Zero (I)

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{DANIEL}

- Vale, es mi turno. Soy Daniel Ruelas. Tengo cuarenta y dos años y soy adicto a las tragaperras- digo secamente.
- ¿En serio alguien puede gastarse tanto dinero en esa mierda cuando puedes gastártelo en miles de cosas mejores?- dice Tony.
- Calla- le ordena Marge-. La próxima vez que interrumpas a un compañero, sales de la reunión.
Tony pone los ojos en blanco y se queda callado. Ese joven es un niñato malcriado, odio a las personas como él, que se quejan de todo.
- Y bueno...- sigo hablando-. Actualmente estoy soltero y no quiero ninguna relación de momento. Soy empresario y estoy muy centrado en mi trabajo. Algún día me convertiré en alguien importante, estoy destinado a hacer grandes cosas y soy de los que cuando quieren algo, no paran hasta conseguirlo.
- Pues ya puedes darte prisa, se te pasa el arroz, viejo- me escupe Tony.
- ¡¿Puedes callarte de una puta vez?!- le grito al joven, levantándome de mi silla-. ¡Eres un niñato que no sabe nada de la vida, así que eres el menos indicado para hablar!
- ¡¿Tú que sabrás de mí, abuelo?!- me grita Tony, alzando la voz por encima de la mía.
- ¡Parad, los dos!- ordena Marge y tras una mirada de odio, vuelvo a mi sitio-. Ahora vamos con los cuatro que quedan y mañana pasaremos a discutir las adicciones de todos porque he de adelantar un poco la sesión por determinados problemas. El siguiente, tú.

{RAFAEL}

- Buenas tardes, soy Rafael Sanchez- me presento con mi ronca voz y todos me saludan. Les sonrío amablemente y sigo mi discurso-. Tengo veinticinco años. Soy basurero y estoy soltero. Me encanta mi vida salvo por el problema por el que estoy aquí hoy. Yo no quiero, os juro que no quiero, pero no puedo, no puedo resistirme a ello.
- ¡¿Pero puedes decir ya cual es tu adicción o vamos a estar esperando a que nos hagamos viejos?!- se queja Tony y Marge lo vuelve a callar de nuevo, raro es que no lo haya expulsado ya. Tal vez Marge es como yo, que piensa que seguir dando oportunidades es algo bueno y de lo que se aprende mucho en la vida.
- Vale, voy al grano. Soy adicto a la heroína...- suspiro cabizbajo.
- ¡Weee! ¡Eso sí que es una adicción! ¡Otro que me cae bien!- exclama Tony.
- No tienes por qué avergonzarte de ello- me dice Marge, pasando totalmente de Tony.
- Lo sé, si estamos aquí es porque a todos nos pasa algo parecido pero aún así es vergonzoso...
- ¿Cómo empezaste con la heroína?- me pregunta la presidenta.
Es buena... sabe justo lo que preguntar, es capaz de mirar a través de la persona y averiguar muchas cosas. Normal, es psicóloga.
- Tengo un gran problema y es que no sé decir que no- admito con un suspiro-. Así empecé, me ofrecieron, intenté negarme pero siguieron insistiendo y al final acepté. Soy tonto, lo sé...
- Mucho- se ríe Tony y Marge lo mira mal.
- Para nada- me consuela Marge-. Suele pasar. Hay muchos ejercicios para aprender a decir que no, además de para dejar la heroína. Mañana empezaremos con esos detalles. Ahora vamos con los tres últimos. ¿Tony, quieres ser tú?
- No, yo quiero ser el último- dice el joven.
- Está bien pero no interrumpas. Si quieres hablar levantas la mano. Te concedo una última oportunidad, así que aprovéchala. ¿Quién ahora?
- Yo- se ofrece una jovencita que no para de mover el pie en un tic nervioso y me fijo en que Tony la mira demasiado, demasiado descarado.

{PATRICIA}

- Hola, soy Patricia López, tengo veinte años y mi "adicción"- digo esto último entre comillas- son las tecnologías...
Alguien se ríe, el chulo y prepotente de Tony, pero enseguida se calla tras la mirada de Marge.
- Perdón- se disculpa el chico, conteniendo la risa.
- Soy una friki de la tecnología, lo admito. Soy muy curiosa, siempre quiero saber más y más. También me fijo en muchos detalles insignificativos que otros no ven. Además, soy capaz de empatizar con cualquiera, por no hablar de...
- Vale, lo pillamos- me interrumpe el otro joven, creo que Johnny-. No creo que eso sea una adicción, ni mucho menos un problema...
- Sí que lo es. Soy muy hiperactiva, siempre tengo que estar haciendo o aprendiendo algo y eso me trae muchos dolores de cabeza- les explico.
- Coincido con Johnny- dice Tony-. No creo que se le pueda llamar adicción a eso, simplemente deberías descansar más.
- ¡No puedo! ¿Es que no lo entendéis? ¡No puedo quedarme quieta! ¡Apenas duermo!- les digo y suena el móvil de Marge. Esta rechaza la llamada en un segundo y me mira.
- Eso tiene fácil arreglo pero lo discutiremos mañana. Lo siento chicos, pero hoy tengo un poco de prisa, así que los siguientes, id directo al grano y no os vayáis por las ramas- pide Marge y le da la palabra a otra chica mayor que yo.

Apocalipsis ZeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora