IX~ Quizás pueda perdonarte

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~Subaru~

7:40 p.m. había perdido la cuenta de cuantas veces he estado mirando el reloj, tenia miedo, miedo de encontrarme a Rin y que sucediera lo que hace unos años, miedo de que me volviera a lastimar con sus palabras, tenia miedo de Matsuoka Rin.

-Deberías ir -llamo mi atención mi padre, el cual miraba el noticiero concentrado, mientras que yo hacia mis deberes en la mesa pequeña de la sala.

-¿De qué hablas? -pregunte evadiendo el tema, mi padre me conocía demasiado bien.

-Desde hace una hora que miras el reloj, estoy seguro que quieres ir a algún lado, pero no te animas a hacerlo, así que deja de darle vueltas al asunto y ve -me miro de reojo-. Yo no crié a una niñata cobarde -entrecerre mis ojos ofendida.

-Yo no soy cobarde -hice un puchero, mi padre arqueo una ceja.

-Eso no es lo que estoy viendo, solo veo a una niña cobarde que no quiere enfrentar lo que le teme -golpee la mesa con mis manos.

-¡No soy cobarde! ¡Y voy a ir! -grite frustrada mientras tomaba mi abrigo y comenzaba a caminar fuera de la casa, en ese momento me llegó un mensaje.

"Yo que no eres una cobarde, trae unas barras energéticas cuando vuelvas"

Sentí como mi sangre comenzó a hervir, había caído en la trampa de mi padre, unas inmensas ganas de romper mi teléfono contra el suelo me inundaron, pero en cierta manera debía agradecerle, sin sus provocaciones no hubiera salido de casa.

Camine no muy convencida hasta el mirador, un fuerte viento me tomo desprevenida provocando que casi perdiera el equilibrio, pero una mano en mi cintura evito el que me cayera, iba a agradecer a quién lo había hecho, pero mi cuerpo se congelo para después alejarme de él una vez que le vi.

-Lamento sí te asusté -se disculpo un poco decaído el pelirrojo.

-N-No te preocupes -bajé la mirada, subimos a la cima del mirador, era luna nueva, sólo se podía ver las estrellas en el firmamento, además de un fuerte viento que le acompañaba.

-Quiero... -comenzó a hablar a la vez que apretada sus manos en un puño-. Quiero disculparme... -me hele nuevamente al escuchar sus palabras-. Es mi culpa el que dejaras la natación y el ballet, no tengo excusa para hacer lo que hice hace unos años -no respondí, a decir verdad no quería responder-. Me di cuenta de mi error al momento en el que te vi llorar y salir corriendo, en verdad lo siento, Subaru -mordí mi labio inferior, no quería llorar otra vez frente a Rin, no quería ponerme en ridículo otra vez, está vez estaba segura de que no lo superaría-. ¿Subaru?

-¡¡¡NO ME TOQUES!!! -grite al momento que le quitaba mi mano de manera brusca-. ¡¡¡NO TIENES IDEA DE LO MUCHO QUE SUFRÍ POR TÚ CAUSA!!! ¡¡¡EL SÓLO RECORDAR QUE PARA TI SÓLO FUI UNA HERRAMIENTA!!! ¡YO!... yo... ¡¡¡YO TE AMABA!!! ¡¡¡ESTÚPIDO RIN!!! -grité al fin sacando lo que tenia oculto en mi pecho, sentí como mis lágrimas comenzaron a caer-. Te amaba mucho... por eso me dolió el que me dijeras eso... -trate de detener las lágrimas que caían sin control-. Eres un idiota, idiota, idiota, idiota, idiota, idiota, idiota, idio... -sentí como unos labios callaban mis palabras, las lágrimas corrían, este contacto con Rin, me dolía, pero aun así lo ansiaba.

-Lo siento -susurro al momento que se separaba de mi, mis ojos se abrieron al ver sus lágrimas-. Se que no tengo perdón, pero en verdad quiero estar contigo.

-¿Por qué no lo pensaste antes? -llevo mis manos a mi rostro para poder secar mis lágrimas.

-Era un niño, y me deje llevar por la ira -suspiro-. En verdad deseo que me perdones, Subaru, eres la única que... -volteo mi mirada hacia el pelirrojo, quería escuchar sus palabras, pero sus mejillas eran del mismo color que su cabello-. Eres la única a la que he amado... -termino en un suspiro, sentí mis mejillas arder, volteo mi mirada al momento que llevo mis manos a mis mejillas tratando de controlar el color-. ¿Subaru?

-¡No te acerques! -grito algo desesperada-. Y-Yo quizás... -comienzo a tratar de hablar-. Quizás pueda... ¡Perdonarte! -grito al momento que salgo corriendo antes de decir algo que no debía.

Escuche lo gritos de Rin a lo lejos, no me detuve, al contrario, corrí lo mas que pude para poder perderlo, solté un sonoro suspiro para tratar de regular mi respiración al momento que entraba a la tienda y compraba lo que mi padre me había pedido, para después tomar rumbo a casa.

-¿Cómo te fue pequeña? -me pregunto mi padre al verme entrar-. Estas toda roja ¿acaso tienes fiebre? -menciono al momento que llevaba su mano a mi frente-. No la tienes al parecer.

-No te preocupes papá, solo me siento algo cansada -sonrió levemente al momento que comienzo a subir las escaleras-. Buenas noches.

-Buenas noches pequeña.

Entre a mi habitación sin encender la luz, cerrando la puerta tras de mi, dejando caer mi cuerpo sobre mi cama, vi mi móvil brillar, lo tome encontrándome un mensaje de Rin.

"Gracias por darme otra oportunidad, prometo esta vez hacer las cosas bien, no cometeré el mismo error dos veces, Te amo Suba-chan ❤"

Sentí mis mejillas arder nuevamente al leer esa ultima oración, Rin era un idiota por causar todas estas emociones en mi interior, sentí como mi corazón quería salir de mi pecho, tome la almohada y la coloque en mi rostro para después gritar todo lo que podía, dejando salir todo.

-Rin idiota -grito por ultima vez para después quitar la almohada de mi rostro-. Pero aun así... -susurro al momento que miro el cielo por la ventana, extrañamente veía brillas a las estrellas más-. Aun así... yo todavía te amo, Rin -suelto un sonoro suspiro en verdad quería que todo fuera real, sentía miedo de que me despertaría en cualquier momento y mi miedo por Rin regresase, que las palabras que me acaba de decir eran mentira, eran solo palabras que quería escuchar, que aquel beso, mi primer beso, fuera producto de mi imaginación-. Es demasiado bueno para ser verdad.

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⏰ Última actualización: Sep 16, 2017 ⏰

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