«Micro-relato»

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Gemma estaba como una cabra, sin contar con la ironía de la palabra, pero no hay otra palabra que la describa a la perfección.

Después de llegar a su casa se tomó el tiempo suficiente para darse una ducha. Y podría pasarme el día entero describiendo las miles de cosas que se le vinieron a la cabeza durante esos minutos bajo el agua, pero que va. La mayoría de sus pensamientos estuvieron centrados en una sola persona, y claramente me refiero a Derek.

Derek Turner, Derek, jodido Derek.

Gemma no lograba sacárselo de la cabeza. Se había pasado todos estos años pensando que lo sabia todo de él, y lo crean o no Gemma siempre había pensado que Derek no le prestaba la menor atención que no fuera para molestarla o insinuársele siempre con el mismo fin; irritarla hasta más no poder. Pero el hecho de que recordara un insignificante sobre ella como era el tener asma, la hizo volver a plantarse la duda. ¿Quién era realmente Derek?

Para ser sincera ella ni siquiera sabía porque se llevaban tan mal. El hecho de que aún no le hubiera dado su merecido como lo haría con cualquier otro la hacía dudar de lo que sentía por el.

El simple hecho de estar pensando eso le provocó escalofríos.

Por si su mente no fuera ya una completa maraña de dudas, su hermano Max parecía haber desaparecido de la faz de la tierra. El era la razón por la que se había expuesto a la lluvia al irse caminando.

El simplemente le había mandado un mensaje cuando ella estaba en clase para decirle que 'sentía no poder ir a recogerla pero que le había surgido algo en trabajo' así sin más ni menos.

Vaya mierda de día.

Lo único relativamente bueno que le había pasado hoy era que al fin tenía algo así como una 'pareja' para la fiesta.

Le quedaban solo dos horas para terminar de arreglarse y llegar bien a la fiesta, y eso sólo si a Derek no se le ocurría poncharle las llantas al auto de su hermano.

Ya había terminado de peinarse y maquillarse cuando de la nada se abrió la puerta de su habitación.

Gemma no se fijó en quién era cuando ya había lanzado un tacón de doble plataforma en dirección a la puerta.

—¡Oye! —Se quejó Max sobándose la frente, donde había caído el tacón—. Lo has hecho a propósito. - dijo fulminando con la mirada a su hermana.

Gemma se hecho a reír inocentemente. La verdad es que no lo había hecho apropósito, fue por instinto.

Aunque de haber sabido que era el le hubiera tirado ambos tacones.

—Lo siento hermanito, —dijo Gemma fingiendo estar apenada— no sabía quién era y además de tí no vive nadie más en esta casa y se supone que debes tocar antes de entrar.

—Lo siento hermanita, —dijo rodando los ojos— me he olvidado de que tengo una hermana con puntería de beisbolista.

—Anda, lárgate de aquí antes de que te mate por haberme dejado en la lluvia.

—¡Ah! Que a eso venía, ¿cómo te fue con Derek? —preguntó el sonriendo.

Gemma frunció el ceño.

—¿Cómo qué cómo me fue con Derek? ¿sabes algo que yo no? —Lo miró con los ojos entrecerrados.

—Bastardo traicionero. —murmuró Max.

Estaba casi segura de que no se suponía que ella escuchara eso.

Max cambio su expresión enojada por una de absoluta inocencia. Claro.

—¿Y bien? ¿Cuando se declararán perdidamente enamorados el uno del otro? —preguntó con una sonrisa inocente.

Gemma puso una expresión incrédula antes de estallar en carcajadas

—El infierno se congelara antes de que yo haga tal cosa. —dijo ella calmando su risa y limpiándose unas cuantas lagrimas que había sacado.

—Hmm, entonces están enamorados pero ninguno confiesa su atracción. —Fingió estar pensativo—. ¿Cómo les funciona eso? Yo apenas puedo convencer a Said de que lo amo sin tener que decírselo.

Said es la pareja de su hermano.

—Solo para aclarar, ni yo estoy enamorada de el ni él de mí.

—Oh por favore, amore. —replicó Max con un mal acento italiano—. Discuten por cada tontería, además ¿me vas a decir que él nunca te ha dicho que le gustas o siquiera te ha besado?

—Está bien, —dijo ella resoplando— aclarando, me ha besado, dos veces, claramente contra mi voluntad y buen juicio. —dijo rindiéndose— Y sí, me ha dicho que le gusto; pero desnuda y en su cama.

Max se encogió de hombros.

—Para mí eso es una declaración de amor completa. —dijo torciendo los labios.

—¿Tú que vas a saber?, eres hombre.

—Un hombre gay y en este caso, un hombre gay con pareja. —aclaró orgulloso.

—Eso es aún peor, ambos son hombres tienen la misma opinión de lo que es una declaración de amor, como van a saber lo que es en realidad para una mujer. —dijo resoplando.

Max rodó los ojos con exasperación.

—Qué bueno que no fui mujer, se
complican demasiado.

—Largo de aquí Max. Entre Derek y yo no hay nada.

—Tal vez aún no, pero te aviso que si tú no te apuras me lo quedo —dijo Max mordiéndose el labio con expresión extasiada—. Y es más, creo que Said ni se molestaría si lo cambio por el, es muy consciente de que Derek tiene lo suyo...

Gemma lo saco de su depravada ensoñacion.

—¡Largo Max! —dijo enojada.

No era la primera vez que alguien insinuaba que había algo entre Derek y ella. Sus amigas ya habían insinuado que terminarían juntos, ella siempre lo negaba.

No era que Derek fuera feo, al contrario no era nada feo, Derek tenía lo suyo.

El problema es que lo conoce desde que tiene memoria, sus padres los llevaban a sus reuniones de negocios cuando apenas sabían caminar. Después dejaron de verse. Hasta que por pura cosa del destino Derek quedó en su misma universidad.

No ha dejado de molestarla desde que se dio cuenta de quién era, al principio ella había tratado de evitarlo hasta que por accidente tuvieron un choque de miradas.

Pero como dicen por ahí 'entre un choque de miradas, una sonrisa es el mejor accidente' o en su caso, el peor.

Gemma había terminado de cambiarse. Llevaba un vestido negro de encaje largo que tenía una abertura del lado derecho que dejaba a la vista una de sus piernas, y para terminar con unos tacones negros de terciopelo.

Se fijó en la hora. Le quedaban todavía veinte minutos para hacer todo lo que quisiera antes de que Luke llegara.

¡Luke! Con todo eso de Derek no se había detenido en pensar que iría con el.

Se puso mandar mensajes por Whatsapp a las demás chicas para ver con quien habían quedado ellas de ir.

Acababa de terminar de enviar el mensaje cuando escucho que Max le gritaba de una manera nada discreta que su acompañante había llegado.

Echó una ultima mirada al espejo para comprobar que no tenia ni un moco pegado en la nariz y tomó camino a las escaleras.

Se detuvo en el ultimo escalón cuando miró al hombre que estaba apoyado en el marco de la puerta principal.

Se quedó estática mientras sentía como su boca se quedaba seca.


Gemma podía jurar que la madibula le llegaba hasta el suelo.

«Someone Capricorn»Où les histoires vivent. Découvrez maintenant