Capítulo 6

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Sí.

Aún sigue siendo lunes por la mañana y yo sigo en esta universidad.

La segunda materia era biología. La profesora no había dicho su nombre ni nada sobre ella. Era de ese tipo de educador que siempre va directo al grano. Según ella, haríamos un repaso de todo lo que vimos en la secundaria y luego entraríamos en el mundo de la Biología Celular.

Fascinante.

Recordé varias de mis clases de cuando cursaba Medicina en mi antigua vida. Yo sabía todo a la perfección, me encantaba poder hablar del cuerpo humano como si fuera arte: algo que admirar. Varias de las cosas que deduje sobre el organismo de un vampiro fueron gracias a esta materia. Desde luego, son puras teorías. No sé nada con certeza.

¿Alguien podría explicarme qué tiene el cuarteto?

Sólo había pasado una clase y un desayuno... Al parecer eso bastó para que estuvieran rodeados de chicas. Varias los flanqueaban, les hacían comentarios innecesarios y ridículos y se iban. Al parecer se estaban volviendo populares mientras yo sólo había llegado a entablar una conversación con mi compañera de cuarto.

Intenté durante toda la clase hablar con alguna chica pero ninguna parecía querer charlar conmigo. Me di cuenta después de un rato, que la mayoría había formado un grupo entero guiado y gobernado por Evelyn.

Maldición. ¿Y sí las había puesto en mi contra?

Sólo quedaba la chica esa llamada Lydia, que si no estaba chupándole las medias a Don, estaba charlando con todos los chicos que se le acercaban. Me sentía solitaria.

Estaba completa y absolutamente enojada conmigo misma. ¿Cómo rayos podría conseguir un grupo social antes de que acabara este primer día? Porque sabía que si no lo hacía ahora, no lo haría luego. Al terminar la clase me puse de pie y atravesé el mar de pupitres. Este salón era común y corriente. Nuestras clases irían cambiando de salones, con respecto a la disponibilidad de aulas. Habría materias en las que haya un salón fijo.

Antes de salir, en la puerta, Lydia tropezó conmigo.

—Oh, lo siento linda. —Dijo con alegría. Era genuina y pude notarlo.

—No te preocupes. —Le dije.

Éramos las que decidieron salir al final. Esta era mi oportunidad.

—¿Tu nombre es Lydia, cierto? —Cuestioné.

—Sí, un gusto. ¿Cómo es tu nombre?

—Gala.

—Lindo nombre. —Repuso.

Una bandada de chicos, supongo que de otro curso, nos pasaron por al lado silbando y gritando piropos obscenos. Ambas les sonreímos instantáneamente. Lydia lo notó al igual que yo. Quizás era porque ese era el mecanismo de defensa que aplicábamos. La sonrisa era pura pantalla, por dentro me dieron ganas de asesinar a cada uno y estoy segura de que a ella también.

—Hombres... —Soltó ella, en forma de "son un caso perdido".

—Son como perros sin correa... —No medité lo que dije. Fue como si su actitud hiciera que la verdadera Gala olvidara sus obligaciones de permanecer en el papel.

—Me robaste la palabra de la boca. —Sonrió. —¿Qué tenemos ahora? ¡Estoy exhausta!

Le sonreí y revisé la foto del horario en mi móvil. Caminábamos por los pasillos. —Creo que tenemos Química.

—Genial. —Dijo ella con entusiasmo. Yo hice una mueca. —¿No te gusta? —Negué con la cabeza.

—Puedo ayudarte si quieres, yo amo todo lo que tiene que ver con la materia. Era una nerd ridícula cuando iba a la secundaria.

Frenético I: La Misión©Where stories live. Discover now