12 CHICOS LOBOS - Capitulo 27

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- El que quieras.

- Dile a Nick que me perdone...

- ¿Qué?

- Tienes que decirle que me perdone, creo que le conté a Kaiser sobre su secreto...

- ¿De qué hablas?

Lucas le retiró el cabello de la cara para descubrir que se había quedado dormida, por lo que ya no quiso moverla. Se quedó dónde estaba, con la chica recostada entre sus brazos.

***

Despertó más tarde, con una terrible resaca. Tenía una migraña muy fuerte, y le dolía todo el cuerpo. Juró que le daría un puñetazo a Kaiser la próxima vez que lo viera por no haberla detenido de beber tanto.

Miró a su alrededor, estaba sola en la habitación. Solo recordaba pequeños fragmentos de las horas pasadas, lo cual le causaba una enorme frustración, ¿Qué tanto había pasado que no recordaba casi nada?

Se levantó despacio, sintiendo como cada parte de su cuerpo protestaba ante tal esfuerzo. Avanzó hasta la pared más cercana, y recargó su cabeza contra la tierra fría, esperando a que el repentino mareo pasara. Se preguntó cómo era posible que a las personas les gustara beber si ese era el resultado. Ni siquiera sintió cuando Chris entró en la habitación.

- ¿Cómo te sientes? – preguntó dándole la vuelta para verla a los ojos.

- Mejor que ayer, supongo.

- No hay nada mejor para una resaca que algo caliente, y una ducha. Ven, Demián preparó sopa, después puedes bañarte.

Erika le dio la mano a Chris, y lo siguió por el pasillo. Estaba sorprendida de que Chris no se mostrara molesto por lo que había hecho. Pero sabía que solo era cuestión de tiempo hasta que recibiera su castigo.

Entraron en la cocina, donde para su mala suerte estaban todos los chicos. De pronto se sintió fulminada por doce miradas, las cuales le hacían agujeros por todas partes.

Divisó un espacio libre entre Sheen y Baco, el cual dedujo era su lugar, y se aproximó a él con la vista clavada en el suelo. Se sentó en silencio entre los dos chicos, mientras éstos volvían la vista al frente como si todo estuviera bien. Fue hasta entonces que se dio cuenta que la habitación se había quedado en silencio desde que ella entró.

Miró a los chicos disimuladamente por el rabillo del ojo. Unos estaban muy serios, pero otros estaban poniendo su mayor esfuerzo por controlar sus risas, entre ellos Baco, quien se sacudía levemente a su lado mientras se tapaba la boca con una mano para evitar que una carcajada se le escapara.

Demián se levantó y fue a la cocina, volviendo enseguida con un plato de sopa humeante. Lo dejo frente a Erika y retomó su lugar en la mesa. La habitación volvió a quedar sumida en un silencio incomodo, mientras los chicos observaban a Erika tomar la cuchara y sumergirla en la sopa.

Miró hacia los lados enfrentando la mirada de todos los chicos, esperando a que captaran su mensaje y dejaran la mesa, ya que ninguno iba a comer, pero lo único que recibió por respuesta fueron algunas sonrisitas burlescas.

Dándose por vencida, levantó la cuchara llena de sopa, le sopló para enfriarla solo un poco, y se la llevo a la boca. Tragó con cuidado y en silencio, disfrutando como el caliente líquido se deslizaba por su garganta. Pero a la vez sintiendo como todas las miradas estaban sobre ella. Definitivamente no era una sensación agradable.

Si comer con Lucas y Demián mientras éstos no hacían otra cosa más que observarla había sido malo, esto era mil veces peor. Pero dado a que ninguno de los chicos parecía ceder, no tuvo más remedio que resignarse. Se preguntó si ese sería su castigo.

12 CHICOS LOBOS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora