CAPÍTULO I

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Nota de autora: Gracias Editorial Sheerios por el booktrailer y la portada

Samantha estaba en ropa interior color natural, el color que más se asemejaba a la desnudez y a la pureza. Se miró al espejo y dio un suspiro. Sus brazos, piernas e incluso su abdomen estaban llenos de magulladuras, algunas más nuevas que otras, algunas más oscuras que otras. Suspiró nuevamente y se vistió con lo primero que encontró, que era un jean ajustado, una camisa de leñador roja sin prender, una camiseta negra y zapatillas blancas. Arregló un poco su cabello y salió de la habitación.

Esquivó las latas de cerveza vacías, cuidando de no hacer ruido para no despertar a su padre. O al menos el hombre que ella creía que era. A su alrededor el olor a alcohol brillaba por su existencia, y desde una habitación del sótano la única música que se oía casi todo el día y parte de la noche eran los gemidos de su madre y sus clientes, hombres solteros, casados o viudos que pagaban muy bien por un poco de sexo sin sentimientos ni compromiso. Salió de la casa y fue a ver a su mejor amiga, quien había sufrido una ruptura y ella iba a consolarla.

***

Logan Parker se sentó en el patio. Miró a su alrededor buscando a su esposa, con quien se había casado hace apenas seis meses y estaba muy enamorado de ella. La encontró y le tomó la mano. Ella sonrió y lo besó.

—Macy ¿Te gusta la casa? —le preguntó.

—Es bonita —su mujer sonrió.

—Y grande también para que nuestros futuros hijos puedan correr y jugar por todas partes.

—Sí, supongo...

—¿Qué sucede Macy?

—No sé si sea un buen momento ahora.

—¿Por qué lo dices?

—Porque bueno... Sabes que en el taxi trabajo de noche... Y si tenemos un bebé yo no podré estar todo el tiempo y tú no podrás trabajar tranquilo...

—Creo que tienes razón...

Logan se levantó un poco desanimado, su deseo era tener un hijo con la mujer que amaba. Aun que ella no pensara así. Y caminó hasta la cocina. Empezó a preparar jugo de pomelo bien frío y luego unos sándwiches para él y su esposa. Llevó todo en una bandeja de plata, regalo de bodas y volvió al patio. Allí, Macy estaba escribiendo un mensaje. Ella guardó rápidamente su celular blanco cuando lo vio llegar.

—Mira lo que preparé querida—  le sonrió y puso la bandeja sobre la mesa.

—Gracias Logan — sonrió y agarró un sándwich.

—Hoy tampoco dormirás conmigo...

—Ya lo sé sabes que tengo que trabajar.

—Lo sé...

—Mañana tú empiezas en esa escuela ojalá te vaya bien.

—Sí espero lo mismo.

***

Samantha bajó del colectivo caminó lentamente hasta la casa de su amiga Kristine. Antes de llegar dobló a la izquierda y compró un litro de helado de vainilla en la heladería, lo mejor para olvidar las penas según su amiga. Después volvió a su rumbo y golpeó la puerta.

—Pasa querida —sonrió Amy, mamá de Kristine.

— Muchas gracias señora—la chica entró —¿Y Kristine? —

—Está en su cuarto... Que buena amiga eres.

—Gracias señora.

—Les llevaré para que tomen el helado.

Pasión ProhibidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora