Siempre lo he sabido

2.9K 202 34
                                    

El cúmulo de emociones que sintió cuando encontró a Buck apresado en la presa hidráulica había sido como un juego de niños comparado con el tumulto incontenible de sensaciones que recorrían su cuerpo de pies a cabeza. Todo había terminado. Por fin, aquella estúpida guerra a la que habían sido empujados para que alguien obtuviese algo mucho más que dos bandos había llegado a su fin. Las consecuencias habían sido nefastas. Las bajas innecesarias. Pero todo había acabado. Ya no habría más peleas entre él y Stark. Entre Romanoff y Barton. Entre Wanda y Visión. No. Todo aquello sería un recuerdo latente que poco a poco iría cicatrizando como la herida abierta que era aún en sus corazones. Sin embargo, el miedo que sintió aquellos días no era equiparable al que había ahora dentro de él, paseándose a sus anchas como si su cuerpo fuese su casa. Nunca antes había experimentado una emoción similar. Mentira. Sí lo había hecho. Una sola vez en su vida. Tantos años atrás que creyó que habría sido capaz de borrar de su memoria aquel dolor. Aquel temor. Aquel vendaval sentimientos que se peleaban entre sí porque no eran capaces de elegir a un único ganador. Con la esperanza convertida en miedo y, este, en desesperación, acarició una vez más la mano que había sobre la cama del laboratorio de la doctora Cho y que permanecía casi inerte, demasiado pálida en contraste con el marcado moratón que había rodeando la vía por la que el suero salino y los antibióticos se adentraban en el cuerpo de aquel hombre que luchaba por sobrevivir. La cuna de regeneración había hecho su trabajo, reconstruyendo los órganos internos, el tejido dañado. Pero, aún así, tenía que despertar. Las horas que habían tardado en trasladarlo desde que le hirieron hasta que estuvo en la cuna se le hicieron tan insufribles que hubiese preferido ser él quien estuviese en aquel momento sedado con un calmante que era tan fuerte que cualquier otra persona habría podido morir a causa de un paro cardiaco. Sin embargo, allí seguía. Con aquella respiración lenta pero constante que le indicaba que continuaba vivo.

Incapaz de apartar los ojos de él, ni de controlar sus emociones, retiró su mano de la de aquel hombre tan solo para pasársela por el rostro. Estaba agotado, pero se negaba a irse de allí. No ahora que todo había acabado. No ahora que Bucky estaba a salvo. No ahora que podía cuidar de él y resarcirse de todo lo que sufrió por su culpa, por no haber sido capaz de poder salvarle de lo que había sido lo más parecido a su muerte. No importaban las veces que el propio Barnes le hubiese dicho que no le culpaba, que ahora estaban de nuevo juntos, como antes, luchando contra lo que creían una injusticia. Nada importaba si, una vez, más, no había podido salvarlo.

"Buck...."

El nombre de aquel hombre escapó en forma de suspiro desesperado. No podía perderle una segunda vez. No podía hacerlo. No ahora que por fin había comprendido aquellos sentimientos que no era capaz de identificar y que no eran otra cosa que un amor incondicional hacia él. Y ser consciente por primera de vez de todo aquello, tan solo provocaba que desease abrazarlo, refugiarse en él y viajar a un pasado en el que podían haber tenido otra historia, otra vida, otro futuro pese a que fuese a escondidas. Ocultos entre los ojos de todas las personas que no entenderían aquello. Y, si lo pensaba fríamente, al menos podía encontrar una pequeña chispa de esperanza ya que en aquella época las personas no eran tan cerradas como lo fueron cuando él no era nada más que un chico de Brooklyn que se metía en demasiados problemas. Perdido en aquel hilo de pensamientos, lo miró sin verlo al tiempo que acariciaba su mejilla con el dorso de los dedos, siendo consciente por primera vez del significado de aquel gesto. Del poder que tenía aquella caricia ante la cual aquel hombre reaccionó con una leve mueca en la que tan solo enarcó levemente una ceja.

"¿Steve?"

Y no fue el nombre de ninguna mujer el que pronunció pese a tener los ojos cerrados, sino el suyo. Parecía casi como si lo hubiese estado esperando toda una vida. Y, a Steve, no le quedó más remedio que asentir pese a que los ojos azules de aquel hombre aún permaneciesen ocultos bajos los párpados hinchados.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 22, 2016 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Another lifeWhere stories live. Discover now