-Love me for me-
Parte dos:
-Espérame-Me dijo la voz de Justin a lo lejos.
Claramente había estado testarudo, arrogante e insoportable en menos de 10 minutos, y, claramente, no iba a pasar más tiempo con él y su inmaduro comportamiento, eso, es lo que quería intentar hacerle entender a mi cerebro pero, al parecer y, muy en contra de mi cerebro, mi corazón también tenía su idea propia.
Paré en seco y espere a que su molesta pero, agradable persona estuviera a mi lado, para suplicarme perdón o por lo menos decir algo que arreglara un mínimo las cosas.
-Te has olvidado la comida-Dijo el sin mirarme.
Yo suspiré fuertemente y asentí exagerada. No, no era nada parecido a lo que yo pensaba.
Hice algo parecido a una reverencia y cogí la bolsa grasienta que el sostenía en su mano derecha con algo de brusquedad.
-Te lo pagaré otro día- Murmuré mientras me alejaba en busca de mi amada bicicleta.
Puse la bolsa de comida en mi mochila y me acomodé en la bicicleta.
Intenté pedalear pero un pequeño crujido me hizo ponerme en guardia.
Que no sea la rueda, por favor, todo menos las ruedas.
Miré lentamente las ruedas y me sorprendí al ver dos grandes huecos en una de las ruedas.
Susurré algunas palabras inadecuadas y me quedé quieta, sin saber que hacer.
Por lo menos no llueve.
Miré mi bicicleta y asentí resentida, tendría que caminar.
Agradecí que mi casa estuviera solo a 15 minutos de aquel lugar caminando y, que el tiempo no era lo suficientemente espantoso como solía serlo.
Cogí la bicicleta del manillar y empecé a caminar costosamente con aquel inútil artefacto.
-¿Necesitas ayuda?-Dijo una voz chillona.
-Iris…-Dije con poco entusiasmo.
-La misma, anda, que te ayudo-Dijo la chica muy entusiasmada.
-¿Qué haces aquí?-Pregunté cortante.
Les presento a mi no tan queridísima y muy fastidiosa ‘’vecina’’.
Digo ‘’vecina’’ entre comillas porque hace dos meses que se mudó a un barrio mucho más escandaloso, ya sabes, de esos que quedan cerca de las discotecas, los bares, tiendas, y ,cosas ruidosas.
Realmente nunca me había agradado, ella siempre había sido entrometida e irritante. Algo que odiaba.
Quizá podría ser prima, o, casi hermana de Justin.
Sonreí estúpidamente y negué con la cabeza para deshacerme de aquellos pensamientos.
-Me he vuelto a mudar, aquel barrio era bastante ruidoso-Dijo ella mientras caminábamos-Además, extrañaba estar contigo-Dijo ella intentando sonreír o, eso parecía.
-Las demás también te extrañaban-Dije intentando evadir la parte de ‘’extrañaba estar contigo’’.
Sí, señores y señoras, Iris no era tan solo alguien insoportable, también era empalagosa.
Entramos lentamente a aquel edificio de color marfil y pasé al patio trasero de la urbanización.
Un gran pasto verde artificial decoraba el suelo, unas cuantas piedritas que intentaban parecer un camino conducía hasta una gran fuente que soltaba agua que mojaba a quien pasara más de dos metros cerca de ella.
La gente caminaba tranquilamente por la piscina disfrutando de aquel inusual y anhelado día de verano que había.
Me acerqué a un sitio alejado de todo y saqué el candado de mi bolso, coloqué mi bicicleta y me giré intentando encontrar a Iris.
¿Dónde se habría metido? No le di importancia y camine tranquilamente hacia mi casa, agradeciendo que (basándome en mi teoría) algún agujero negro se hubiera abierto y , al ver a aquella molestia , quiso hacer un favor y se la trago.
Bueno…estaba siendo algo ruda ,sí ,pero, así soy yo.
Entré a mi casa y pasé directamente a mi habitación ignorando los extraños ruidos que se escuchaban en mi sala de estar.
¿Había mencionado que vivía sola? Pues sí, mis padres habían decidido mandarme a esta ciudad a estudiar yo, sin peros ni excusas acepté la idea.
Me cambié por algo cómodo y pasé al salón.
¿Qué mier.da hacían estos aquí?
Luces de colores adornaban el suelo, confeti decoraba la mayoría de lámparas y unos cuantos globos permanecían colgados en el techo.
Un gran pastel ocupaba la mitad de la mesa, en su compañía, habían aperitivos y chuches con una buena pinta.
Un gran cartel colgaba de la pared, cerca del televisor.
‘’Feliz Cumpleaños’’
Miré anonadada a las personas que habían en el salón y sonreí enternecida y a la vez sorprendida.
No, no estaba sorprendida por aquella fiesta, o sí, pero eso no era todo.
¿Cómo habían entrado a mi casa? ¿Cómo pude haber olvidado mi cumpleaños?¿ Quién había tenido aquella idea?
Miré hacia un lado del sofá y vi a Iris sentada, sonriéndole a un castaño.
-Iris-La llamé buscando explicaciones. Ella, pareció decirle unas cuantas palabras a aquel castaño y se acercó a mi alegremente.
-¿Lo has hecho tú?-Pregunté sonriendo.
-Claro que no, ha sido aquel chico-Dijo ella señalando el chico con el que estaba hablando hace unos segundos.
¿Justin?
-Felicidades-Dijo Iris abrazándome ,yo le correspondí al abrazo y me dispuse para hablar con Justin.
¿Cómo él sabía cuando era mi cumpleaños mientras que yo lo había olvidado?
-¡Hey!-Susurré sentándome a su lado.
-Eh –Respondió él en forma de saludo.
-¿Justin?-Lo llamé con timidez.
El asintió y yo empecé a ponerme nerviosa, ¿Qué se suponía que iba a decir? No lo sabía pero, algo tenía que decir, y rápido.
-Gracias- Dije sin mirarlo. Sí, claramente había sido lo más ingenioso que había dicho en toda mi vida.
-Gracias a ti-Dijo el confundiéndome.
-¿Gracias a mi?-Pregunté confundida.
-Gracias a ti-Dijo el acercándose a mi-He aprendido a amar –Dijo él uniendo nuestros labios.
¿Amar?¿Beso?¿Gracias?¿Cumpleaños?
¿Qué pasaba aquí? ¿Le gusto? ¿Me ama?
No lo sé, ni me importa en estos instantes, solo, disfrutaré de aquel suave y tierno beso que recibía del chico de chaqueta de cuero y jeans desgastados.
Solo , esperaba que tan solo me amara por lo que soy.
