Ya no te amo

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"Una historia de amor que se desvaneció en medio del olvido..."

Prólogo

"Ya no te amo"

Una vez más el menor se despertó solo en esa cama, estiró su mano buscando a Samuel más como siempre... no estaba.



 no estaba

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Guillermo se encontraba sentado en el comedor frente a Vegetta; pues este le había pedido hablar.

- ¿Qué pasa cariño? - Exclamó el menor, Samuel sacó unos documentos poniéndolos en la mesa y dándoselos a Willy; éste al leer el nombre de los documentos rió en seco y miró a Vegetta - ¿Es esto lo que realmente quieres? - Su voz se empezaba a escuchar entrecortada, el mayor solo miraba al piso - ¡Respóndeme! - Estaba harto de la actitud indiferente de su esposo; Samuel levantó la vista y se limitó a asentir - Pues no pareces muy seguro.

- Guillermo... quiero el divorcio - El mayor por fin había podido pronunciar esas palabras que poco a poco destrozaban el corazón del menor, pues éste seguía perdidamente enamorado de Samuel, estaba loco por él desde el momento en que lo vio.

 quiero el divorcio - El mayor por fin había podido pronunciar esas palabras que poco a poco destrozaban el corazón del menor, pues éste seguía perdidamente enamorado de Samuel, estaba loco por él desde el momento en que lo vio

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- Vegetta, te lo ruego... no me dejes - Lágrimas comenzaban a asomar por sus ojos.

- Yo... - Suspiró - Yo... ya no te amo... no siento nada por ti - Willy volteó hacia la ventana y se quedó en silencio unos minutos, pensando en cómo hacer para que Vegetta no lo abandonara, para demostrarle que debían seguir juntos... Que él lo amaba y este amor era recíproco pero segundos más tarde se rindió, no había forma de cambiar la decisión de su... ¿Esposo?... Si, aún seguía siéndolo, aún no firmaba esos papeles. Suspiró pesadamente y se giró hacia Samuel.

- Esta bien - Volteó a ver al mayor y suspiró - Voy a firmar... Pero tengo una última condición - ¿Condición? ¿A qué se refería?... ¿El departamento? ¿La mitad del dinero? Todo eso estaba estipulado en el acta de divorcio - Quiero... - El menor suspiró - Quiero que me abraces una vez al día durante una semana.

- ¿Por qué? - qué extraña petición por parte del otro... pero esta debía tener una razón.

- ...Es lo único que te pido... ¿Podrías no cuestionarme por una vez? - El mayor se levantó de la mesa, tomó una caja con unas cuantas cosas suyas y se dirigió a la puerta principal, no sin antes responder.

- Si esa es tu condición está bien, pero quiero esos papeles firmados para el próximo domingo - abrió la puerta y salió por la misma azotándola.

El menor se quedó inmóvil unos segundos hasta que ya no pudo escuchar los pasos de Vegetta; en ese momento lágrimas abundaron su rostro, puso una mano en su boca para intentar no hacer mucho ruido por si Samuel lo escuchaba; pero era en vano, su mano no hacía mucha diferencia, se seguían escuchando los gritos ahogados de Willy, esos gritos que derramaban tristeza, miedo... amor; un amor rompiéndose, un amor que se sentía traicionado.

La pregunta era... ¿Por qué quería el divorcio?... ¿No se supone que su amor era para toda la eternidad?... Quizá Vegetta nunca lo amó y solo lo ocupaba como un capricho, no... Se amaban mutuamente, se lo había prometido en el altar.



"Prometo amarte, cuidarte y respetarte hasta que la muerte nos separe... No, lo prometo por toda la eternidad..."

- Fin del prólogo -

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- Fin del prólogo -

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