CAPITULO 2

44.5K 2K 78
                                    

No pienso hacer el ridículo devolviéndome por el lugar por donde vine, si ellos tienen algo planeado para mi, ó él en particular lo mejor será afrontarlo de una vez por todas.

Mientras camino sin demostrar nervio alguno, si no tranquilidad, detallo que va vestido de negro de pies a cabeza. Levanto mi vista y él aun sigue mirándome.

Camino a paso firme, no debo demostrar nada y menos los nervios que llevo en punta.

Me aferro a mi libreta y sigo caminado hasta sentir la miradas del resto que lo rodean, en particular la chica de cabello rojizo que está a su lado. Ella se inclina y susurra algo a su oído sin dejar de mirarme.

¿Pero que es lo que tanto me miran? Es que acaso nunca habrán visto a una chica?

¿Ó será que tengo algo en mi rostro, que Amanda no se atrevió a decírmelo?

Miro mi alrededor, al parecer todos los estudiantes han desaparecido de vista, dejándome a mi a poca distancia con estos extraños que me miran sin disimular en ningún momento.

¿Qué se traerán en mente?  Sus miradas dicen algo que no logro decifrar. Están maquinando, lo se. Ellos siempre lo hacen, cada vez que se reunen es para llevar a cabo un plan.

Paso lo más distante que puedo, pero el pasillo no es tan amplio que se diga, trato de ignorarlos pero en el momento menos inesperado una sonrisa se escapa de mis labios lo cual Liam logra divisar. Quizá solo ha sido un apretón de labios, todo a causa de los nevios que no logro espabilar lejos de mi.

¡Pero que demonios!

¡Ja! definitivamente los nervios me traicionan y este chico va a pensar otra cosa.

-Hola guapa-Dice Liam, me sobresalto al momento y el ríe.

Lo miro de reojo y sigo mi camino, sin darle importancia apresuro el paso para no tener que responderle a esa maraña de cabello negro.

Recuerdo nuevamente lo que pasó la última vez en este pasillo con la novia de uno de los amigos de Amanda. Recuerdo que nada salió bien.

No llevo ni solo medio metro de distancia cuando escucho una voz que grita en un tono burlón.

-¡No vale la pena Liam!, solo dejalo estar...Espera el momento adecuado.

¿Por qué grita la rojiza?

No creo que aquello que dice se refiera a mi. Sería una locura. Suspiro aliviada, por lo menos comienzo a salir de mis dudas sobre aquellos rumores a cerca de lo que tenía aquel chico pensado hacerle a una tal Sophia.

Cierro mis ojos un leve momento y al dar un solo paso que me aleja más de allí, me sobresalto, algo pesado se posa en mi hombro para detenerme. Un frío inesperado recorre mi piel y mi corazón que parecía estar tranquilo comienza a palpitar con más rapidez.

¡Que no sea lo que estoy pensando!

Cierro mis ojos con fuerzas antes de girarme.

Quedo perpleja a ver al chico que tengo delante de mis ojos y la impresión hace que deje caer mi libreta, y mi mandíbula debe estar rodando bien lejos por el suelo.

Es mucho mas alto de lo que pensaba, piel blanca pero tostada, musculoso y de hombros anchos, con ojos grises tan intensos que hacen que me ponga mas nerviosa.

Lo que más me atrae es el tatuaje que ocupa todo su cuello, haciendolo parecer más atractivo.

Por primera vez que logro verlo de cerca, debo decir que tiene los labios mas carnosos y provocativos, me olvido de todo y por un momento me pregunto que se sentirá morderlos.

!Madre mía!

¿Cómo que que no había notado lo guapo que es?

Mis pensamientos viajan tan lejos con solo verle. Jamás le había visto tan de cerca, no le había dado tanta importancia al chico que ahora tengo delante de mi.

¿Pero que pasa conmigo se supone que aun estoy sufriendo por mi ex?

Mi ex y yo terminamos hace dos meses, está a cada momento en mis pensamientos, solo que ahora comienza a esfumarse.

¿Quien tan solo podría pensar en alguien más, teniendo en frente semejante dios griego?

Vuelvo en si cuando veo que se inclina y agarra mi libreta.

-Creo que esto es tuyo -dice con una media sonrisa.

-Hee..., si -tartamudeo -Gra..gracias.

-Sophia Sophia -dice mientras cruza sus musculosos brazos, Mirandome con picardía, sonríendo de medio lado.

<<Dios!! Pero que bicep tiene>> -dice una vocesita interna en mi cabeza.

¿Dónde quedó lo de huír lejos? No lo se, ni quiero saberlo.

-¿Cómo es que sabes mi nombre?- le pregunto en un tononerviosa, apartando todo mal pensamiento de mi cabeza.

Pero no responde a mi pregunta si no que da un paso hacia mi,
mientras que yo doy uno hacia atrás aferrándome a mi libreta.

Sigo hablando ya que él no es capas de decir otra palabra .

-No te conozco y tampoco me has dicho como sabes mi nombre-pero no contesta.

Sigue mirandome fijamente, como si en su mente  solo repasase lo que hará a continuación.

-Será mejor que me vaya, llegaré tarde a clase-digo con voz temblorosa, pero él solo sigue observándome.

Que mirada más penetrante tiene.

Se encoge de hombros y dice:

- Te llevarás algo mío, -dice dando otro paso hacia mi, solo quedando poca distancia entre nosotros.

- ¿A qué te refieres?-vuelvo a tartamudear.

¿ Acaso se refiere a lo del..?

-Ya lo sabrás-dice y vuelve a dar otro paso hacia mi.

Y por mi parte doy otro paso hacia atrás, pero esta vez es para huir de él.

Me giro y trato de caminar lo mas rápido que puedo, pero ya es demasiado tarde, sus dos manos se han posado en mis caderas atrayendome hacia él.

- ¿A dónde crees que vas?-me pregunta.

-¡Quita tus manos de encima!-exclamo pero él me ignora.

Sapalateo tratando de soltarme, pero su agarre es fuerte, me gira quedando al frente de él y por instinto pongo mis manos en su pecho, trato de liberarme dándole golpesitos, pero al parecer ni siquiera lo nota.

Trato de retroceder y le grito:

-¡Sueltame idiota!. ¿Qué es lo que pasa contigo? -Le exijo.

Pero no dice nada, si no que sus ojos se oscurecen y suelta otra vez esa sonrisa maliciosa.

-Tranquila-contesta en un tono seductor-solo quiero saborear esos labios.

Una mano la sube hasta mi cuello de una manera suave, mientras que la otra se aferra a mi espalda presionandome contra él.

No! No! no! Ya se lo que va hacer.

-No te atrevas a besarme -le suelto y en ese momento mis ojos me traiciona y miran sus labios.

Al parecer él lo nota y también mira los mios y dice;

-Lo siento nena, pero no acepto ordenes de nadie.

Yo Se Jugar A Este JuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora