Promesa

2.5K 115 27
                                    

Ya hace 3 años que no habia vuelto a pisar este suelo arcilloso y descuidado de la ciudad de Edo. El sol brillaba en medio del día y quemaba la piel de forma cálida, soplaba una brisa fria que refrescaba nuestros rostros. Kondo-san nos adelantaba feliz, con una sonrisa de oreja a oreja diciendo sin parar "Otae-san, Otae-san, Otae-san". Ciertamente habian pasado tres años desde que nos despedimos de Edo, desde que debido a problemas interinos fuimos llamados rebeldes.

Ahora el Shinsengumi finalmente volvia a Edo.

"-Por que nosotros no necesitamos estúpidas palabras de despedida.
Sólo tenemos que medir nuestras fuerzas, como siempre, una última vez.

-Porque no pudimos hacerle ni un rasguño ni tú ni yo. Por eso me volveré más fuerte.

Así que...

No dejes que nadie más te venza antes...

Porque cuando vuelva yo seré quien te derrote..."

Esas fueron las últimas palabras que intercambie con la China, luego de eso fueron golpes, patadas hasta quedar exhaustos, nos dimos una útima mirada y segui caminando hacia el barco que nos llevaria lejos de Edo, lejos de esa guerra civil donde habiamos perdido camaradas, algunos "enemigos" y sobretodo mucha sangre.

Aunque nunca quise dejar el cuidado de Edo a los de la Yorozuya, tuve que hacerlo, porque si ellos no lo harian nadie lo haria.
Al final hace unos meses, nos enteramos por una de las cartas de la mayor de los Shimura que finalmente se habia acabado con la tirania del gobierno titere de Nobunobu y que habia regresado Shigeshige-sama a gobernar junto con Soyo-san dándonos aviso que podiamos regresar a cuidar Edo como antes.

Siendo sincero y aunque mi rostro no lo mostrara, estaba emocionado de volver a Edo, a nuestros patrullajes continuos, a las siestas en medio del trabajo, a servir al Shogun y de mostrarle a alguien cuán fuerte me habia vuelto. Y al parecer todos sentian lo mismo, Hijikata mostraba una sonrisa orgullosa acompañada de su infaltable cigarrillo de nicotina, Kondo-san gritaba "ya vamos a llegar" y "Otae-san" repetidas veces, Yamazaki estaba a un lado escribiendo un extenso reporte -supuse que debia ser todo lo que pasó en este tiempo- y yo mirando en la cubierta del barco el movimiento de las nubes tapando el sol.

Un día así de caluroso ella debia de estar sufriendo, espero que pierda la sombrilla, pensé repentinamente.

Esa chica.

¿Realmente seguiría siendo la misma bestia?

-Hey Sougo llevanos a la Yorozuya, ya todos saben que volvemos hoy, así que Otae-chan estará ahi esperándome. ¡Estoy seguro! -mencionó emocionado Kondo-san mientras sus ojos parecian un par de corazones.

-Deberia bañarse y cambiarse esa ropa, el olor hediondo me está llegando hasta acá Kondo-san.

-No, primero deberiamos ir a comprar cigarrillos. No, mejor al supermercado y comprar muchos, muchos potes de mayonesa, ya se me acabaron las reservas. -dijo Hijikata babeando.

-¿Por qué mejor no te mueres Hijikata-san? o mejor porque no lo dejamos aqui tirado. -dije abriendo la puerta de al lado y pateándolo fuerte hasta que a punto de caer se sostenia sólo de una mano y corria al lado de la patrulla.

-Oii bastardo, ¡maldito seas Sougo! -gritaba el vicecomandante Mayora mientras trataba de subir, desafortunadamente Kondo-san lo ayudó y subió después de unos intentos.

-Maldito, agregaré al Kyokuchuu Hatto que quien me empuje del carro deberá cometer seppuku.

Por intentar matar a Hijikata no vi que frente a nosotros habia una bestia corriendo a toda velocidad y casi chocamos. Era una bestia blanca parecida a un perro gigante, un cabello rojizo amarrado en dos coletas, un traje rojo...

¿China?

-Oii bestia de adelante apártese o comenzaré a disparar.

-Sougo ¿Qué demonios haces?

-Espera ella no es... -y antes que terminara de hablar Kondo-san, tomé mi bazuka y salté fuera del coche y apunté-. ¡Objetivo a la vista!

¡¡¡PPRRRUUUMM!!!

El carro habia chocado contra una pared de al frente y Kondo-san y Hijikata habian ido a volar mientras este último me maldecia.
El misil de la bazuka habia caido al lado de la pared semidestruida de un antiguo puesto de dulces, gracias a que el perro demonio lo habia pateado y así habia sido desviado.

-Idiota ¿Que mierda te pasa? Acaso...

- ¿¿EEEHHH?? -gritamos al unísono al vernos.

-Demonios tenía que ser el maldito sádico, ¿eh? eso significa que...

¡SHOCK!

Habia quedado sorprendido, sin saber que decir, la China plana habia cambiado demasiado en estos tres años, tenia el cuerpo de una mujer, caderas anchas, senos prominentes, incluso habia crecido al igual que su cabello, aunque aún yo seguia siendo el más alto y ella seguia amarrandose el cabello ahora en dos coletas.

-¿Recién te das cuenta, bastarda?

-¡Sadist! ¡Estás aqui! -gritó emocionada mientras venia corriendo hacia mi.

¡PLAAASHHH!

Y si ella venia hacia mi no era para abrazarme o darme una cálida bienvenida sino me habia recibido con un cálido: GOLPE.

-¡Demonios maldita China! Eres tan bestia que no sabes ni decir hola -dije intentando ocultar la sorpresa que habia adquirido mi rostro al verla asi, con esa ropa corta y tan diferente, y más porque ella se habia sentado encima mio.

-¿Te acuerdas lo que dijimos la última vez que nos vimos? -me dijo mientras se levantaba y se ponia en pose de lucha.

-Claro China, verás cuán fuerte me he vuelto. Entonces...

-¡Entonces!

A pesar de cuán diferente estaba, a pesar del tiempo que no nos habiamos visto, seguiamos siendos los mismos rebeldes locos peleando sin parar.
Felizmente estaba viva, así podria enfrentarla sin arrepentimientos.

Porque nosotros no necesitabamos de palabras cálidas o saludos, sólo necesitamos chocar nuestras armas y lanzar golpes midiendo nuestra fuerza.

Así eramos nosotros, y asi nos comprendiamos muy bien.

N/A

Este fic está ambientado luego de que el Shinsengumi abandona la ciudad de Edo por ser rebeldes y vuelven luego de 3 años. Kagura ha crecido y tiene la imagen del inicio de Gintama (2011)
Kyokuchuu Hatto: es el decálogo de leyes del Shinsengumi.

En fin, espero les guste y si es asi dejenme su voto please y me encantaria leer algún comentario, son bienvenidas! :3


YAKUSOKU (Okikagu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora