Narra Naruko:
Mi mañana había comenzado bien, me levanté de buen humor, le hice el desayuno a Tomoe y Sasuke.
Llegué a la Oficina del Hokage para cumplir con mis deberes, no había mucho trabajo y Naruto no estaba estresado.
Pero la paz duró poco tiempo, Boruto había vuelto a hacer un desastre la clase, lo cual provocó enfadó en los demás por tener que soportar sus travesuras y mal comportamiento.
A veces recordaba cuando Naruto tenía su edad y hacia lo mismo, el y Boruto se parecían mucho y igual que Tomoe y Sasuke.
Me aleje de mis pensamientos cuando escuche un portazo, volteó la mirada y me encuentro con Boruto con el ceño fruncido y lágrimas amenazando con salir de sus ojos.
- Hey, ¿quieres ir a comer algo? - pregunté acercandome a el
Boruto levantó la mirada y me regaló una sonrisa para luego seguirme para ir a comer.
Entendía su disgusto, no pasaba mucho tiempo con su padre y madre, y tenía que cuidar a su hermana pequeña.
Era casi lo mismo que viví con Naruto, y no iba a permitir eso.