Capitulo 4.

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Brenda sacaba ropa de su valija, y con sumo cuidado la ordenaba en su nuevo placard. Se sentía realmente contenta de haber aceptado acompañar a su padre al campo. No pensó que iba a hacer tan bien. Matt entro algo agitado a la habitación. Ella lo miro extrañada.

-Al parecer hay problemas por allí –le conto y volvió a salir al balcón.

Brenda frunció el ceño y dejo las cosas para salir también. A lo lejos observo las caballerizas. Sonrió al recordar aquel lugar. Luego iría a darle un vistazo.

Entonces diviso a Eleonora caminando con un muchacho de cabello castaño y enrulado que venía acompañado de un señor que lo llevaba casi colgado. Al pareces estaba herido o algo así.

-¿Habrá pasado algo malo? –pregunto ella. Matt se encogió de hombros.

-no lo sé- dijo el- Pero allá va tu padre en caballo.

Brenda miro en la dirección que su amigo le había indicado. Y si, aquel hombre era su padre montado en un caballo. Al lado del había otro hombre. No podía distinguirlo bien ya que estaba alejando con velocidad.

-¿Qué habrá pasado? –pregunto ella.

-Podemos bajar a preguntarle a Eleonora – dijo Matt contento e ingreso de nuevo a la habitación.

Brenda se quedo unos segundos más, observando como su padre y aquel hombre se perdían en el horizonte. Por lo que sabía que aquella dirección quedaba la estancia de los Montoya. Tuvo que haber pasado algo malo para que su padre se fuera sin decirle nada. Soltó un suspiro y entro. Mattie ya estaba parado en la puerta.

-¿Qué te sucede? –dijo ella divertida.

-Vamos Bren, necesito saber que paso. –dijo el.

-Eres tan... chismoso.

Salieron de la habitación y podía decirse que Matt casi la hace correr por el pasillo hasta llegar a las escaleras. Bajaron a las risas, pareciendo dos niños más que dos personas grandes. Corrieron una carrera hasta la cocina y entraron rápidamente. Se detuvieron al verlos allí. Eleonora miro algo sorprendida. Y Brenda poso su mirada en el chico de cabello rizado.

-¿Qué paso, Eleonora? –Pregunto Matt mientras se acercaba un poco mas a la mesada.

-Nada, muchachos, tranquilos.-les dijo ella. Brenda seguía mirando al chico, Este también la miraba fijamente.

-¿Brenda? –inquirió el.

Ella levanto la cabeza para encontrarse con el hombre de cabellos casi blancos. Lo obcervo bien, tratando de reconocerlo. Hasta que lo hizo.

-¿Pedro? –pregunto sin poder creerlo.

El viejo se quito el sombrero y la miro como si ella fuera de mentira. Brenda se acerco sin dudarlo a él y lo abrazo. Aquel hombre era como un abuelo para ella. Cuando era pequeña el era siempre el que le contaba las mejores historias de hadas y duendes que habitaban por allí. Era como si de a poco su niñez la envolviera. El anciano le devolvió el gesto con algo de inseguridad, pero al final la abrazo.

Luego de unos segundos ella se alejo para mirarlo a la cara. El hombre tenía varias lagrimas en los ojos.

-Pensamos que se había olvidado de nosotros, niña –le dijo él.

-¿Olvidarme? –inquirió. -¿Estás loco Pedro? ¿Cómo iba a olvidarme yo de mi abuelito de campo?

-Esta más bonita de lo que recuerdo, mi niña. –dijo con ternura el anciano.

Brenda sonrió algo emocionada y giro a su amigo

-Mattie, el es Pedro... es el peón más antiguo de estos campos. Es como... El guardián.

Dark Horse [Austin Corini]Where stories live. Discover now