Siendo sinceros

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Iñigo había estado esperándole en su casa, desde luego no era la primera vez que iba, ya había ido mucho ahí en los últimos años, pero nunca como hoy, nunca de esa forma. No estaría tan nervioso si no fuera por todo lo que había pasado estas ultimas semanas, primero Pablo parecía distante, luego empezó a mirarle diferente, y bueno después se fueron un día a tomar unas cervezas... y todo cambió.


Habían decidido tomarse un descanso y Pablo decidió sacar unas cervezas de la nevera para celebrar el merecido descanso, y por primera vez desde hacía semanas, consiguieron relajarse, reír, y todo volvió a ser como antes de la campaña, y antes de Pedro. Después de unas cuantas bebidas estaban algo intoxicados por el alcohol.


"Parece mentira que hace un mes nadie daba nada por nosotros y ahora las encuestas en Andorra nos ponen en segundo lugar" río Iñigo relajado en el sofá.


"Ha sido gracias al trabajo de todos la verdad, hemos dado todo en esta campaña" le sonrió.


"Si..." respondió pensativo "pero sin ti no habría sido posible..." dijo mirándole.


"¿Qué dices Iñigo? Esto es tan tuyo como mío" Pablo le dio otro trago a la cerveza sin dejar de mirarle.


"Aun así... sin ti yo tampoco sería lo que soy" dijo en un tono intimo, casi parecía un susurro, esta vez algo mas cerca de Pablo en el sofá.


Iñigo siempre había tenido miedo a perderle, a estropear su amistad, y por ello nunca había dicho nada, hecho nada, pero hoy era diferente, quizás por la cerveza, quizás porque se notaba algo diferente en la atmósfera. No esta seguro, pero por alguna razón no pudo evitar acercarse a el y besarlo.


Fue un beso suave, casi sin tocar sus labios, apenas rozando, lleno de ternura, y de miedo a estropearlo. Pero Pablo pareció reaccionar y correspondió al beso con más fuerza. Por un momento los dos se olvidaron de donde estaban y simplemente se besaron, Iñigo feliz pero nervioso, preguntándose que pasaría después, y Pablo... bueno, ¿quien sabe que pensaba Pablo?


El momento se interrumpió cuando sonó el móvil de Pablo que se separó de Iñigo con un leve "perdona" y cogió la llamada, levantándose del sofá para hablar, como necesitando tomar distancia.


Pero la llamada fue breve y enseguida se encontraron los dos en silencio, Iñigo esperando pacientemente lo que fuera que Pablo le iba a decir, y Pablo callado sin mirarle a los ojos.


"Iñigo..."suspiró "Las elecciones son... son en dos días... quizás deberíamos hablar cuando todo estuviera más calmado"


"Claro..."respondió Iñigo algo molesto, mientras se levantaba del sofá dispuesto a irse.


"Eh eh" dijo tratando de llamar su atención mientras posaba una mano sobre su hombro "no he dicho nada malo... solo que quizás deberíamos esperar, nos vemos la semana que viene aquí... en mi casa ¿Te parece bien?"


Iñigo no pudo contener su sonrisa, daba igual que no fuera una respuesta buena, o que no hubiera dejado nada claro, Iñigo tenía esperanza, más esperanza que nunca.


Pablo abrió la puerta de casa de golpe sacando a Iñigo de sus pensamientos, que no le había oído al introducir la llave en la cerradura, y se puso en pie de golpe, su sonrisa inicial se borró cuando vio la cara de Pablo, se notaba que no estaba feliz, y esto no era una buena noticia.


-Iñigo verás...-dijo Pablo avanzando hacía el, parecía algo agobiado


-Pablo yo no quiero presionarte...-dijo esperándose lo peor


Pablo se quedo pensativo durante unos segundos, que a él le parecieron minutos, mirándole fijamente, Iñigo sentía que le estaban sometiendo a una especie de juicio.

¿Podemos... estar juntos?Where stories live. Discover now