Harry quería jugar con su marido.
Habían estado preparando el cuarto de la niña que por fin les habían concedido en adopción después de muchas gestiones y dificultades.
Harry tenia las manos llenas de tul rosa, que había usado para la cama adoselada.
Se envolvió con el tul y se dirigió hacia el salón.
-Quiero jugar a ser tu regalo.
-¿Mi regalo?
-Tu regalo, un objeto de pecado y placer sólo para tu goce.
-Bien, quiero mi regalo.
-Debes desenvolverme.
Niall se levantó y le desenvolvió despacio, revelando su esplendoroso cuerpo desnudo y cubierto solo por sus tatuajes.
Bajó la mano despacio por ese pecho y hacia su pene, plenamente erecto, listo para su disfrute. Lo acarició de arriba abajo, sólo con un dedo, provocando que éste se pusiera más tieso aún.
-Dios, si... Para mí... Todo mío...
Se arrodilló tomando su miembro entre los labios, introduciéndoselo y chupando con fuerza, luego lo lamió en sentido descendente para volver a subir por el lateral y se dispuso a jugar con los testículos, chupando y lamiendo, para a continuación devolver su atención al menú principal.
Las piernas de Harry temblaron y ambos cayeron en un mar de tul rosa. Niall siguió venerando con su boca el pene de su hombre y con el brazo izquierdo le elevó la cadera, con el derecho exploró, introduciendo dos dedos en su ano y acariciando a la vez que chupaba, provocando los jadeos desesperados de Harry, que le sujeto el pelo a punto de correrse, alcanzando el orgasmo en su boca mientras gritaba su nombre. Niall sintió llegar el estallido de su orgasmo, y su paladar se lleno del sabor característico de la savia de su hombre, suyo. Se apartó escupiéndolo, y levantó la cabeza con una sonrisa, parte de su esencia cayéndole por la comisura de los labios.
-Prueba tu sabor -dijo besándolo, pasándole parte de su semen con la lengua mientras Harry le masturbaba con firmeza y precisión.
-Sólo espero -dijo Harry al final -que no vengan ahora de la agencia de adopción.
