Capítulo 3: Patronus

17.2K 1.6K 796
                                    

Podía sentir la cálida luz en sus mejillas, respiró profundamente y se volvió a acomodar en su cama no queriendo salir de ella porque, vamos, era sábado, no tendría nada que hacer en todo el día, salvo ir a ver a Sirius pero esa cita era nocturna así que no tenía nada de qué preocuparse: podía disfrutar el sol matutino en su rostro, calentando su piel; la tranquilidad en su habitación era deliciosa, era bueno que todos los demás se levantaran un poco más temprano que él, claro, era un comportamiento extraño en sus compañeros pero no iba a quejarse si le evitaba las preguntas de cierto mejor amigo suyo, abrazó una de sus almohadas rodando en su cama y cayendo de ella con un golpe seco, se frotó la cabeza desordenando aún más su despeinado cabello, tomó sus lentes del buró y se los puso, ajustando sus ojos a la luz, sintió una mirada sobre sí y volteó rápidamente a la izquierda para descubrir a un pelirrojo mirándolo divertido.

-Compañero, creo que desde anoche estás más torpe de lo normal: te tropezaste en los escalones, chocaste contra el retrato de la Señora Gorda, te resbalaste mientras te estabas duchando y ahora te caes de la cama.

-Cállate, Ron

Bien, en realidad no estaba solo, Ron había esperado a que se despertara para poder hacerle preguntas, perfecto, no quería tener que contestar sus dudas justo ahora, menos porque él mismo estaba aún procesando muchas de las cosas que había descubierto aquel año, empezando con Malfoy y terminando con Voldemort. Su vida parecía hacerse más complicada cada vez… ¡gran conclusión! ¡un adolescente teniendo una vida complicada! como si nadie hubiera leído ya sobre ello… bueno, aunque siendo justo consigo mismo él era un adolescente que tenía a un loco y a todo su ejército preparado para matarlo a la menor provocación o incluso carentes de ella.

-¿Tendrá algo que ver con Malfoy?

Ron nunca había sido muy perceptivo pero siempre había una primera vez para todo y este año estaba más despierto: claro que tenía que ver con Malfoy, desde aquel día en pociones no podía sacárselo de la cabeza, tanta había sido su sorpresa al oler la Amortentia que se había pasado todo el resto de ese día encerrado en la lechucería tratando de explicar lógicamente lo que le pasaba sin tener que decir que le gustaba el rubio, incluso le había escrito a Sirius en busca de ayuda, quizás se estaba volviendo loco: claro que admiraba al Dragón, los había salvado de ir a una trampa segura, él mismo lo vió soportar los interrogatorios con ese orgullo que le caracterizaba, incluso con valentía, no pudo evitar notar que muy en el fondo Draco era alguien capaz, fuerte, feroz y apasionado. Los defectos que tenía eran bastantes y no iba a ignorarlos, Draco seguía siendo un imbécil, caprichoso, manipulador, creído e intratable heredero sangre pura, nunca iba a dejar de serlo, Harry sabía que si lo había salvado solo era por lealtad a su familia, porque era lo que más le convenía, sabía que todos los movimientos que el rubio hizo el año anterior habían sido planeados de esa forma, que todo lo que había hecho tenía una razón escondida y que si se había sometido a las consecuencias de sus actos era solo porque ya se lo esperaba, Harry conocía perfectamente el lado oscuro de Draco, sabía que si tenía que asesinar para salvarse a sí mismo o a los suyos lo haría, sabía que sus miedos podían dominarlo, incluso si él no lo quería ellos le sobrepasaban, sabía que el rubio lidiaba con sus problemas solo porque no le gustaba que nadie conociera una pequeña debilidad en él y sabía, sobre todo, que sus ganas de vivir libre eran lo que le empujaban a seguir sin importar lo que tuviera que soportar. Años de observarlo, de pelear contra él, de sacar lo peor uno del otro los habían hecho conocerse hasta ese punto más nunca se habían dado el tiempo de ver el lado brillante del otro: esa pasión fiera que lo dejaba sobrevivir, esa lealtad arraigada en el centro de su alma hacia su familia y sus seres amados, verlo someterse a la humillación de ser interrogado con veritaserum una y otra vez como si en vez de salvarle la vida a los miembros de La Orden hubiera cometido un crimen, como si no hubiera arriesgado la vida de sus padres y la propia en el proceso de salvarlos, esas acciones y más que eso la mirada que tenía mientras se sometía a las consecuencias de esas acciones habían cambiado un poco su forma de verlo, pero no hasta ese punto, vamos, no podía cambiar tanto como para que su Amortentia...

AmortentiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora