Luego de un rato de forcejeos, risas y varias caídas, los hermanos Kagamine se pusieron en marcha con sus labores de educación, Len ayudaba a Miku con los idiomas mientras que está le ayudaba con los números y todo lo que tenía que ver con la economía. Ya cansados de estudiar, guardaron todo y volvieron a la cama de la aquamarina con su portátil navegando por YouTube buscando algo para entretenerse.
— ¿Len quieres ir por algo de comer?— preguntó Miku dejando de ver la pantalla del aparato. Su hermano ni se inmutó, sólo se dedicaba a seguir bajando la barra del portátil — ¡Kagamine te estoy hablando!
— Ah, perdón no te escuchaba, ¿decías algo?— preguntó Len confundido. Miku frunció ligeramente el ceño.
Sus padres ya los ignoraban, ahora, que su hermano no le hiciera caso le dolió, mejor dicho le molestó.
— Idiota— insultó la aquamarina levantándose de su cama— Para un rato que podemos pasarlo bien sin que nadie nos moleste o nos diga algo, tú no me haces caso, ¡pues bien! Me voy por comida quedate ahí.
Len al notar que Miku se había enfadado rápidamente la cogió de su cintura y la acostó en la cama. Sin dejarla responder, la abrazó de lado, provocando que ambos corazones latieran rápidamente. Len repartió besos por toda la cara de Miku— sin tocar sus labios—. La aquamarina no podía estar más nerviosa que nunca pero, a pesar de todo, se sentía cómoda. Miku podía sentir una agradable sensación de calor en su pecho.
— Perdoname, sólo pensaba en lo que ha pasado últimamente. Sobre todo cuando dejamos de compartir cuarto.— Se disculpó Len dejando un último beso en la comisura de los labios de Miku— También está lo que papá me dijo.
— ¿Qué te dijo?
— ¡No seas curiosa!— bromeo Len, escondiendo su cabeza en el cuello de su hermana. Vio su pálida piel, algo diferente a la suya, no pudo resistirse y empezó a besar un poco el cuello de Miku, ella reaccionó rápido, su cara se puso más roja que antes e intento apartar a Len pero esté no de dejo. Empezó a mordisquear el cuello de su hermana, dejando varias marcas rojas. Después de morder un poco de su piel pasaba su lengua sintiendo como su hermana se erizaba al sentir el contacto. También soltaba algún que otro jadeo dejando con ganas de más a Len. Quería oír esos jadeos más seguidos, sabía que estaba mal hacer ese tipo de cosas pero no podía evitarlo. Hace mucho que dejo de ver a Miku como su hermana, para Len ella era algo más.
— L-Len para... Si p-papá me ve p-pensará algo malo...
Len rápidamente se separado de Miku, fue tan repentino que cayó de la cama.
— ¿Estás bien?— preguntó Miku arrimándose a la orilla de su cama. Len levanto su cara para ver a su hermana, lo que no cálculo fue la cercanía a la que estaban.
— ¡E-Eh, sí! Estoy perfectamente — afirmó apartando la cara— Sólo tengo hambre.
— Pídele a Gumi que te haga algo.
— ¿Y por qué a ella en específico?— dudo Len levantándose del suelo.
— Esta claro porque Gumi...
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