1. Odio

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Comencé el día con una buena dosis de odio, odio al primer día de clases.

Llegué a la escuela tarde con la intención de tener que soportar menos a los idiotas de mis compañeros, pero daba igual, los vería todos los días durante todo el año.
Entré al salón y no me importó interrumpir, no presté atención a las miradas sobre mí, me senté en el mismo lugar que el año anterior y dí un gran suspiro.

¿Por qué has llegado tarde? - Susurró Eduardo.

Yo... me quedé dormida -Mentí y fingí una sonrisa.

Claro -Sonrío y continuó prestando atención a la clase.

En verdad, no entiendo a éste chico. Sólo le hablo para pedirle la tarea, lo ignoro en cualquier otra situación y aún así se toma la molestia de preguntarme la razón de mi tardanza. Es el más inteligente del grupo pero, ¿por qué me habla? No estoy interesada en él (ni en alguien más) y creo que lo he hecho bastante obvio.

En todo éste periodo escolar compartido, he logrado apartarme de todos.
He decidido esperar con ansias a que las clases lleguen a su fin.

Estoy arrepentida de aquella vez en que le dí la opotunidad a algunos de éstos seres a formar amistad conmigo, noté que eran mas idiotas de lo que esperaba.
Desperdicié tiempo y oídos.

Vamos, soporta ésto un año más.

Dejarás la ciudad y buscarás un algo significante.
Algo que sea merecedor de mi tiempo.
De mis pensamientos.
De ser parte de mí.

Tal vez pueda ser un alguien.
Alguien que comparta conmigo su tiempo.
Sus pensamientos.
Su ser.

Suspiré de nuevo e intenté dormir en una posición incómoda ahí, en mi asiento, con la cabeza apoyada en mi mochila roja que contenía sólo mi teléfono. Me enfoqué en bloquear lo que la profesora decía.

ASESINAND.ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora