Capítulo dos

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Mi cabeza dolía intensamente, un dolor que hizo que hiciera un gesto, no lo podía soportar, el dolor era muy fuerte. No sé cuanto tiempo paso, realmente desperté ¿Cómo lo hice? No lo sé, era algo incierto para mi. Mi vista era borrosa, solo podía ver manchas negras a mi al rededor. Sentía tanta felicidad de haber sobrevivido a aquélla catástrofe. ¡Podría volver con mi madre! Ella debía de estar muy preocupada.

Cuando mi vista mejoro y pude abrir mis ojos completamente me di cuenta que no estaba en mi cuarto o almenos mi casa. Me encontraba en un lugar que nunca había visto en mi vida. Una habitación tan blanca que pareciera que estuviera en el cielo, y ¿Si realmente morí y este era el cielo? Vale, no podía ser posible, o eso quiero creer. La cama era lo opuesto a las paredes, era de un color negro. Deslice una pierna al suelo, de imediato lo eleve a la cama, sentí un liquido, uno muy frío, me puse de rodillas para fijarme que era ese liquido, incline un poco mi cuerpo y con mi mano agarré el liquido llevandolo a mi nariz, olía a agua del mar, lo lleve a mi boca para escupirla, definitivamente era agua del mar, el sabor salado lo confirmaba.

Cuando me baje de la cama el agua llegaba hasta mis tobillos ¿Que clase de lunatico tendría un cuarto así? Camine un poco a la puerta, estaba cerrada.

Me fui nuevamente aquélla cama, esto era un asco, literal, la habitación olía a pescado muerto, el agua en el suelo llegando a mis tobillos no lo hacía parecer mejor.

Me resigne a quedarme sentada abrazando mis piernas a la espera de que alguien llegara.

Mamá estará como loca cuando llegue a casa, primero me abrazara, me dara un monton de besos, dira lo preocupada que estaba y finalmente me regañara, si no me mato la tormenta ella lo hará.

¡Oh por dios! Hice una rima.

Hallie comportate, estas en una habitacion desconocida y te emocianas por que has hecho una rima.—Me reprochó mi conciencia.

—Veo que ya has despertado.

Abri mis ojos alarmada, alce mi vista para ver de donde provenía aquélla voz tan profunda. Era un chico, tenía unos 22 años, realmente no lo sé, yo era bastante mala calculando edades. Era fornido, su pecho estaba al descubierto no pude evitar fijarme en sus 8 cuadros ¡Que chico! Llevaba puesto solo un pantalon que me dejaba ver su Sexy V. Volví a verle a la cara antes de que me descubrirá mirándole así, sus ojos azules, un azul bastante hermoso, como el azul del mar conectaron con mis simples ojos azules que se confundidan con grises. Cuando me vio arqueo una ceja y me dio una sonrida ladeada. Había notado mi mirada.

—¿Quién eres?.—Pregunté al fin. No tuve una contestación rápida, él se quedó en silencio, mi piel se erizo ante su mirada.

—Soy Aldahir, Hallie.—Tragué saliba, él sabía mi norme ¡Joder! Había dicho mi jodido nombre.

—¿Dónde estoy?.—Pregunté.

—Xelfid.

Que nombre tan raro para una ciudad, nunca la había escuchado. Me levante de la cama y caminé hasta la puerta quedando frente a él.

—¿Dónde puedo cojer un taxi?.—Pregunté. Ya quería irme de aquí, incluso ya quería escuchar los gritos de mi madre.

—¿Qué son los taxis?.—Preguntó.

Solté una carcajada, me agarré el estómago que dolia por tanto reír, esto me mataba de risa, menuda broma.

Aldahir me miro con total confuncion, fue cuándo me di cuenta.

—Ou, no estas bromeando.—Murmure parando mi risa.

—No soy un chico de bromas Hallie.—Otra vez dijo mi nombre, tenía el don de poner mi piel de punta, pero solo por que lograba intimidarme y es que su mirada era muy intensa.

—¡Quiero irme de aquí!.—Abrí la puerta que fue cerrada nuevamente por él chico, iba a morir, él iba a matarme.

-Jamás podrás irte de aquí, si vas a la superficie morirás en un instante, tus pulmones han sido retirados por agallas.

Este chico estaba totalmente loco, pero hubo algo que llamo mi atención.

—¿En la superficie? ¿Qué quieres decir con eso?

—Que te he salvado la vida.

—Chico, eres raro.

¿Cambiar mis pulmones por agallas? Este tipo venía del psiquiatra.

—Creo que lo soy, pero te digo la verdad, en la superficie casi mueres, te he dado la oportunidad de vivir pero solo podrás vivir aquí bajo el mar porque si decides irte a la superficie no podrás respirar, jamas volveras hacerlo.

—¿Estás queriendo decir que me convertí en un pez?

—Algo así.

Lleve mis manos a mi cabeza despeinando un poco mi cabello, todo comenzaba a darme vueltas.

—¿Estoy en la Atlántida?.—Pregunté. Aldahir Se le enchinaron los ojos como seña de que se estaba riendo de mi pregunta, de mi.

—Atlántida no existe, es un mito.—Respondió entre carcajadas.

—Pero Xelfid es completamente real.—Rodé los ojos.

—Como quieras, no me creas

¿Ciudas bajo el mar? ¿Qué sigue? ¿Ciudad bajo el  chocolate? Bueno eso no sería tan malo, seguro la ciudad sería destruida por una amante del chocolate como yo.

Tenía que irme de aquí, así que me dirigí nuevamente a la puerta rogando para que "Aldahir" no lo impidiera, lo cuál agradecí por que no lo hizo. Abrí la puerta, mis ojos no podía creer que era lo que estaba observando, una ciudad en ruinas y algunas personas que la habitaban pero no fue lo que más me sorprendió. Pude a observar a una persona nadando ¿Como lo hacía? Esto nunca lo había visto, me sentía nerviosa. Hasta llegue al punto de alterarme.

—¿Qué es eso?- Pregunté señalando con mi brazo desquisiadamemte.

—No me lo creías Hallie y aquí esta tú prueba.—Mascullo señalando la ciudad submarina.

Los chicos caminaban y nadaban, mierda estaba alucinando, hasta podría jurar que vi a Nemo, me estaba volviendo loca. Me quede estupefacta ante tal paisaje, aunque era una ciudad en ruinas era como un paraíso debajo del mar,  caminé lentamente hacía él ojiazul , pero cuando este volteó me miro de una manera extraña, sonidos muy raros empezaron a sonar y de pronto......

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