Capítulo único

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 Ver aquella serie completa junto a su proclamado mejor amigo, había sido una buena idea para aquel día. Porque si hubiera salido a hacer el vago en su día libre, o quizás estar junto a Jongin preparándose para alguna fiesta en la noche en casa de algún supuesto amigo. No hubiera conocido al nuevo inquilino de la residencia, quién le había iluminado los ojos, haciendo que tuviera que pestañear e incluso sobarse los ojos, ya que, exageradamente creía que aquel ser que estaba con su rostro casi hundido en una gran bufanda roja, era algún tipo de ángel que se había perdido y pedía ayuda a unas personas de las cuales más le valía alegarse antes de que se le perdiera la pureza.

Suho no le había dicho que un nuevo inquilino vendría a ocupar el lugar de Luhan en la residencia. Y Chanyeol se preguntó cómo fue a dar a un lugar como aquel. Porque la residencia era acogedora, sí. Pero eso no le quita que tenga sus desventajas, grandes desventajas. Quitando alguno que otro mal funcionamiento —el cual Suho siempre prometía arreglar— y la lejanía de este del centro de la ciudad, podría considerarse un buen lugar.

El llevaba ya dos años y medio en aquella residencia, aun no queriendo encontrar un lugar fijo. A pesar de que sus ahorros ya podrían alcanzar para algún lugar propio y estable. Pero, en aquella pequeña residencia tenia a los que se habían convertido en sus mejores amigos y casi familia.

Aún recuerda como fue la despedida del primer integrante de su segunda familia. Kris había sido un gran amigo, una persona que a pesar de su exterior aparentemente frío, era muy divertido. Se había propuesto como meta el visitar a su amigo en China, donde al parecer ahora era dueño de la empresa de su padre. De todos modos, gracias al alto chico había aprendido chino. Hasta ahora molestaba a Jongdae hablándole en chino algunas veces, sabiendo que su bajo amigo no entendía nada y se malhumoraba cada vez que sentía que Chanyeol se burlaba de él en otro idioma.

El segundo había sido Tao, aquel chiquillo insolente del que se había encariñado mucho, y había disfrutado mucho el enseñarle el país en su no tan breve —año y medio— estadía. Aunque se hubiera podido quedar más tiempo, y quizás encontrar un empleo fijo en Corea, pero un titán Chino lo había engatusado y se había ido detrás de aquel amigo suyo. Patearía el trasero de Kris si hacia sufrir al chico.

Luego fue Luhan. La familia de a poco se iba aminorando, pero las fiestas de despedida hacían que todos derramaran lágrimas y se prometieran amistad eterna, que de todos modos era el caso.

Chanyeol no se alegraba de que la ida de Luhan fuera la entrada para alguien más interesante, bueno, interesante en otros términos. El alto aún estaba combatiendo con la flecha que se había quedado incrustada en su corazón cuando escucho por primera vez la voz del chico.

Se había ofrecido amable a llevar sus numerosas maletas a la habitación del segundo piso. No sabía si el chico se había traído su colección de piedras en aquellas maletas, porque sí que pesaban. Pero siempre con una sonrisa y algo de sudor en su frente, decía que estaba bien, y pronto ya había llegado por fin al frente de la puerta; recibiendo una oculta sonrisa detrás de esa bufanda y unos lindos ojos en forma de media luna. Oh, y por supuesto, una linda melodía en forma de Gracias.

No demoro en invitar al pequeño chico a integrarse a la familia, aunque al parecer al bajito algo lo aquejaba, alguna cosa de la cual no tenía conocimiento. Más pronto tuvo sonrisas y largas conversaciones en la mesa que se compartía de vez en cuando con la mayoría de los inquilinos.

Suho había propuesto aquella idea un día que Chanyeol y Jongdae veían una película en el sillón de la sala común, derramando comida por toda esta. Ahora, la mesa era exclusiva para comer. Pronto se instauro el sábado como día de películas. Todos los chicos de la residencia estaban presentes, disfrutando de una película de quién la elegía de turno y de la siempre deliciosa comida que preparaba Kyungsoo. (Después de intentar turnar, y de que Yixing se enfermara del estómago por tres días por aquella masa de comida que había hecho Sehun). El bajito se había ofrecido para cocinar siempre aquellos días. Nadie se negó, así que tenían un excelente cocinero.

Pequeña inspiración {Oneshot}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora