Teach me math, baby » H.S

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Marylise.

Le tuve que decir a mi mamá que Lilianne me había invitado a una pijamada en su casa, que irían algunas chicas de mi clase, pero que no iría Dalila porque estaba castigada y su mamá no la dejó ir. Tuve que hacer esto, tuve que inventarle toda esta maraña de mentiras para que me dejara estar fuera de casa viernes y sábado. Le dije que sería en casa de Lili y no en la de Dalila porque, muy probablemente, ella llamara a mi tía Sarah para verificar que todo va bien en nuestra "pijamada". Es por eso mismo que le dije que Dalila no iría, para que no intentara llamarla si yo no contesto mi teléfono por algún motivo y ésta le contestara que no estaba enterada de ninguna pijamada.

También le pedí a Lili que estuviera al tanto del teléfono y que, si mi mamá llegase a llamarla (porque tuve que darle su número de teléfono y de casa, si no lo hacía no me dejaría ir), que le contestara que todo iba bien y que no se preocupara.

Ya lo tengo todo listo, he pensado en cada mínimo detalle para que nada falle y terminen descubriéndonos. En verdad, le di vueltas al asunto en mi cabeza toda la noche, repasando mi plan. Sólo espero que todo salga conforme a lo planeado.

Lo único que me falta por hacer es ir a la escuela, y para ello le pediré a mi hermano que me lleve. Hago esto porque, si me lleva mi mamá como lo hace usualmente, ella se quedaría plantada ahí en el auto hasta ver que he entrado y que estoy a salvo dentro de la escuela; en cambio, cuando me ha llevado mi hermano, él deja que salga del auto, se despide y luego se va, sin antes asegurarse si he entrado o no. Por eso es que le pediré a él que me lleve hoy.

Llamo a la puerta de la habitación de mi hermano y, tras escuchar una frase inteligible suya, entro.

— ¿Puedo pasar?— Pregunto, una vez que pasé por la puerta.

—Pues ya entraste— Contesta, encogiéndose de hombros. Ruedo los ojos al cielo y camino hacia él en la cama—. ¿Qué quieres?

— ¿Me puedes llevar a la escuela ahora?

— ¿Por qué no te lleva mamá? Ella siempre lo hace.

Maldición, sabía que diría eso, es por ello que pensé en toda la noche qué le diría.

—Es que ayer dijo que estaba muy cansada y que quería dormir por tres días enteros— En esto no miento, ella realmente lo dijo—. Así que quise dejarla dormir más ahora, se lo merece ¿no crees?

—Sí pero, ya durmió desde las diez de la noche, ya descansó, pídeselo a ella y déjame en paz— Se queja, girándose en la cama hacia el otro lado, dándome la espalda.

—Oliver— Le llamo para que me mire, pero no lo hace—. ¿Quieres que la despierte?— Él no contesta, ni siquiera me mira—. Bien, pero si lo hago tal vez, en el camino al colegio, se me escapa decirle que tú la mayoría de los días llegas a casa tarde y con olor a humo y a hierba... Solo tal vez.

Casi al instante, mi hermano vuelve a girarse en la cama, encarándome.

—No lo sé, a veces no controlo lo que digo y se me salen las palabras, tal vez eso pase hoy.

— ¿Ah, sí?— No contesto—. Pues que curioso, a mí también a veces se me salen las palabras de la boca. Tal vez, cuando hable con ella, se me escape decirle que tú antes no llegabas a casa hasta casi las 6 de la tarde, cuando sales del colegio a las 2— Trago duro y siento que se me va la sangre del cuerpo en ese momento. ¿Qué acaba de decir?—. Y ahora sé que no estabas en casa de Dalila o en la de tu amiga, la del afro castaño.

—Lili no tiene el cabello afro, es rizado— No pude evitar que mi voz temblara al pronunciar la aclaración, debido a la ansiedad que siento por lo que dijo—. ¿Cómo sabes que no estaba con ellas?