De mi sangre, a tus ojos (Yaoi)

Cap. 2 Quien?

Mientras todavía miraba para fuera del instituto iba caminando hacia atrás, alejándome de la entrada.

-Chico, así te caerás -Comento un profesor haciendo que me diera la vuelta de nuevo.

Entre en el institutos y me sentí aliviado, nada mas haber traspasado el portón del instituto me sentí mejor pero ahora era como si ya pudiera respirar tranquilo.

Aun agotado de haber corrido subí hasta mi clase, aún estaba vacía, me había adelantado mucho, pero lo agradecí, nadie me vería en un estado tan lamentable. Me deje caer en mi sitio que estaba justo al lado de la ventana, cruce mis brazos sobre la mesa y oculte mi cabeza en ellos esperando que las clases terminaran pronto para poder volver a mi habitación y estar completamente tranquilo, sin el ruido de la gente, sin malas sensaciones, solo yo, y a ver si conseguía algunos folios para poder dibujar y abstenerme de las cosas.

Las clases fueron pesadas, pero era lunes, no se le podía hacer nada. En cuanto toco el tiemble para que saliéramos de clase todos corrieron a la salida sin importarles que afuera estuviera lloviendo, todos habían traído paraguas, todos menos yo.

Observe durante un rato como la lluvia no dejaba de caer, pero parecía que no iba a parar nunca, al haber clase de tarde ahora mismo parecía que en nada ya seria noche cerrada, y me dio miedo que se hiciera de noche antes de que pudiera llegar al orfanato, no quería estar en la calle cuando ya fuera de noche así que aun con la espesa lluvia que caía empece a correr.

Conocía un camino que era un poco mas corto ya que pasaba por el medio de un parque, como quería llegar lo antes posible seguí intentando correr bajo la lluvia mientras atravesar el parque, se me estaba haciendo eterno, hasta que mi cuerpo no aguanto mas y me pidió parar, yo seguí caminando mientras jadeaba de agotamiento, odiaba no ser bueno en los deportes.

-Ya te cansaste de correr? -Pregunto una voz a mis espaldas.

Era una voz de hombre áspera y cortante, cuando lo escuche no pude evitar pararme en seco, tenía miedo de darme la vuelta pero otra vez empece a sentir el agobio de que alguien clavaba su mierda en mi nuca, ese hombre era el que me había estado siguiendo todo el día.

-Que pasa? No quieres saber quien soy? No te vas a dar la vuelta? -Comento poniendo un pequeño toque cínico en la voz.

Haciendo caso a sus palabras me gire sobre mis talones y le vi la cara, era un hombre más alto que yo, con un tono de piel natural, ni muy blanco ni muy moreno, y una larga cabellera anaranjada que recogía una coleta dejando caer algunos mechones en su frente, sus ojos eran completamente grises, pero era un gris claro que casi hasta asustaba por que se perdía un poco entre el blanco de los ojos, su ropa estaba tan mojada como la mía, llevaba tonos oscuros que no sabia diferenciar muy bien por la falta de luz.

-Quien eres? -Pregunte a la vez que intentaba que no se notara cuanto miedo tenía.

De alguna forma este hombre intimidaba tanto como el del callejón de sábado, pero su mirada era peor, no me daba confianza, solo miedo y ganas de correr por mi vida, pero estaba agotado y empapado, aunque el solo estuviera empapado estaba claro la ventaja que tendría sobre mi.

-No necesitas saber mi nombre -Empezó a hablar al cabo de un rato de silencio-, pero has sido un mal chico, te has metido en el territorio que no debías junto con un "colmillitos". Por ti lo dejaría pasar, pero tu amiguito me interesa, si me dijeras donde encontrarlo.

-No se a que te refieres -Conteste con toda la franqueza del mundo, no sabia a lo que se refería.

-No te hagas el tonto, tienes un olor muy distinto al que e notado en el resto de humanos, es demasiado fácil reconocerte. Ahora dime donde encontrar al colmillos.

-Pero no se quien es ese "colmillos" ni se donde dices que he estado!

-Sábado noche, un callejón, una mujer muerta, un hombre que dejó su olor y el tuyo por todo el lugar, te suena? -Contestó al fin para arrojarme algo de luz al asunto.

No me lo podía creer estaba preguntando por el asesino de la chica, y aun por encima se creía que yo era cómplice!

-Oye! Yo no he hecho nada! Solo estaba caminado por la calle y me encontré con ese tipo, ni siquiera se quien es! -Conteste a la vez que empezaba a retroceder y a notar mi cuerpo temblar de frío y miedo.

-No sabes quien es? -Pregunto de nuevo.

-NO! Yo no quería estar ahí en ese momento, no quería ver morir a la chica! Ni siquiera fui capaz de ayudarla!

Yo seguía retrocediendo al mismo tiempo que recordaba esa horrible noche, el noto que yo me movía y empezó a moverse a mi mismo paso.

-Y por que te dejo vivo entonces? -Pregunto ahora acelerando los pasos para empezar a alcanzarme.

Yo no pude ni responder, el miedo y la adrenalina me hicieron correr directamente, intente con todas mis fuerzas atravesar rápido el parque y conseguir librarme de el pero me fue imposible, me adelanto antes de que yo pudiera llegar a la salida del parque y me hizo girar a la derecha adentrándome entre el conjunto de árboles que estaban por ahí.

Seguí corriendo con todas mis fuerzas pero de repente empece a notar como el soltaba pequeñas risas de vez en cuanto, como si fuera divertido. Genial, me acababa de encontrar con otro psicópata y no había huido cuando tuve oportunidad.

En un mal momento tropecé contra una rama y caí de lado contra el suelo, sentí un gran golpe en la cabeza y empece a ver como todo se hacía más borroso de golpe.

Escuche unos golpes, el grito de alguien, como si le acabaran de herir, y antes de perder por completo el conocimiento pude ver a un hombre de pelo rubio acercarse a mi corriendo.