Capítulo 2

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Ann

No entendía lo que estaba pasando. Me encontraba en una gran colina verde junto con mi hermana Mayte, y unos pájaros empezaban a perseguirnos. Pero no eran pájaros; tenían cabeza de mujer. ¿Qué clase de bicho era ese? No parecía amigable.

Se estaban acercando. Deberíamos correr, pensé. Rápidamente agarré la mano de mi hermana y tiré de ella. Pero no se movía. Estaba como hipnotizada mirando esos pajarracos. Empecé a gritarle que teníamos que correr, que no eran criaturas amables, pero ella no me hacía caso. Lentamente giró su cabeza como una lechuza. Parecía la chica del Exorcista.

Ella no era mi hermana.

Su cara empezó a deformarse mientras que daba vuelta su cuerpo y extendía sus brazos hacia los costados. En ellos empezaron a crecer plumas rojas y naranjas. Sus zapatos se rompieron y pude ver unas garras saliendo de ellos. Subí la cabeza para mirarle la cara y casi pego un grito. En vez de una boca y una nariz común y corriente tenía un pico como...

Como el de esas mujeres-pájaro.

Las mujeres-pájaro.

Miré por el hombro de la que una vez había sido mi hermana y las vi detrás suyo, paradas como ella. Como si esperaran una orden.

Mayte-pajarraco me miró, y chilló. Al instante todas las otras criaturas se abalanzaron sobre mí.

••••

En ese momento me desperté. Sólo fue un sueño. Como siempre. Me giré para comentarle a Mayte lo que había soñado, pero en vez de encontrarla a ella, encontré a un montón de adolescentes mirándome.

¿Qué rayos?

Eché un vistazo a mi alrededor. No estaba en mi casa. Estaba en una especie de... ¿Hospital? No, era más chico que eso. ¿Una enfermería, quizás?

De repente recordé todo. La colina, las mujeres-pájaro como las de mi sueño, el arcoiris, mi hermana...

Mi hermana.

-¿Dónde está?- le pregunté enojada a un rubio seguramente teñido que vestía una bata.

-Hola, soy Will Solace, no sé si me recuerdas.- me contestó sonriendo.

Fruncí más el ceño.

-¿Dónde.está?- pregunté de vuelta, lentamente.

-Ellos son Nico- señaló a un chico medio emo, que me saludó con la mano- y Annabeth- señaló a una chica rubia que me miraba como si fuera un bicho raro.

-Hey, no sé si hablan mi idioma. ¿Dónde.está?- pregunté por tercera vez a esos raritos que seguían mirándome.

-¿Cómo te llamas?- dijo el tal Will, ignorando mi pregunta olímpicamente.

Cansada de que me hiciera oídos sordos, hice un ademán de salirme de la camilla donde me encontraba. Al final siempre terminaba haciendo todo por mi cuenta.

-Wow wow wow. ¿A dónde crees que vas?- dijo el rubio borrando su sonrisa sin dejarme bajar.

-A buscar a mi hermana.- le contesté empujándolo y yendo hacia la puerta. Por alguna razón me dolía una pierna, así que empecé a cojear. Estaba a punto de salir, cuando unas manos me alzaron en el aire y me llevaron a la camilla de vuelta.

Las hijas de IrisWhere stories live. Discover now