¿Erin me trae a casa en coche después del instituto y yo salgo en secreto con Justin después? ¿En qué narices estaba pensando?

—¿Qué dices? — me pregunta Justin al teléfono.

—Las cosas son diferentes ahora que ha vuelto. No puedo seguir quedando contigo y hacer como si no pasara nada. No es justo para ella.

—¿Estás diciendo que no podemos vernos nunca? ¿O solo en el instituto?

—Nunca.

—Hasta que lo sepa.

—Justo.

—¿Y qué me dices de cuando lo sepa?

—Entonces no tendremos que seguir escondiéndonos.

Agarro la Bola Mágica y la agito. Pienso una pregunta: «¿Estará bien Erin?». La Bola Mágica responde: PARECE QUE SÍ.

—Mira —Escucho que Justin se cambia el teléfono de oreja —. Sabes que quiero decírselo en persona. Veré si quiere quedar conmigo mañana cuando vuelva a casa.

—¿Vas a ir a su casa?

—Estaba pensando en quedar con ella en The Fountain.

No digo nada. ¿Cómo puede querer llevarla allí? Ese es nuestro sitio...

—¿Lani?

—Estoy aquí.

—¿Qué pasa?

—¿Por qué tienes que ir allí?

—No tenemos que ir a ningún sitio.

—Pero decías que querías decírselo en persona.

—Y quiero hacerlo. ¿Dónde se supone que deberíamos ir?

La verdad es que tendría que darme igual. Puede decírselo en The Fountain si quiere. Es solo que no quiero imaginarme esa escena de Justin contándoselo a Erin cada vez que vayamos allí a por un helado.

¿Por qué me estoy volviendo tan loca con esto?

—No, está bien — le digo —. Vayan a la heladería.

—Todavía no le he dicho que quedemos. Quizá no quiera.

—Y, entonces, ¿qué?

—Entonces tendré que decírselo en el instituto.

—Pero para eso faltan dos días.

—De acuerdo. La llamaré y le preguntaré si podemos vernos mañana por la noche.

—¿Estás seguro de que no te importa contárselo? Porque yo podría...

—Sí. Tengo que hacerlo yo.

Después de colgar, se me ocurren un montón de ¿y si...? ¿Y si Erin quiere volver con Justin? ¿Y si se lo pide? ¿Y si él se siente mal y vuelve con ella? ¿Y si no puede contarle la verdad sobre nosotros?

Cuando suena el teléfono, me sobresalto. Es Justin otra vez

—Eso ha sido rápido — le digo.

—Me ha colgado.

—¿Qué?

—Sí. Ni siquiera he podido preguntárselo.

—¿Qué ha dicho?

—Nada. Cuando ha oído que era yo, ha colgado.

—¿Vas a intentar llamarla otra vez?

—¿Para que vuelva a colgarme? Me parece que no.

—¿Y ahora qué?

—Puedo probar a mandarle un mensaje. Pero dudo que quiera verme.

—Dile simplemente que tienes que hablar con ella. Que es muy importante.

—Querrá saber por qué.

—Entonces supongo que tendremos que esperar hasta que empiece el instituto.

Esto es un lío. Acabo de decirle a Justin que no podemos vernos hasta que Erin lo sepa. Pero creo que no voy a poder aguantar dos días para verlo. Aunque supongo que no hay mucho que hacer al respecto. No puedo decirle a Erin que Justin quiere hablar con ella. Querrá saber para qué. Y no puedo contarle lo nuestro porque Justin insiste en que tiene que ser él quien se lo diga.

—Bueno... — dice Justin—. Entonces supongo que te veré en el instituto.

—Sí. Nos veremos allí.

Dos días parecen una eternidad. No sé cómo voy a sobrevivir hasta entonces. Lo único en que puedo pensar es en lo bien que me siento cuando estamos juntos. Simplemente con estar a su lado y besarlo, sé que nada puede separarnos.

Excepto, quizá, la cruel realidad.

{Erin en multimedia}



El novio de mi mejor amiga.Where stories live. Discover now