Capítulo 16

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– ¿¡Pero estás tonta!? –chilla Alba mientras se pasa la mano por la cabeza.

– ¡Esa pregunta te la tendría que hacer yo a ti, bruja! Que no eres más que eso.

– ¡Mira niña que te...! –grita al mismo tiempo que se acerca a Sara con el puño en alto.

Dani se ha interpuesto entre las dos, mirando hacia Alba por si tiene que detenerla en algún momento. La cosa se está desmadrando y no quiere que le pase nada a ninguna. Sin embargo quien en realidad le preocupa es Sara. Su ex novia no tiene límites.

Intenta disimular su sonrisa, aunque no es muy buen actor. No se esperaba esa reacción de Sara. Ella no es chica de meterse en peleas ni mucho menos. Siempre actúa de espectadora, poniendo paz y fin a la discusión. Le ha gustado que haya salido a defenderle y más aún que haya alejado a su ex de él.

Cuando la rubia se le acercó, realmente empezó a tener miedo. Él conoce a Alba mejor que nadie, o eso creía. Y sabe que es capaz de hacer cualquier cosa con tal de conseguir lo que quiere. Está loca. Si no llega a aparecer Sara, ya se podía dar por perdido.

–Mira, no te suelto una patada en la boca porque mi novio se ha puesto en medio –dice sonriendo al chico.

– ¿Cómo que tú novio? Querrás decir mi novio.

En cuanto se da cuenta de lo que acaba de decir abre los ojos todo lo que puede y se tapa la boca con las manos. Pero ya es tarde. Aquella frase ha llegado hasta los oídos de Dani que se gira despacio y la mira fijamente a los ojos.

– ¿Perdona? Mira niña, en la ciudad no sé cómo funcionarán las cosas pero aquí...

– ¡Alba! –grita una voz a sus espaldas.

La chica se gira justo a tiempo para ver a su madre corriendo hacia ella. Lourdes tiene cara de preocupación. Ni siquiera va maquillada, con lo presumida que es, al igual que su hija, y tiene unas ojeras como si no hubiera dormido en días. Conforme se acerca a ellos Alba distingue con horror sus preciosos ojos grises llorosos.

– ¿Mamá, qué pasa? –pregunta olvidándose de Sara.

–Ay, cariño... –susurra a la vez que le abraza.

–Mamá, no me asustes. ¿Qué ha pasado?

–Alba, estás enferma –sentencia después de unos segundos de duda.

– ¿Qué? –pregunta desconcertada.

–Vamos. Ya he llamado al médico y nos está esperando.

– ¿Qué médico? ¿Qué dices?

–Alba, tenemos que ir al psiquiatra.

La chica se gira de golpe con los ojos rojos llenos de odio y se abalanza contra Dani con la intención de llegar a Sara.

– ¡Has sido tú! –grita con todas sus fuerza. – ¡Te voy a matar! ¡Niñata de ciudad, vas a ver! ¡Ahora me vas a conocer de verdad!

Lourdes agarra a su hija y con mucho esfuerzo consigue despegarla de Dani. El pobre ya no tenía fuerzas para detenerla mucho más tiempo.

Con gritos, insultos, lágrimas y patadas al aire Lourdes consigue llevarse a su hija, no sin antes darle las gracias a Sara.

***

Marcos detiene la moto y la aparca junto a una gran roca. Laura se baja del vehículo y se sienta sobre una piedra más pequeña que hay frente al río. El chico la imita.

– ¿Por qué me has traído aquí? –pregunta sin dejar de mirar al agua. Es un paisaje realmente bonito.

–Aquí no hay perros –contesta divertido.

Dos amores de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora