5

8.8K 794 448
                                    

  Un gran dolor de cabeza despertó a Dylan. Estaba seguro de que alguien le martilleaba el cráneo solo por diversión o algo así y, para empeorar la situación, el sol brillaba afuera, sus rayos golpeándolo directamente en la cara a través de la ventana. Claro, olvidó cerrar las cortinas.

  Un segundo... ¿Por qué olvidé cerrarlas?, pensó, encontrando extraño que algo que solía hacer cada noche antes de ir a dormir, no lo había hecho ahora.

  Cerró los ojos y refunfuñó debido al terrible dolor que sentía en sus sienes. Con los párpados todavía cerrados, intentó tomar el cobertor para cubrir todo su cuerpo tal como si se tratase de una armadura que lo protegía del horrible y brillante sol; pero cuando sus manos hallaron la tela, esta se desplazó hacia la derecha al mismo tiempo que el colchón se hundió de ese lado, y no fue él quien se movió. Abrió los ojos y frunció el ceño, preguntándose qué diablos estaba pasando.

  Al girarse, apoyándose en un codo, vio una espalda desnuda, piel pálida con algunos lunares repartidos por toda la zona. Sus ojos siguieron el cuello del muchacho hasta encontrarse con una cabellera rubia, desastrosa y bastante conocida. Entonces, se dio cuenta, y no sabía con certeza cómo reaccionar. ¿Debería entrar en pánico? Quizás. ¿Debería despertar a Thomas y fingir que nada sucedió, para después pedirle que se vaya o algo así? No, de seguro él recordaba cada detalle, además, sería un poco estúpido pedirle que se vaya si todo lo que Dylan quería hacer era disfrutar de ese momento.

  Se reacomodó y observó la espalda de Thomas mientras enredaba sus dedos con suma delicadeza en la cabellera del muchacho, esperando no despertarlo y arruinar el momento. Era exactamente lo que él quería: Thomas durmiendo plácidamente en su cama, despertar a su lado y la habitación en un silencio total. Su dolor de cabeza había desaparecido al momento de notar cuán contento se sentía.

  ¿Tuvimos sexo?, se preguntó a sí mismo y arrugó el entrecejo. Luego, el pánico estuvo de vuelta y se recostó boca arriba con los ojos fijos sobre el techo.

  ¿Y si Thomas no quería acostarse con él? ¿Y si él también estaba borracho? Bajo los efectos del alcohol puedes hacer locuras como bailar desnudo, decir cosas sin pensar o dormir con tu mejor amigo, así que Dylan no se sorprendería si Thomas le dijera que fue un error. Tampoco estaría muy sorprendido si tuviera que mentir sobre lo sucedido y decir que no le significó nada, de esa forma los dos podrían simular que nada pasó, incluso si muchas cosas pasaron, todo por el bien de su amistad.  

  Lo peor de todo era que Dylan no recordaba demasiado. Todos sus recuerdos se hallaban dentro de una nebulosa y era como ver imágenes a través de una ventana empañada, la cual no lograba limpiar. Estaba seguro de que habían hecho algo. Tal vez se besaron o... O tal vez tuvieron sexo, pero de tan solo intentar recordar, su jaqueca regresó y empeoró. Se sentó en la orilla de la cama por unos minutos, decidió ponerse un par de bóxers limpios y una vez cerradas las cortinas, para su gran alivio, permaneció de pie al lado de la ventana, observando a Thomas desde ahí.

  El muchacho no se había movido, ni siquiera un poco, y el cerebro de Dylan no podía estar más intrigado. Bueno, quería ser optimista respecto a la situación, aunque en lo único que pensaba era el peor de los casos: Thomas rechazándolo. No, ese no era el peor. Thomas diciéndole que es asqueroso o algo similar gracias al hecho de que durmieron juntos y quizás que tal vez él no es gay o bisexual... o ni siquiera ve a Dylan como una excepción. Sin embargo, Dylan veía a Thomas como una de las más grandes excepciones que alguna vez había hecho, y siquiera fue algo que decidió.

  No, él no es así, se recordó a sí mismo dentro de su mente. Él no haría nada de eso.

  Dio media vuelta y justo cuando iba a salir de la habitación, el colchón crujió y la voz ronca de Thomas lo hizo parar en seco bajo el umbral de la puerta.

El alcohol es algo gracioso↠ dylmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora