Cuento 5: Ricitos de Cobre

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"Jamás te metas en asuntos ajenos..."




Dipper caía por el agua, mantenía la respiración. Vaya que era profundo. De repente vio una luz hasta el fondo al cual estaba a punto de llegar, brillaba mucho y se preguntaba ¿Qué ridículo vestido le pondría esta vez Bill?

Volvió a caer en un pasto un poco más oscuro y menos animado que los otros. Enfrente de él se encontraba una casa de tres pisos, pero antes de ir hacia esa casa comenzó a examinar sus prendas.
Tenia un moño azul en el cabello el cual se quitó inmediatamente para tirarlo al piso.
Esta vez era un pantalón azul cielo con tirantes negros que lo sostenian dicho pantalón. Y una camisa manga larga blanca.

—Al menos... Es menos femenino —Se dijo a sí mismo mientras se levantaba y se sacudía.
Caminó hasta la puerta de aquella casa, muy colorida por cierto y tocó el timbre, para ser exactos lo toco tres veces y nadie respondió, asi que decidió entrar.

—¿Hola? —Preguntó mientras se adentraba.

Pudo notar que en la mesa había tres platos de avenas, y eso sí que le causó mucha hambre.

—No creo que pase nada si como una. —Agarró el plato más chico para evitarse el diálogo, después de todo ya sabía en que cuento se encontraba. Escuchó un ruido que provenía de la cocina y fue a inspeccionar.

Encontró a un chico rubio, amarrado y con la boca tapada. Este chico tenía ojos azules y vestía un traje de osito.
Dipper comenzó a desatar las cuerdas silenciosamente.
—Hola mi nombre es Dipper, ¿Cómo te llamas? —Preguntó el castaño aventando las cuerdas a un lado.

—Finn, pero no hagas tanto ruido o sino...

—Ey niño. Creo que ya es hora de liberarte —Escucharon una voz grave, mucho más fuerte que la de Finn.

—Mierda —Dijo entre susurros Finn

—¿Quién es? —Preguntó el castaño confundido.

—Es Marshall, de seguro viene a acosarme.

—Uhh —Por la mente de Dipper pasó que tal vez... Solo tal vez, Cipher disfrutaba de ver dos hombres...
Despues de todo, en cada cuento era lo mismo. Un pasivo y un activo.

En eso escuchó otros pasos más.
—Y ahi viene el otro —Dijo Finn girando los ojos.
—¿Te hacen algo? —Preguntó Dipper arqueando una ceja.

—Cosas... Marshall y Gumball son algo... ¿Homo? —Dijo Finn.

Dipper enrojeció un poco, estaba en una situación bastante incómoda.
—Finn, ¿me podrias ayudar a encontrar a Bill?

—No sé de quién me hablas

—¿Te refieres al oso amarillo? —Marshall estaba recargado en la pared viendo como Dipper, había liberado a su presa. Éste chico de piel grisásea tambien portaba un traje de osito.

—S...Sí —Contestó Dipper algo nervioso.

—Creo que es por el camino de la derecha  —Contestó ahora el chico de piel color salmón el cual traía el mismo traje de osito.

Perfecto, los tres osos.

Dipper estaba cansado de lo mismo así que para evitarse problemas salió y se dirigió hacia donde los chicos-osos le habían indicado.
Tenía sueño, estaba agobiado, ya no aguantaba más y fue entonces que escuchó la voz de Bill.

"—Vamos Pino, me estoy divirtiendo mucho."

—Enfermo —Contestó Dipper hacia la nada.

Al caminar por aquel sendero, pudo notar que su color verde se iba cambiando a tonos más oscuros hasta que llegó por fin a un color negro. Enfrente se topó con un portal oscuro, había ramas y espinas en él, vaya que era el portal más horrible que vio en todo su fantástico viaje.
Era diferente, sí, pero también podría ser algo bueno. El fin del juego.

Fue entonces cuando se adentró.

El quinto cuento había concluido. ¿Cuantas historias tendrá este libro?.







Oc este no fue tan mágico como los demás cuentos... Despues de todo se esta acercando lo "serio".

10 Minutos Por DimensiónWhere stories live. Discover now