18. Santiago Abbado.

1.7K 116 10
                                    




Andy, se había perfumado, arreglado, y puesto un labial rojo provocativo.

Todo era parte de su perfecto plan, y estaba completamente ansiosa por entrar a clases y descubrir a su admirador secreto.

La campana sonó y ella junto con Emma se encaminaron sonrientes al salón de clases.

Andromeda no hacia el mínimo esfuerzo por ocultar su emoción, ya que había decido contarle sobre ese misterioso chico que la acosa, a su mejor amiga. Juntas habían elaborado el plan, y ya era hora de llevarlo a cabo.

Decididas entraron por la puerta haciendo más ruido del necesario.

Todas las miradas se dirigieron a las dos chicas, en especial a la castaña de la que todos los chicos observaban embobados.

Pufff, hormonales...

Ellas sonrieron satisfechas con su trabajo y pidieron disculpas al profesor gruñón que las reprendió por su tardanza de tan solo 2 minutos. El no muy convencido las dejo pasar después de su agotar discurso de el cual el aula entera se sabía de memoria. Ambas sentándose una al lado de la otra en la primera banca, el lugar perfecto para mantener los ojos alerta a cualquier mirada sospechosa.

La clase continuo con normalidad mientras el maestro hablaba de quien sabe que tema.

—Psss- Emma me dio codazo en el estomago sacándome todo el aire.

—Seras bruta—  digo tratando de respirar normal— ¿Qué pasa?— pregunto tratando de parecer con mal humor.

—¡Bruta tu!— rueda los ojos graciosa - y ciega también que no te has dado cuenta que ese chico esta que te come con la mirada—  señalo picara hacia nuestra derecha— Andy, ¿Crees que sea él?— abro mis ojos como platos mientras dirijo la mirada hacia el chico, el cual al percatase de que lo estoy observando me sonríe coqueto y me guiña un ojo. ¡Y este quien se cree! oh, cierto, puede ser mi admirador anónimo, olvidenlo... 

—¿Cómo es que se llama?— susurro dirigiendo mi vista de nuevo hacia mi amiga

—Umm... Creo que se llama Santiago Abbado — cruzo sus brazos analizándolo sin disimular aunque sea un poco — debo aceptar que no esta mal el chico, he estado varias veces en trabajos de grupo con el y es buen estudiante. Pero no me fió del todo—achino sus pequeños ojos.

Rode los ojos.

—Emma, tu no te fías de ningún chico- me burle.

— Tienes razón — asintió la rubia.

Deje que mi bolígrafo rosa cayera al suelo aproposito y disimuladamente me agache a recogerlo mientras  miraba de reojo a Santiago para detallarlo, era guapo. Un chico de cabello castaño y ojos pardos, tenía músculos, y para que mentir estaba como quería.

—¡Señorita Steel!— grito de repente el maestro asustándome.— ¿Podría dejar de mirar al joven Santiago y prestar atención a la clase?—  dijo con enojo.

Asentí sin responder, mientras muchos murmuraban cosas y otros reían.

La verdad no me importaba que hablaran, después de todo son solo eran chismes.

El profesor continúo con la clase y yo deje de mirar a Santiago para prestar atención.

Justo cinco minutos antes de que sonara la campana de cambio de clases una bola de papel golpeo mi cabeza desconcentrándome. La abrí:

Espero que no te enamores de un idiota, porque de esos habemos muchos pequeña.

—S.A

No estoy enamorada. 

¿Y si quiero enamorarme qué? Es mi decisión después de todo.

—A.S

Envié la respuesta algo cortante y retadora. Solo espero no se lo tome a mal y se enoje como la otra vez.

Espere la respuesta ansiosa mientras jugaba nerviosa con mi brazalete.  Pero no llego nada.

¡Lo que me temía!

La campana sonó y suspire resignada.

Todos los estudiantes empezaron a salir de aula apresurados y un chico medio rubio que no alcance a distinguir me hizo tumbar todos mis lápices de colores al suelo.

-¡Mira por dónde vas, imbécil!- farfulle molesta mientras me agachaba a recoger mis lápices.

Los amontone todos y los guarde en mi cartera de puntitos.

Al levantarme me sorprendí al ver una nota perfectamente doblada sobre mi mesa.

Entonces una sonrisa boba apareció en mi rostro de la nada.

Tome la nota y la leí:

Entonces, aquí estoy yo. Seré el más idiota de todos si eso te hace quererme como yo te quiero a ti pequeña.

—S.A



Sentí mis mejillas rojas y mi corazon pego un brinco.

Me iba a terminar enamorando de ese chico, y tenia que hacer lo posible por descubrir quien era antes de que eso pasara.




***Santiago Abbado en la multimedia (Noah Centineo). Aquí les traigo el primer chico con las iniciales S.A aun faltan 4.

¿Andy lograra encontrar a su anonimo antes de que caiga rendida a los pies del amor?

¿O ya se habrá enamorado?

¿Sera Santiago nuestro sensual admirador?

¿Nuestro anonimo sera descubierto por fin en uno de los ingeniosos planes de Emma?

¿Dejara nuestra escritora de hacer tanta preguntas?

¡Todo eso y mas, en Admirador Anónimo! xD


¿Admirador Anónimo? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora