UN DÍA

614 54 5
                                    

Para muchas personas, el amor no es nada más que decepciones y corazones rotos. Tanto hombres como mujeres deciden cerrarse a los demás por miedo a ser lastimados. Pero el amor puede traspasar hasta la más fuerte barrera, también puede llegar en el momento menos esperado y mas inoportuno. Esto no fue diferente para un par de niños, quienes confundidos por sus sentimientos, fueron separados para siempre. O eso creían, ya que todo puede suceder en un día.

El menor de edad se encontraba llorando en una silla alejada de los demás estudiantes, odiaba ser tan sensible y esta era la razón por la que los demás niños lo molestaban.

"Pareces una niña, lloras por todo." Una voz bastante aguda se burló. "¿Por qué lloras tanto?" Preguntó ladeando su cabeza.

Hyunseong levantó su pequeña cabeza para mirar a quien había llegado a molestarle, limpió su rostro con la manga de su chaqueta y sorbió por la nariz. Un niño un poco más bajo que él se encontraba allí enfrente, sonreía cálidamente. Hyunseong lo recordaba, él chico se burlaba todos los días de él, pero no era de una forma malintencionada, más bien, el otro chico se burlaba de él intentando hacerlo reír. Como todos los días, llevaba dos almuerzos. "Minnie, ¿Por qué me molestas todos los días?" Preguntó el pequeño Hyunseong, no eran palabras duras, más bien, intentaba hacerle saber al menor que sus bromas lejos de serles molestas, le eran algo tontas.

Jeongmin se paró al lado del mayor. "Porque... uhm, somos amigos." Él menor en estatura y en edad se las arregló para hablar mientras intentaba subirse en la silla, verdaderamente era muy bajo. "Es como cuando te burlas de que soy bajito, todos los días." Dijo saltando por quinta vez a la silla y fracasando miserablemente. Dió un suspiro de frustración. Seguiría intentando subir a esa condenada silla todo el día si era necesario.

Pero no lo fue, Hyunseong tomó la mano de Jeongmin ayudándole a subir. "Lo digo porque es cierto Minnie, eres muy bajito." El mayor soltó una risita. "Pero aún así te amo." Sonrió de tal forma que sus ojos se cerraron por completo. Ahora dos medias lunas adornaban su rostro.

Jeongmin encontraba esto demasiado lindo. "Yo también te amo hyung." Respondió inocentemente. Le entregó el segundo almuerzo a su amigo y ambos empezaron a hablar.

Más tarde la vida les enseñaría que aquellas palabras no se usaban en vano.

"Mami, ¿Por qué debemos irnos?" preguntó el pequeño niño, mientras abrazaba un oso de peluche. Tanto él como su mejor amigo tenían el mismo oso.

Su madre, quien iba conduciendo, se giró sólo un momento para mirar a su hijo menor. "Seonggie, papá ha conseguido un mejor trabajo en otro país." La aún joven mujer volvió su mirada a la carretera.

"¿Minnie puede venir con nosotros?" Preguntó nuevamente el menor. Le hacía mucha esperanza el invitar a su mejor amigo a su nuevo hogar.

Su madre frunció el ceño. "¿Minnie? ¿Quién es ella?" Su hijo no solía tener amigos y mucho menos niñas.

Hyunseong abrazó aún más fuertemente a su oso. "Él es mi amigo, yo lo amo." Habló inocentemente el menor. Jugaba moviendo sus pies.

Su madre casi choca el automóvil. "¡Tú no puedes amar a otro niño, Hyunseong! ¿Estás loco?" La mujer casi gritó. "Y no, Minnie no puede venir." Sentenció.

Los ojos de Hyunseong se llenaron de lágrimas. "¡Pero Mami! ¿Qué va a hacer él sin mí?" Lloró agachando su pequeña cabecita. Jeongmin necesitaba la ayuda de Hyunseong para todo. "Él necesita subir a la silla mami, sólo yo lo ayudo a subir a la silla." Él explicó, creyendo que su mamá daría vuelta y volvería por Jeongmin.

Su madre esta vez no le prestó atención. Siguió conduciendo hasta que llegaron al aeropuerto.

Allí Hyunseong se bajó del automóvil junto con su madre. "¡Mami, no me despedí de Minnie! ¡Mañana él iba a traer mi comida favorita por mi cumpleaños!" El pequeño niño caminaba de la mano de su madre. En la otra mano llevaba el oso.

ONE SHOTS ☆ j,s ☆Where stories live. Discover now