Capítulo 28

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- levántate.. - me toman de la manos y me levantan de aquella silla.
Han pasado tres días desde aquella tarde que me secuestraron. Estos dos últimos días Christian no ha venido, así que he pasado con hambre, sed y por supuesto demasiado miedo.
Ayer vino un hombre, me tapo de nuevo los ojos y me reviso los brazos, el cuello y las piernas.

Como estaba vendada no sabia lo que estaba buscando.

- camina.. - me grita un hombre. Empiezo a caminar con miedo, abren la puerta y camino sin ver nada, al fondo escucho que alguien camina, es una mujer, porque suena unos tacones caminar por un pasillo.
Tropiezo en un jarrón y caigo al suelo escuchando como se quiebra el jarrón en mil pedazos.

Escucho que los pasos están cerca de mi y se detiene.

- levántate - me grita de nuevo el hombre.

- esta inútil me dejara sin decoración la casa...- dice una voz de mujer.
Me levanto sola con mucho esfuerzo por la cadenas, apoyo mis manos en el suelo para poderme levantar sin percatarme que los pedazos de jarrón estaban regados, haciendo que entierre esos pedazos en mi mano.
Sacudo mis manos y la extiendo para tocar algo, tocó por fin una pared.

Siento cuando me toman de la mano y abren una puerta.
Sigo caminado hasta chocar con una mesa, y me empujan cayendo en un sillón.

Escucho de nuevo los tacones caminar, poniéndome más tensa en cada paso. Los pasos se detienen, siento como me quitan la venda, aclaró mis ojos para ver mejor.

Miro a una mujer alta, pelo rubio, ojos azules completamente azules, piel blanca, delgada, se mira como de 30 años o menos.
Trae un vestido azul corto y tallado, y un collar que hace juego con sus zapatos.

- con que tu eres Emily Grace Miller... - dice aquella mujer. - creo que no sabes quien soy yo... te contaré una pequeña historia - dice caminado de un lado a otro, enfrente de mi.

Miro que tiene un plato de galletas en la mesa de centro, solo quedan como dos galletas, le presto más atención a las galletas que a ella, muero de hambre y esas galletas son de chispas de chocolate.

- quieres una... - me dice.

- si, porfavor... - le digo emocionada por fin comería algo.

Me mira un rato, y se acerca a las galletas y me da una.

Le doy una mordida, y miró que me esta observando con atención las manos.

Bueno, como no, si estoy hecha un desastre, estos últimos días la alergia a empeorado, tengo los brazos casi morados, tengo unas pequeñas heridas en casi todo el brazo izquierda y en la piernas las tengo rojas y llenas de sangre seca de algunas llagas.

- cuantos años tienes? - me pregunta.

- diecisiete - le digo que en un susurro.

- esa edad tenía cuando conocí a Elliot.. - empieza a caminar de nuevo.

Me sorprendo al oir eso y voy levantando la vista poco a poco hasta mirarla a los ojos.

- yo era la esposa de Elliot... - se acerca al sofá que está justo enfrente de mi - antes que nada, no tengo que ver nada en esto... talvez el destino quiere que te cuente como es Elliot.

El mundo se me viene encima cuando oigo esto.

- me casé con él a los 20 años.. - me muestra la marca que la tiene en la muñeca de su mano derecha. - teníamos la misma edad, y no me importaba en lo que Elliot andaba. Yo.. lo amaba con todo mi ser, pero él no a mi, y me engañaba con cualquier mujer bonita que le pasaba enfrente... él nunca a amado a nadie, y no soy la única que lo dice, si no cada una de las mujeres que han intentado amarlo... tú no serás la excepción.

Mi Peligroso AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora