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Que rara expresión veía en los ojos de aquel chico, como si la mujer que estaba posada en la puerta le hubiera preguntado algo estúpido.

Después de unos segundos el chico respondió sarcásticamente que me encontraba en perfecto estado, ignore un poco aquella discusión de miradas, parecía que tenían alguna clase de enfrentamiento. 

La mujer cerró la puerta bruscamente dejando un ambiente incómodo, el chico aquel suspirando dejo caer el cuerpo en aquel colchón dirigiendo la mirada hacia el techo. Que raro presentimiento sentía, como si no fuera aceptada. Varios minutos pasaron, todo estaba muerto, me dolía un poco la zona en donde se encontraban mis heridas pero no me quejaba en ese instante, los ojos de aquel chico no cambiaron de dirección, seguían perdidos. Yo también pensé "que lugar raro es este" pero aun no se por que sentía un sentimiento de protección cuando estaba con el, no era mi ama pero me sentía cómoda con su presencia.

Cierro los ojos, cierro los ojos para que el dolor cesará, me acomode junto a su hombro, me imagine a mi ama sonriendo como antes lo solía hacer, quiero saber, quiero ver a mi ama sonreír, voy a impedir sus lagrimas, ya no quiero verla así. Abrí mis ojos y pude contemplar una foto que se encontraba en un mueble, estaba el, la niña "esa" y una mujer muy bonita, sonriente que se encontraba abrazándolos. No era la señora que parecía bastante malhumorada, ella era brillante, muy bonita. Me tome mi tiempo para analizar el lugar, había un armario a la izquierda de la cama, a la derecha estaba el mueble con la foto y pequeñas figuritas de hombrecitos, no había mucho para mirar. Vi que arriba de la cama en donde nos encontrábamos, había una ventana que parecía bastante fácil de saltar. Tenia que seguir con mi meta, que era poder saber quien asesino a mis mas amigo canino. "Pffff" suspire en mi interior, debo salir de aquí, pero con estas heridas me sera difícil.

El Gato NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora