Capítulo 6

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-SERGIO-

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-SERGIO-

ODIO LAS FIESTAS. Entonces, ¿por qué me encontraba en la casa de un estudiante a quien apenas conocía? Fácil respuesta; Juan, uno de los pocos amigos que tenía literalmente me arrastró para salir, cuando unas horas antes, Juan —sin haberle llamado o hablado con él—irrumpió en mi habitación y en su rostro podía ver claramente la palabra «fiesta», al instante suspiré mientras supe que sería una noche muy larga...

—Sergio, no estarás pensando en pasar la noche del sábado enterrado entre mil libros, ¿verdad?—era una pregunta retórica, pero de todas formas, le respondí. 

—Pues sí. Me gusta estudiar—mi tono de voz sonó realmente patético, pero al fin y al cabo era nada más alejado de la  realidad. 

—Oh vamos, pareces un fantasma, solo, aburrido y marginado. Intégrate más en los grupos, te vendrá bien tener un poco más de vida social—delante de mis narices cerró el libro que estaba leyendo y le miré fijamente. 

—¿No crees que tal vez no me importe no ser el alma de las fiestas?—repliqué mientras mis nervios se crispaban por el deje de burla con la que me estaba hablando. ¿Quién se creía ser para decirme qué hacer con mi vida?

—De acuerdo, tú ganas—dijo levantando las manos en señal de derrota—Pero, sólo piensa en algo..., puede que Kim esté allí—insinuó y al decir su nombre me olvidé por completo del enfado pero rápidamente volví a la realidad. 

—Tú mismo dijiste que no tenía posibilidades con ella...—mencioné sus anteriores palabras. 

—Sé lo que dije, pero debo concretar que no dije «imposible» sino que sería poco probable. Pero a intentarlo, no pierdes nada y en caso de que no resulte, siempre hay muchas más personas en el mundo. Porque, no te ha dado tiempo a sentir algo por ella, ¿o sí?—preguntó mirándome seriamente. 

—No me gusta—desvié la mirada cuando lo dije. Yo que detesto las mentiras, estaba allí, delante de mi amigo mintiéndole. Callando lo que sentía, una vez más.  

—Entonces, no tendrás problemas para ir a la fiesta, y pasarlo bien. 

—No sé si tenemos el mismo concepto de diversión...—comencé a decir para ser bruscamente interrumpido. 

—Dime la verdad, ¿quieres pasar los próximos años encerrado en tu habitación? —negué con la cabeza y cambió su semblante —¡Pues debes salir y divertirte! Que no es tan complicado, Sergio—Y sin esperar a que dijera nada, se encaminó hacia mi armario perfectamente ordenado, debido a que siempre usaba las mismas prendas, y éstas se encontraban encima de una silla. 

—¡Toda ésta ropa y siempre llevas la misma sudadera gastada y echa pedazos! ¿Es en serio?—exclamó con una carcajada. Miré a la camiseta que llevaba puesta... a mí no me parecía estar tan mal, pero algo de razón —a mi pesar—, debía concederle. 

Entre números y letrasWhere stories live. Discover now