Capitulo 14: Encerrados.

Comenzar desde el principio
                                    

-¡No te creo!.- Dije sintiendo una presión en mi pecho, que a duras penas podía controlar.

-Raúl, duda de lo que quieras, pero no dudes de que te amo...- Susurro.

-África, me echaste de tu vida, me ignoraste, hasta te olvidaste de la que hasta entonces, era la fecha más importante para los dos...- Dije dolido.

-Lo sé. Ese día no sabía ni que día era, estaba tan preocupada por lo que no estaba pasando, tan agobiada por lo exámenes, que no sabía ni en qué día vivía.- Dijo triste, mientras lloraba.

-¿Preocupad por lo nuestro? Eso es nuevo, y ... raro. Teniendo en cuenta que estamos así por ti.- Dije sin pensar.

-Lo sé, se que estamos así por mí, no hace falta que cada cinco frases, me recuerdes que todo esto es mi culpa.- Dijo sollozando.- No hace falta que me digas, que sin querer lo único que he conseguido es echarte a los brazos de otra.- Dijo tapando su cara con sus manos.

-África...- Dije acercándome.- Eso fue una estupidez mía, llevo desde el accidente, con dos sentimientos, el enfado y la tristeza.- Dije quitando sus lagrimas.- Y me ofusque, me deje llevar por el enfado, necesitaba olvidarte, sacarte de mi corazón.- Dije y África sollozo más fuerte.

-Raúl por favor, no me digas nada más, no lo soporto.- Dijo alejando mis manos de ella.

-Tenemos que hablar, para bien o para mal, debemos hacerlo.- Dije serio.

-¿Hablar de qué? ¿De qué te he perdido? ¿De que todo es culpa mía? No necesito hablar eso, yo misma me lo digo diariamente. No puedo más.- Dijo llorando.

Nos quedamos un rato en silencio, ella sollozaba y yo intentaba mantener mis lagrimas a raya, no podía hundirme ahora, necesitaba saber el por qué.

La mire triste, no soportaba verla así, no soportaba verla ni oírla llorar, era superior a mis fuerzas; Me dolía tanto verla así.

-África, yo solo necesito que me expliques por qué acudías a él, necesito que me expliques que te pasaba.

-Raúl, te lo puedo contar, te lo puedo...- Suspiró.- Pero pensarás lo peor de mí.- Dijo triste.

-No África, aun con todo lo que ha pasado, sigues siendo mi rubia preciosa.- Dije mirándola.

Adiós orgullo, acababa de confesarla que seguía locamente enamorado de ella, de mi esposa, de mi preciosa rubita. Ella era mi amiga, mi mujer, mi amante, lo era todo.

P.O.V África

Ahí le tenía, delante de mí, esperando una explicación. ¿Lo haría? ¿Le contaría mis miedos aún a riesgo de que pensará que era una niñata?.

¿Que podía perder? Si lo que más me importaba ya lo había perdido.

-Raúl, te lo puedo contar, te lo puedo...- Suspire.- Pero pensarás lo peor de mí.- Dije triste.

-No África, aun con todo lo que ha pasado, sigues siendo mi rubia preciosa.- Dijo mirándome.

Solloce un momento, no se merecía que yo fuera así, no sé merecía que yo hubiera confiado en ese maldito imbécil.. Le iba a contar todo, y si después no quiere saber nada de mí estaría en todo su derecho.

-Verás, como bien sabes, desde chiquitita me ha gustado sacar buenas notas.- Susurre.

-Sí, lo sé.- Dijo sentándose a mi lado.

-No es que me guste estudiar, eso no le gusta a nadie.- Sonreí de medio lado.- Simplemente tengo la obsesión de que sacando buenas notas, la gente se sentirá orgullosa de mí.- Confesé nerviosa.- Lo que me paso fue, que cuando me metí en la carrera, me di cuenta de que eso era demasiado para mí, exigían mucho y yo apenas tenía tiempo, entre los peques, la casa, y el tiempo que quería dedicarte.- Susurre.

Luchar para estar juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora