Porque No Te Haces Cargo

11K 346 26
                                    

Claro, aquí tienes una versión mejorada de la conversación del principio para que sea más interesante:

---

—¿Qué demonios? ¿Quién llama a esta hora?

4:30 a.m. *Jódete, mundo.*

Ignoré la llamada, pero no sirvió de mucho. Treinta segundos después volvió a sonar.

*Maldita sea, quienquiera que seas, te aseguro que me vengaré por despertarme de mi sueño con Daniel Radcliffe.*

Tomo el teléfono y escucho una voz irritante.

—¿Qué quieres, Allen?

—Aria, nos tienen encerrados. Si no vienes a arreglar esto, nos matarán.

—¿Qué? ¿Dónde estás?

—No es momento para detalles. Solo ven.

—¿Y por qué demonios debería importarme? ¿Quiénes son "nosotros"?

—Conmigo está alguien que te importa.

—Si esto es una broma, Allen, juro que...

—No estoy bromeando. Tu padre está conmigo. Hizo una apuesta estúpida y ahora nos tienen a ambos.

—¿Mi padre? —Mi corazón comienza a latir más rápido—. ¿Qué clase de apuesta?

—Perdió 20 mil dólares en el casino y no puede pagar. Los tipos aquí no están jugando.

—Maldición, Allen. ¿Cómo te metiste en esto?

—Eso no importa ahora. Necesitamos que vengas, ya.

—Y por qué no debería dejar que te maten y resolver esto yo misma después.

—Porque tu padre está en peligro. Y créeme, estos tipos no se andan con rodeos. O vienes, o no saldremos de aquí.

El tono de Allen cambia, volviéndose más desesperado y serio.

—Escucha, Aria. Si alguna vez hubo un momento para confiar en mí, es este. Nos tienen en una bodega en Privet Stone, 6789. Pero apresúrate. No sé cuánto tiempo más podamos aguantar.

La línea se corta abruptamente, dejándome con un nudo en el estómago.

Bien, según esto están en Privet Stone, bodega 6789. *Qué irónico,* ahora que me doy cuenta, mi vida es una ironía. La bodega 6789 como el 1234. *Ah, a quién engaño,* solo estoy perdiendo el tiempo para no pensar en la idiotez que hicieron estos dos.

Me subo a mi moto y comienzo a ir hacia allá. Acelero al máximo, el rugido del motor rompiendo el silencio de la noche. Llego y está cerrado. Sin pensarlo dos veces, salto la verja y corro hacia la entrada. Sale un hombre moreno, alto y fornido, y dice:

—Clave.

Yo, con total simplicidad, respondo:

—Jódete y muévete, tengo prisa.

—¿Qué me acabas de decir, niña ignorante?

—Que te jodas, ahora muévete.

Sin esperar su reacción, le propino una patada en la entrepierna, haciéndolo doblarse de dolor. Paso junto a él y entro en la bodega. Allí están Allen y mi padre, amordazados y atados a sillas.

—¿Pero qué mierda hiciste, Jason? —le digo a mi padre mientras desato sus manos.

Antes de que pueda quitarle la mordaza, un hombre de unos 1.58 o 1.60 metros se acerca rápidamente, apuntándome con una pistola.

—Niña ignorante, ¿cómo es posible que tú vengas a arreglar los problemas de tu padre?

—Créeme, me he estado preguntando eso por años y aún no encuentro la respuesta.

El hombre se ríe con desdén.

—Bueno, niña, ¿qué tienes para ofrecerme?

—Le pagaré todo en un año, solo deme un año.

—Ni lo sueñes, niña. Quiero todo pagado en 5 meses. ¿Me escuchaste? Exactamente 5 meses. Y que ni se les ocurra huir, ya me enteré de lo que pasó en California.

—¿Qué pasó en California? —pregunto, tratando de mantener la calma.

—Tu padre ya intentó escaparse de una deuda allá. No será tan fácil esta vez.

En ese momento, noto un ligero movimiento detrás del hombre armado. Es Allen, quien ha logrado liberar una de sus manos. Sin pensarlo, me lanzo hacia el tipo y golpeo su brazo, haciendo que el arma caiga. En la confusión, Allen se libera por completo y se abalanza sobre él.

Mientras los dos forcejean, logro desatar a mi padre. Juntos ayudamos a reducir al tipo, atándolo con las mismas cuerdas que usaron con ellos.

—Vamos, tenemos que salir de aquí antes de que lleguen refuerzos —digo, mirando a mi padre y a Allen.

Justo cuando estamos a punto de irnos, escucho al hombre con la pistola decir:

—Espera, hay otra opción.

Me detengo y me vuelvo hacia él, todavía respirando con dificultad.

—Habla.

—Puedo darles una oportunidad. Si logran reunir los 20 mil dólares en tres días, saldaremos la deuda y no les haré daño. Pero si no cumplen, los buscaré y les haré pagar el doble, y no solo con dinero.

—¿Tres días? —digo, sorprendida pero aliviada de que haya una alternativa.

—Sí, pero no un día más. Y créeme, niña, si no cumples, desearás nunca haber nacido. ¿Entendido?

Miro a mi padre y a Allen. Ambos asienten, sabiendo que no tenemos otra opción.

—Está bien. Aceptamos. Tendremos los 20 mil en tres días.

—Perfecto. Ahora váyanse antes de que cambie de opinión.

Salimos corriendo de la bodega y subimos a mi moto. Arrancamos y nos perdemos en la oscuridad de la noche, con el corazón todavía latiendo a mil por hora, sabiendo que tenemos una misión urgente por delante y que el tiempo corre en nuestra contra.

---

Sé que pueden odiarme por haber agregado cosas al primer capítulo, pero me di cuenta de que tenía muchas faltas de ortografía y aún así sigue teniendo algunas. Además, no tenía mucha relevancia, así que le agregué algunas cosas pero no cambié la historia, lo juro.

Hasta luego.

Una Espia AdolescenteWhere stories live. Discover now