Todo iba demasiado bien

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Iñigo hablaba bien, demasiado bien, cada vez que salía a dar un discurso le ponía, no podía evitarlo, así que en cuanto Iñigo estaba lejos de la mirada atenta de todo el mundo, ya en el hotel, Pablo aprovechó para besarlo.

-Mañana hay que madrugar, ¿Lo sabes no?-dijo Iñigo entre besos.

-No será porque nos hayamos quedado pocas noches sin dormir...-dijo mientras besaba el cuello de Iñigo.

-Bueno... podemos dormir en el bus...-cedió ante los besos de Pablo.

Pudo sentir su sonrisa aun sin verle.

-¿Ves? Ese es el espíritu-dijo desabrochándole los botones de la camisa mientras besaba la piel que quedaba al descubierto.

Iñigo cerro los ojos queriendo perderse en sus caricias. Después de años enamorado de Pablo esto era más de lo que esperaba, después de haber visto otras relaciones caer, con Garzón y, bueno, lo que sea que tenia con Albert.

Aun que siendo sinceros lo de Pedro no le gustaba, hacía tiempo que no se veía con él, o al menos eso creía, no estaba tampoco seguro, y notaba a Pablo más centrado en la relación, pero no podía evitar, por mucho que se dijera a si mismo que no tenía importancia, tener siempre en mente que su novio de vez en cuando se veía con él.

La verdad es que no habían hablado que eran, pero no hacía falta, sus amigos cercanos ya sabían que estaban juntos, y hablarlo con Pablo no iba a cambiar sus pequeñas aventuras. Así que no merecía la pena ponerse a discutirlo.

Era mejor no pensar, simplemente disfrutar de como Pablo le acariciaba y le besaba.

-Eh no te me duermas-le susurro al oído Pablo.

-¿Te parece que estoy dormido?-dijo con una sonrisa traviesa mientras juntaba su cadera a la de Pablo.

Pablo se mordió el labio evitando que ningún sonido escapase de su boca, al sentir una fricción en su entrepierna. Sorprendido y a la vez divertido por la actitud de Iñigo, le quitó los pantalones sin más miramientos, y le empujó sobre la cama.

La noche fue perfecta, o al menos suficientemente buena como para que Iñigo se consiguiese creer que todo entre ellos funcionaba bien. Aun que era difícil pensar coherentemente con Pablo moviéndose así encima de él.

Y tal como había predicho, Pablo se quedo dormido al día siguiente encima de el en el coche de vuelta, Iñigo sonrió con ternura, dormido no parecía dar tanta guerra como lo hacía despierto, con expresión relajada en su rostro, le colocó los mechones de pelo que se le escapaban detrás de la oreja, y sonrió con dulzura.

-Yo que tú no me lo tomaría demasiado en serio...-comentó Monedero desde el asiento delante de él, que aparentemente pudo sentir, como Iñigo fruncía el ceño a sus espaldas, y se apresuró a explicarse-... ya sabes que Pablo y las relaciones serias... bueno no me quiero meter en esto.

Iñigo suspiró, sintiéndose muy incomodo de repente.

-Tú eres de sus mejores amigos y viendo sus antecedentes... no merece la pena arriesgar nada-se explicó.

"Genial justo la conversación que esperaba tener..." pensó Iñigo mientras se llevaba la mano a la cara avergonzado.

-Déjalo... somos todos mayores para saber lo que hacemos-respondió.

Monedero se encogió de hombros.

-Solo digo que él no esta nunca con una sola persona...

-¿Podemos cambiar de tema por favor?

-Vale... perdón.

El raro fue algo incomodo hasta que Pablo se despertó y se incorporó a la conversación, hasta que llegaron a Vallecas y se despidieron de su amigo.

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⏰ Last updated: Jan 12, 2016 ⏰

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¿Podemos... estar juntos?Where stories live. Discover now