1. Pequeño retroceso, ¿el origen?

12.3K 931 171
                                    

Bien, les contaré cómo fue que descubrí mi "don". Cuando tenía 10 años, mis padres me llevaban a un parque cerca de casa todas las tardes, y de pronto un día, vi a un grupo de niños rodear a un pequeño niño —más chico que aquellos niños—.

Me molesté y le dije a mis padres que ellos se caerían de todos los juegos a los que se subieran como su merecido, mis padres sólo sonrieron.

—Es muy tierna.—le dijo mi padre a mi madre

—¿No harán nada?—les pregunté histérica

—No nos corresponde, cariño.—contestó mamá

—Es injusto, y si tú tampoco ayudas también recibirás tu merecido—le "advertí"

Nadie le teme a una niña de diez años, por lo que mi madre me hizo caso omiso.

—Sigue jugando y no comiences con tus rabietas, Karma.—me reprendió

—El auto se va a descomponer como su merecido.—fue lo único que dije y me fui a jugar a otro lado

Un rato después, el pequeño niño se me acercó con unos cuantos golpes.

—Son muy malos.—dijo

—Lo sé, por eso es que se caerán todos los juegos a los que suban.—le sonreí y me observó confundido

—No entiendo.—dijo y señalé a uno de los otros niños

Uno de los que le dio pellizcones se encontraba en el suelo llorando porque se había caído de un columpio. El niño me miró con horror.

—¿Cómo hiciste eso?—me preguntó impresionado

—Yo no lo hice. Mis padres dicen que todo lo que hagas se te regresa y se le llama Karma, como me llamo yo.—le respondí sonriente

El se limitó a sonreír.

—¿Quieres ir a jugar a los columpios?—preguntó y asentí

Corrimos hacia los columpios, y ahí platicando, vimos como uno a uno de los demás niños se caían. Sabía que no era bueno reírme de ellos, pero no podía evitarlo al ver la cara de alivio de aquel niño.

Mi padre me llamó y dijo que era hora de irnos, me despedí a duras penas del niño y fui corriendo a donde estaban mis padres.

—¿Por qué no enciendes ya el auto, John?—le preguntó mamá a papá

—No arranca, también creo que se ponchó una llanta.—dijo confundido

—No digan que no les advertí que recibirían su merecido con el coche.—dije peinando a mi muñeca y volteé a verlos

Se miraban mutuamente con obvia confusión, después me dijeron que iríamos caminando para platicar.

Bajamos del auto y papá lo cerró bien, para que no le fuese a pasar algo más.

Íbamos caminando, yo al medio de los dos y cada uno tomaba una de mis manos.

—¿Cómo supiste que recibiríamos nuestro merecido con el auto?—preguntó mi madre

—No lo sabía, sólo lo dije. Al igual que lo de los brabucones, cada uno de ellos se cayó.—les respondí tratando de evitar una sonrisa que de todas formas se asomó por mis labios

—¿Lo dijiste y se cumplió?—preguntó papá

—Síp, al igual que puedo decir que ese niño de ahí podría volar diez minutos.—dije sin pensar lo que decía señalando a un niño del otro lado de la calle

Ellos rieron y negaron con la cabeza. Avanzamos unas dos calles y, de repente, papá y yo vimos al niño en el aire pasando arriba de nosotros. Sonreí.

—¿Viste eso?—le preguntó papá a mamá

—No he visto nada, ¿de qué hablas, John?—cuestionó confusa

—El niño... pasó volando sobre nosotros.—contestó y mamá rio

—Qué cosas dices, vamos, ya casi llegamos. Está por anochecer.—dijo apresurando el paso

Tardamos unos diez minutos más en llegar a casa, pero llegamos. Recuerdo que esa noche papá me leyó un cuento y después comenzamos a charlar mientras mamá se daba un baño.

—Entonces, caperucita pudo irse feliz a casa con su madre. Fin.—terminó de leer y di un corto bostezo

—Karma, ¿tú sabías que podías hacer eso?—preguntó

—¿Bostezar?—pregunté confundida

—No, linda.— rio —Hacer que las cosas que quieras que pasen, sucedan.—aclaró

—Oh, eso... no. Yo no lo hago, es el karma como mamá y tú le llaman.—contesté

—Entonces, ¿no tenías idea que podías hacerlo?—cuestionó

—No, papá.—respondí

—Está bien.susurró bajito —Buenas noches, linda. Descansa.—me dio un beso en la frente

-Descansa, papá.—dije y vi cómo salía por la puerta

Apagué la lámpara de mi mesita de noche y me abracé a un peluche que tenía ahí conmigo, cerré los ojos y me quedé profundamente dormida.

Minombre es Karma, y literal, soy el karma en persona.    


Karma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora