luchando contra la leucemia

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La primera vez que entré a quirófano fue para colocarme el Port-a-Cath (es un catéter que se introduce bajo la piel en el tórax del paciente con un tubo que va a una vena central). Lo que se ve en la foto es la huber (aguja) que cada vez que me van a internar me pinchan esa parte del pecho y por ahí me pasan las medicaciones necesarias. Suena doloroso, lo es, no voy a mentir, hay veces que ni se siente pero hay veces que duele y muchísimo, pero como me dice mi mamá es un mal necesario y con el tiempo entendí que tenia razón, porque sino me tendría que ligar miles de pinchazos en los brazos y la verdad que la idea no esta buena. Lo cuido como oro, como si fuera mi bebé, porque hay veces que se puede llegar a infectar lo cual significa entrar nuevamente a quirófano para que te lo saquen y esperar a que llegue uno nuevo para colocártelo, y mientras tanto tenes que comerte unos miles de pinchazos en los brazos, esperando la triste realidad de que te revienten las venas, no suena nada agradable pero es lo esperado. Lo tengo que cuidar aproximadamente hasta el 2017, así que si no me acostumbro a la idea de que tengo una cajita tamaño tapita de Coca-Cola ahora tengo bastante tiempo por delante por hacerlo. Nunca ni en mi más remotos sueños imagine tener algo así dentro mio, pero bueno, es cuestión de costumbre y de perderle el miedo.

En plena lucha contra la leucemiaWhere stories live. Discover now