Maldición..., se enojará por esto, de seguro se enojará y se detendrá. No, no quiero que se moleste conmigo, no quiero que se detenga. ¿Por qué lo hice?

Me toma de sorpresa el cómo ni siquiera se inmuta por mi acción y se limita a sacar su mano y volver con sus besos a mi cuerpo.

No se enojó, lo cual hace que me sienta mucho mejor.

Mi piel se eriza cuando sus dedos fríos rozan la piel caliente de mi abdomen. Su toque va bajando cada vez más hasta que siento como comienza a jugar con el borde de mi ropa interior. Se me escapa un resuello antes de que pueda detenerlo cuando introduce su mano dentro de ésta.

–Estás tan mojada...–Gruñe contra la piel de mi cuello–, joder...

Sus toques son tan suaves y tortuosos que, combinados con los besos y pequeños mordiscos que imparte en mi cuello y pecho, me provocan sensaciones que jamás hubiese imaginado que se podían sentir... Hasta ahora.

¿Por qué esto se siente cada vez mejor?

El primer día que me tocó se sintió bien, pero no como hoy. El segundo día se sintió cien veces mejor, pero no más que ahora. Quizá sea porque antes no quería hacerlo y ahora estoy convencida de que quiero seguir sintiéndolo, quiero descubrir que hay más allá de esto, quiero conocer ese lugar al que prometió llevarme, quiero averiguar qué se siente estar ahí.

O quizá sólo sea porque antes no había sentido estas dos sensaciones combinadas.

No lo sé, pero se siente tan bien...

Siento como el calor comienza a inundar mi cuerpo y esa sensación en mi vientre que aún no logro descifrar aumenta con cada uno de sus movimientos.

Tengo mis ojos cerrados, sólo porque no creo que pueda mantenerlos abiertos por mucho tiempo.

–¿Te gusta cuando hago esto?– Murmura cerca de mi oído.

Mi espalda se arquea involuntariamente y se me escapa un gemido que no logro callar a tiempo cuando acelera un poco sus movimientos. Muerdo mi labio inferior con fuerzas tratando de callar ese sonido emitido por mi boca antes de murmurar en asentimiento un–: Mhmm.

–¿Mucho?– Inquiere, pero algo me dice que ya sabe la respuesta y sólo quiere divertirse un poco a cuesta mía.

Vuelvo a asentir de la misma forma pero ésta vez agregando un movimiento de cabeza.

Supongo que ahora ya no vale la pena mentir. Aparte de que no quiero que se moleste y vuelva a repetirme que no le gustan las mentiras, yo no quiero mentirle ni me mentirme a mí misma cuando sé perfectamente que disfruto demasiado esto.

El calor que sentía antes se ha intensificado considerablemente. Siento unas gotas de sudor formarse en mi frente para segundos después sentir como se deslizan por mi sien.

Estoy sudando. Esta habitación es muy caliente..., o quizá sólo sea yo.

No lo sé y no me importa mucho en este momento para ser sinceras. Yo sólo me concentro en lo que hace él, en el ritmo de sus dedos que logra coordinar a la perfección con sus caricias y besos.

La sensación de calor aumenta cada vez más haciéndola parecer casi insoportable. Está comenzando a quemar, mucho. Tal como pasó ayer. Justo en este momento se detuvo, sólo espero que no vuelva a hacerlo, sólo espero que esta vez sí termine.

Mi respiración está más allá de lo agitada y por un momento temo que pronto me falte el aire. Siento a algo palpitar justo donde está tocando mientras una especie de electricidad me recorre el cuerpo de pies a cabeza. La sensación es abrumadora, pero no quiero que se detenga.

Teach me math, baby » H.SWhere stories live. Discover now