Prologo

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Apunto a la cabeza del imbécil que tengo frente a mí suplicando por su vida, sin pensarlo apretó el gatillo y el imbécil cae muerto al piso.

Miro a los 2 gigantes que están al lado mío, no me sé sus nombres, pero bueno, por algo estarán aquí.

- Saquen el cuerpo de aquí y limpien. - ambos asienten. - Él fue el último en esta casa. - limpio una lágrima imaginaria y ambos sonríen. - Que quede bien limpio.

Subo las escaleras, abro la puerta que da directo a la cocina y le sonrió a mi madre.

- Que descanse en paz. - mi madre me fulmina con la mirada, ya que no le gusta que haga este tipo de cosas.

Se que soy mujer, y no debería estar haciendo estas cosas, pero ellos no pudieron tener más hijos, ya que si hubieran podido, habrían buscado el varón, pero como no lo tuvieron aquí estoy yo.

Oooh había olvidado eso...

Mi nombre es Mila Kéldysh, tengo 18 años y soy hija del jefe de la mafia rusa. Fredek Kéldysh es mi padre, el hombre el cual, los policías más desean tener entremedio de sus rejas, pero nunca han encontrado una prueba o algo para poder lograrlo, tráfico de armas, drogas, mujeres, blanqueo de dinero, y así miles de cosas más, es el trabajo familiar. Y bueno, también soy hija de la señora que aún me sigue fulminando con la mirada, la cual se llama Irisa Kéldysh.

- Mila te he dicho que no me gusta que hagas esos trabajos. - me fulmina aún más con la mirada si es posible. - Para eso tu papá tiene a Alek y a esos 2 gigantes. - yo ruedo los ojos.

Si se preguntan quién es Alek, bueno Alek Gelman es la mano derecha de mi padre y también es nuestro sirviente desde que tengo memoria.

- Mamá, me gusta hacer eso a mí, aparte me lo has repetido muchas veces y aún lo sigo haciendo. Yo que tú, me doy por vencida. - le guiño el ojo y salgo se la cocina y la escuchó gruñir.

Veo el gran living que hay delante de mí el cual se encuentra con algunas cajas que van quedando.

Y si se preguntan ¿Porque las cajas? Es porque nos mudamos a New York en unos minutos más.

Veo a mi padre entrar y le sonrió.

- ¿Descansa en paz? - pregunta, asiento y me abraza.

Nos quedamos unos segundos abrazados, pero algo nos sobresalta.

- ¡Aaaaaaa! ¡Mastodontes idiotas mancharon mi piso con sangre! - grita mi madre.

- ¡Ups! - decimos con mi padre al unísono.

- Creó que iré a ver tu madre. - se encamina a la cocina.

Me siento en los sillones que quedan y me quedó ahí esperando los minutos que faltan para salir hacia el aeropuerto.

Luego de un rato salen mis padres de la cocina y me sonríen.

- Es hora pequeña. - me paro y caminamos a la salida de la casa.

Cerramos la puerta y caminamos al auto, miramos la casa por última vez y suspiramos.

- Tantos recuerdos en esta casa. - dice mi madre con nostalgia.

- Tantos negocios. - dice mi padre.

- Tantas muertes. - digo yo y mi madre me pega un aletazo.

Río y me subo al auto.

- Bueno familia, New York nos espera. - dice mi padre y nosotras con mamá sonreímos.

New York prepárate, los jefes de la mafia van para quedarse. 


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La Mafia (#1TrilogiaRusa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora