Encuentro

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-Anda Guren, necesito alguien que cargue las maletas por mi- el chico pelinegro me ve y suspira.
-Ya te dije que no.- se cruza de brazos.
-Vamos, será divertido, imagina que somos dos colegialas escapando de la casa de sus padres.
-Técnicamente tú ya escapaste, y solo vas por tu ropa, no me necesitas.


-No puedo creer que me hayas hecho venir- refunfuña Guren mientras enciende el carro.
-jaja, y solo tuve que rogar un par de veces más.- sonrío y me acomodo en el asiento del copiloto.
-Me golpeaste...
-Detalles más detalles menos.- me fulmina con la mirada- Ya, no seas tan gruñon.

Estacionamos el carro unas calles antes de la mansión, entramos caminando , así sería más fácil una huida rápida, supongo. Cuando pasamos por la sala me doy cuenta de que no está un jarrón azul de porcelana china que estaba hace unos días, asumo que ese fue el sonido de cristal rompiéndose que escuché . Evadimos a los sirvientes y llego a mi habitación sin haberme encontrado a mis hermanos, suspiro con alivio. Guren me sigue con la mirada mientras tomo mis cosas. Dejó caer un libro a propósito esperando que él lo recoja pero como no lo hace se lo aviento.
-oye tranquilo ¿qué pasa? - se protege con las manos.
-deberías de estar ayudando en lugar de verme. - tercio enojado.- entre más rápido acabe más rápido nos vamos.
-Me gusta verte el trasero.- declara burlón- y ya que me hiciste venir hasta aquí, debería de sacar provecho de ello. Por cierto te sonrojaste.
Cubro mi cara con un libro.
-Guren idiota.

-Claro amo Hiragi- se escucha una voz femenina acercándose por el pasillo.
-También quiero que saques su ropa. - los pasos se detienen delante de la puerta.
-Joder esto no es bueno... - susurra Guren. Lo empujó al baño y cierro la puerta. Le digo que no salga ni haga ruido, no sé si me haya escuchado o estuviera buscando la forma de salir por una ventana.
Se abre la puerta. Entra una joven sirvienta junto a mi padre. Me pongo firme, preparándome para el infierno.
-Oh volviste.- voltea hacia la mujer- déjanos solos.
Cierro mis manos en puños y encajo las uñas contra la palma.
Él Hiragi mayor siempre había sido un hombre impotente, he lidiado con el la mayoría de mi vida sin embargo seguía poniéndome nervioso.
-La verdad iba a mandar a Kureto a buscarte, él te echo, él debe de hacerse responsable. Pero no me malinterpretes, no iba a dejar de dormir porque huiste de casa.
Mantengo la mirada en el suelo.
-Deberías de avisarle a tus hermanos que regresaste. Además de cambiarte de ropa, pareces pueblerino.- me mira con desprecio. La misma mirada de Kureto.
-Solo volví por mis cosas- siento como las palabras se atoran en mi garganta.
-Perfecto, entonces cuando te vayas de nuevo no vuelvas. Eres un irresponsable. Espero que donde te estés quedando te acepten por un buen tiempo.
-El siempre me aceptaría- suelto y cubro mi boca con las manos.
-¿el? - pregunta sombrío - ¿Te estás quedando con «él»?
Callo.
-Responde Shinya- sube un poco la voz pero sigue siendo controlada.
-Si...
-Como si no pudieras quedarte en un lugar mejor.
-Guren es mejor que cualquier otro lugar.
-En ese caso vuelve, me apena que tengas que estar con alguien como él.
-Pues esa persona que tanto desprecias me acepta por lo que soy, no por quien soy- exclamó en un arranque de valor.- el no me dice que tengo que hacer, ni cómo debería de comportarme por ser alguien de clase alta. Gracias a él pude aguantar vivir contigo tantos años.
Su rostro muestra indiferencia.
-Cierras la puerta al salir.- gira y sale de la habitación. Me quedo donde estoy respirando agitadamente, tratando de no pensar en lo que acabo de hacer.

El camino a casa de Guren fue menos divertido, el soltaba bromas de vez en cuando sobre cómo sí parecíamos colegialas o comentarios sobre cómo era mi cara cuando escuche a mi padre acercándose. Solo sonreía como repuesta.
Durante el resto del día lo ayude a revisar unos exámenes de sus alumnos, comimos pizza pero como no tenía apetito el comió más de tres cuartos. Después de acomodar mis pertenecías en un rincón de su cuarto nos quedamos dormidos. Pasadas unas horas me despierto sediento y veo que Guren está sentado en donde están mis cosas. Hojea un álbum de fotos que tengo, no levanta la mirada cuando me arrodillo junto a él.
-¿En serio significó tanto para ti?- apenas le escucho.
-Eres un tonto- río. - Es lo que he estado tratando de decirte por mucho tiempo.
Me mira a los ojos y sonríe. Es una sonrisa que nunca había visto. Como si por fin encontrará la respuesta que no sabía que estaba buscando.
Me levanto para ir por el agua pero se abraza de mis caderas.
-No te vayas...
-Nunca. - acaricio su pelo.
Más tarde le enseño el resto de los álbumes, Guren se detiene a observar cada foto que tenemos juntos con especial interés.
-Siento lo de tu padre, escuche todo, es mi culpa.
-No importa- levanto los hombros en un gesto de indiferencia- No es como si fuéramos muy unidos.
-Puedes quedarte aquí.- dice con la mirada en el suelo.
-Ja, no es como si fuese a preguntarte.
Sonríe.




Nota del escritor
Hemos llegado muy lejos *mira a la distancia* *cae una lagrima* 8 capítulos y más de 2k de leídas, joder. Hacen que me sienta orgullosa.
Creo que tengo una idea más clara de dónde van las cosas así que tal ves falten 1 o 2 capítulo y el final, agarrense o.o . Subiré un capítulo doble hasta el final, será este y un extra.
Gracias por leerme son un amor <3
Hasta entonces
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El chico de los ojos púrpura - GureShinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora