» Ella es digna.

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Tantas veces ella se lo había imaginado, en su regreso a la Tierra, volviendo con ella, y ahora que lo tiene al frente — con su capa roja y su traje asgardiano — le parece irreal.

Cuando Jane confirmó que Thor, — su Thor — estaba ahí con ella, se abalanzó sobre él para abrazarle. Thor dejó caer el mjolnir al suelo, el cual causó un sonido sordo en el impacto pero que ambos dejaron pasar. Thor la atrapó en el aire, envolviéndola en sus grandes y fuertes brazos. Se tomó su tiempo para disfrutarla, oler su aroma, e inclusive besarle el cuello. Cosa que estremeció a Jane y la hizo reaccionar.

Ella se separó de Thor algo brusco, luego le abofeteó haciendo que el dios nórdico girara la cabeza por el golpe, un Thor muy confundido le miró de mala gana.

— Lo siento — se disculpó la chica — yo sólo quería saber que eres real.

Thor juntó las cejas un momento, después asintió comprendiendo el asunto.

— Es razonable — comentó Thor dándole la razón — pero...

— ¡Mami! — una voz femenina se escuchó, causando que el asgardiano dejara su frase incompleta.

Una pequeña niña de tres años de edad, de cabello rubio un poco oscuro, de ojos azulados como el océano, estaba escondida detrás de una pared, viendo a la pareja. Vistiendo una pijama de una sola pieza, un trajecito azulado, con la silueta de relámpagos amarillos, estampados en el.

Su expresión era de miedo, y como no lo tendría, si un hombre totalmente extraño — para ella — estaba en su casa a mitad de la noche, vistiendo con ropas — que en lo que va de su vida — jamás había visto.

— ¿Mami? — habló Thor sin dejar de ver a la niña.

La pequeña se sintió intimidada ante la mirada del rubio, por lo que escondió su cara detrás de la pared, de vez en cuando, sacaba la cabecita para saber si el hombre que está ahí, la seguía mirando. Y para cuando confirmaba que Thor aun la veía, se escondía de nuevo.

— ¡Mami! — Gritó la pequeña, desesperada.

Jane pareció reaccionar al fin, fue hasta donde la pequeña se encontraba escondida y la cargó en brazos, la niña abrazó con fuerza el cuello de Jane, aferrándose a ella como si la vida le dependiese de ello.

Thor se acercó a las dos.

— ¿Mami? — Volvió a preguntar él.

Thor a paso lento se acercó a ellas, una sonrisa intentaba aparecerse en su rostro, pero la confusión que sentía se lo impedía. El asgardiano levantó la vista hacía Jane, buscando su mirada. Los enamorados se miraron fijamente y Jane asintió respondiendo a la pregunta hecha por el rubio, momentos atrás.

Thor dio unos pasos hacia delante, enfocó su vista en la pequeña niña rubia y le sonrió, pero ella no podía verle pues tenía el rostro escondido en el cuello de Jane.

— Cariño, alguien quiere saludarte — le habló Jane a la pequeña. La niña levantó la vista hacia su mamá – Esta bien, te caerá bien.

La rubiecita miró a Thor con miedo, sin embargo el asgardiano le sonreía ampliamente.

— Hola dulzura — habló Thor.

— Hola — respondió la niña aun tímida.

— Mi nombre es Thor — dijo el asgardiano y a la niña se le abrieron los ojos más de la cuenta.

— ¿El verdadero? — preguntó y Thor soltó una risa sonora. — ¿El Thor del que mamá me cuenta sus historias antes de dormirme?

Las mejillas de Jane se pusieron coloradas. Thor tenía ganas de besarla.

ELLA ES DIGNA » THOR. Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt