
—No le hagas caso— le dije dando un beso en su mejilla — ¿Seguro que no te duele?— estaba hinchado su labio, se veía graciosa.
—Que no— pasó sus manos por mi cintura abrazándome, estábamos en la cafetería abrazadas, esto sí que era un gran avance.
—Eres una mentirosa— le dije riendo.
—Claro que no— dijo ofendida —Ya te dije que no es nada. — suspire, jamás aceptaría que le dolía
—¿Iremos al juego?— pregunte cambiando de tema y negó con la cabeza
— ¿Iremos?— se burló —Yo no, estoy suspendida eso incluye todas las actividades extracurriculares— explico —Pero tu si, tu eres porrista— me recordó.
—Ya te dije que si tú no estás en el equipo yo dejo de ser porrista— puse mis manos en su cuello y lo acaricie lentamente
— ¿Por qué entraste entonces?
—Por ti— confesé y abrió los ojos a tope —Cuando supe que estabas en el equipo entre— sonreí
—No te creo— entrecerró sus hermosos ojos.
—De verdad— confirme —Solo por ti Jones— no estaba siendo del todo sincera y por primera vez en mi corta vida. Me dolía mentir. —Así que no iremos— le sonreí de oreja a oreja.
—Sabes... me gustaría ir a ver como pierden el partido sin mí— levanto ambas cejas
— ¿Ahora quién es la creída?— me guiño un ojo y se acercó lentamente a mí pero el estruendoso timbre nos interrumpió obligándonos a ir a clases. _____ rodó los ojos y yo solo reí.
—Vamos— le dije tomando su mano
—No— soltó mi mano —Tu iras— sonrió —Por enésima vez te recuerdo que estoy suspendida— mire hacia abajo, ¡Una semana sin verls! No sé si resistiría.
—Entonces...— dije volteando a ver como todos comenzaban a desaparecer de la cafetería. — ¿Nos vemos luego?— pregunte esperando un 'Sí'.
—Tal vez— contesto como si no tuviera el mínimo interés en verme. Mi mandíbula casi perfora el piso. Soltó una carcajada y nuevamente se acercó a mi más rápido, tratando de capturar mis labios. — ¿No me vas a dar un beso?— pregunto ya que había corrido mi rostro.
—No— le sonreí y me di la media vuelta


Martes. Baje de mi auto, no podía evitar sentirme desanimada. No solo por el hecho de que la apuesta con Alexa me preocupaba, si _____ se llegara a enterar ni siquiera quiero imaginarme como se pondría. Había que terminar con esto ya.

Levante mi mirada y ahí estaba, recargada en la maletera de su auto. Vestía unos pantalones camuflados y una camiseta negra ajustada que simplemente me dejaba sin habla.
—Hey— escuche que me llamaba —Hey— una vez más, sin embargo no voltee. Y pude escuchar sus pasos detrás de mí. —Te estoy hablando— dijo sujetándome del brazo para evitar que siguiera caminando.
—Discúlpame pero no recuerdo que mi nombre fuera 'Hey'— volteé para verla de frente — ¿Qué haces aquí?
—Vine por ti...— dijo seria
— ¿Por mí?— reí
—Sí, es más o menos como un secuestro— una vez más reí y a lo lejos se escuchó el timbre que indicaba que comenzaba primera hora.

— ¡No!— dije molesta —Una vez más, tarde Grande— fingí la voz del maestro Hoffman
— ¿Tarde?— se acercó y retrocedí —Más bien... Grande, Falta. — con un rápido movimiento me cargo y me acomodo sobre su hombro.
— ¡Que te pasa! ¡Bájame!— grite mientras pataleaba y al mismo tiempo trataba de cubrirme. Evidentemente hizo caso omiso a mis gritos y me hizo subir al auto.
—Ariana— ese par de gritos me hicieron sobre saltarme, voltee y eran Jennifer y Jared quienes habían correado a todo pulmón mi nombre.
— ¿Que hacen aquí ustedes?— pregunte sorprendida —Han faltado a clases— tape mi boca como si fuera lo peor del mundo, ambos rieron y ____- subió por el lado del piloto.
— Claro como tu estas suspendida, nadie más ira a clases— le dije en tono de reproche.
—Mira una falta no te hará daño y además...— se calló
—Además ¿qué?— pregunte pero no respondió, solo puso en marcha el auto.
— ¿Por qué todos visten así?— Al igual que ______, Jennifer y Jared vestían pantalones camuflados y chaquetas igual.
—Porque iremos a...
— ¡Shh!— _____ y Jared interrumpieron a Jennifer antes de que me informara a donde me llevaban.


—Llegamos— dijo después de más de veinte minutos de trayecto
—Valla— conteste con fastidio. Abrí la puerta del auto y baje. — ¿Qué es esto?— no sé si estaba sorprendida, o asustada. Era una terracería enorme y a lo mucho estaban seis autos estacionados. Había una gran malla con una tela verde que evitaba ver que había del otro lado de esta. Nadie me contestaba solo se reían cómplices hasta que finalmente ____ rodeo el auto y se acercó a mí.
—Jugaremos Painball— paso su brazo por mi hombro y cerró la puerta del auto.
— ¿Qué?— reí amargamente —Tienes que estar bromeando ¿no?— jamás había jugado y no me interesaba en lo más mínimo.
—No.
—Vamos será divertido— dijo Jennifer  tomándome de la mano y haciéndome correr hasta la malla verde. Era una tontería que la pequeña estuviera emocionada y yo prácticamente aterrada.
—No, ____ — la llame —Mejor yo los veo jugar— sonreí —Desde el auto— soltó una carcajada
—Eres una cobarde Grande— se burló —Jennifer tiene seis años y le encanta— la fulmine con la mirada 
—Cállate— la golpe —Además mira...— señale mis tacones —Y que ni te pase por aquí...— hice un ademan señalando mi frente —Que ensuciare este vestido.
—Ah cierto, casi lo olvidaba— se dio la media vuelta y corrió hasta el auto, abrió la maletera, saco unos tenis míos y lo que parecía también ropa.
—De donde lo has sacado— pregunte sorprendida. 
—Hicimos una parada en tu casa, afortunadamente tu madre no estaba— sonrió —Y solo le dijimos a la chica que nos habías enviado por ropa— extendió las cosas hacia mi —Así que ya no tienes escusas— tome los tenis y los jeans —De todos modos aquí te prestaran equipo— ¿pero qué?... —Vamos— tomo mi mano y entrelazo nuestros dedos, para prácticamente llevarme a rastras.

La Apuesta (Ariana Grande y Tu) *Editando*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora