Secuencia de memoria 3

1K 55 2
                                    

Frankfurt, Alemania; 29 de Agosto de 1939.

Los asesinos se hallaban tranquilos en la sala de aquel subsuelo del Alte Oper, unos leían y otros estaban simplemente sin hacer nada, Fray se hallaba entre todos ellos, él se encontraba sentado en la mesa del centro revisando unos documentos hasta que fue interrumpido por el viejo Alfred.

— Fray, maestre.

El hombre giró la mirada mientras soltaba los documentos sobre la mesa — ¿Qué sucede, Alfred? 

Detrás de aquel viejo asesino, Carl se aproximaba con su nueva vestimenta la cual caracterizaba a los asesinos; Richtofen llevaba una elegante capa negra sobre su vestimenta la cual era la misma ropa de siempre, en su brazo izquierdo cargaba la clásica herramienta de la orden, una daga oculta y en su cintura llevaba una funda para senda espada recta.

Fray miró confuso y señaló — ¿De dónde ha sacado eso?, ¿y la capa blanca que le hemos dado? 

Alfred reía — La obtuvimos de una forma peculiar.

El joven asesino tomó asiento —Encontramos a un saqueador de tumbas huyendo pues había robado cosas a una familia indefensa, él nos rogó por dejarle vivir y me dio a cambio ésta bonita capa, dice que un antepasado de él la encontró en los restos de una villa italiana.

Fray suspiró — Bueno, no importa, tampoco te sienta mal el color, además, el blanco ya es aburrido, ¿eh? 

La mujer pelirroja apareció de nuevo desde aquel túnel — Buenos días, caballeros.

— Buen día, Evelyn — respondió el maestre — ¿cómo le ha ido en su misión? 

La mujer tomó asiento y suspiró un tanto cansada — He encontrado entre los archivos de Clarence una carta, habla de simular un ataque en las fronteras del país.

Fray estaba confundido — ¿Simular un ataque?, ¿para qué?

— ¡Polonia! — exclamó Carl de inmediato — recuerde, señor Belinsky, Smith tenía los ojos puestos en aquel país, posiblemente traten de hacer un motín para después invadir Polonia.

El líder asesino recordó — ¡Por supuesto!, he olvidado ese detalle — a la dama — ¿no sabes qué día se llevará a cabo eso? 

— No tengo ni la más mínima idea — respondió Evelyn — tal vez si revisara nuevamente en el despacho de Clarence podría averiguarlo pero...

— ¿Has llamado mucho la atención y han reforzado el lugar, no? — Cuestionó Alfred interrumpiendo a ella.

— ¡Por supuesto!, ya sabes cómo soy; sin riesgos, la victoria no es dulce.

Carl habló de nuevo — Pero podemos revisar arriba.

Éste comentario llamó la atención de Fray y dudó — ¿Arriba?, ¿en el teatro? 

— Por supuesto — explicó Marlington — recuerdo que Clarence había venido aquí, posiblemente a buscar a alguien.

— Karl Wolfang, apuesto a que era él — Irrumpió la mujer quien se levantó  — en uno de los documentos de Smith, había uno que decía la fecha de llegada de Wolfang a Frankfurt, ¿fue en marzo, no? 

— Sí, el día que mi madre murió, ese día que me citó en el teatro — añadió el nuevo asesino.

Fray pensó — Entonces debe haber algo allá arriba que mencione algo pero el problema es que está muy bien vigilado por soldados.

La mujer le entregó un arma de fuego a Carl, ésta era una revólver similar a la de Fray — Toma, esto te será muy útil, asesinarás con mucha discreción.

Assassin's Creed: HolocaustDonde viven las historias. Descúbrelo ahora