Capítulo 1

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10 AÑOS DESPUÉS...


LENNA

-¿Papá le pegó?

-A si es.

-Oh, pobre del tío Franklin...Murmuró Valentina apenada. -¿Y que pasó con Emily?

-Ella se disculpó conmigo y decidió ir a un hotel.

-Lo que hizo papá no estuvo bien.

-Claro que no, princesa. -Le sonreí cerrando el libro para colocarlo de nuevo en la estantería. –Ahora a dormir.

-Vale. ¿Mañana sigues contándome la historia?

-Me lo pensaré. -Me acerqué a dejar un beso en su cabeza. -Que duermas bien.

-Igualmente, mami.

Apagué la luz antes de salir de la habitación cerrando la puerta tras de mí. 

-Hola.

-¡Hey! -Grité llevándome la mano al pecho. -Me asustaste, Elián.

-Lo siento... -El niño rió agarrando mi mano. -Oí lo que le contabas a Val...

-¿Ah, si?

-¿Es verdad que papá le pegó a Frank?

-Sí. -Reí abriendo la puerta de mi habitación. -¿Dónde está Elliot?

-Con Daniel y Nairo en el jardín. - Asentí con la cabeza mientras me sentaba en el borde de la cama.

-¿También quieres que te cuente la historia?

-Mamá, me sé esa historia de memoria.

-¿De verdad? -Asintió. -Pues dime. ¿Qué dibujo fue el que hice en el despacho de Lucian?

-Fácil, era un lobo con una rosa.

-Chico listo. -Rió para asomarse a la terraza.

-¡Hey, pardillos! -A lo lejos se escucharon los quejidos de los demás niños.

-Oye, Elián. No insultes a tus hermanos...

-Solo digo la verdad. No se como siguen jugando con Zeus. Ni que tuvieran cinco años...

-Nairo si que los tiene. Además, tú también lo hacías.

-Pero ya no. -Se encogió de hombros para sentarse a mi lado.

-No sé en qué momento creciste... - Murmuré mirándolo a los ojos.

Elián y Elliot ya eran todos unos pre-adolescentes de diez años, y aunque para mí seguían siendo mis bebés, ellos ya se consideraban mayores.

-Sabes que siempre voy a seguir siendo un niño para ti.

-Sigues siendo un niño, por muy mayor que quieras ser. -Se encogió de hombros haciéndome reír. –Bueno, baja a buscar a tus hermanos. Diles que se duchen antes de acostarse a dormir.

-Jo, ¿vas a hacerme bajar hasta el jardín?

-Menos quejas y más movimiento.

A regañadientes, Elián salió de la habitación y yo me dirigí al cuarto de baño para ducharme también.

Me detuve frente al espejo de cuerpo entero para observarme detenidamente.

Ya no era aquella Lenna de hacía diez años menos. Ya no era aquella jovencita que no sabía lo que quería en la vida.

Familia. {NDN#2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora