Siete Demonios [Saga Siete # 1]

Nathaniel Darkness

POV Nathaniel Darkness.

Nueve años atrás.

8 años

—Nathaniel, ¿Quieres acompañarme al mundo mortal? —Preguntó Mamá, sonreía hacia mí con dulzura, correspondí su sonrisa mientras asentía enérgicamente, mamá tomo mi mano y me guió a la salida.

Amaba el cielo azul, jamás lo diría en voz alta debido a todas las restricciones que tenían los que eran como yo.

—¿Dónde estamos? —Pedí, estábamos en una calle pintoresca con un parque al frente, cruzamos la calle.

—New Orleans.—Informó ella, el parque estaba lleno de niños jugando por ahí, mamá se sentó en una banca blanca, en ella había un hombre, tenía los ojos verdes, cabello castaño y la piel oliva además de tener un tatuaje de una ballesta en su muñeca derecha, un cazador, alertado mire a mamá, ella se veía tranquila.

—Hola.—Saludó mi madre con una sonrisa amable, el hombre la miro con reconocimiento antes de sonreír.

—Deborah tiempo sin verte, ¿Este es tu hijo menor, eh? —Saludó el hombre—Mucho gusto, Dean Crossbow.

Mire la mano del hombre, mire a mi madre quien asintió, extendí mi mano, el tal Dean la estrecho.

Mamá me tocó el hombro.

—Nathaniel Darkness.—Susurre, el hombre se veía amable o al menos eso aparentaba.

—Digno nombre de un príncipe, tengo una hija de más o menos de tu edad...—Cometó el hombre mirando hacia los lados buscando a alguien antes de chaquear los dientes.—Ha de estar con su hermana.

Asentí, me quede al lado de mi mamá.

—Ves a jugar con los demás niños.—Me mandó mamá, me dispuse a caminar, me adentre en la parte del parque donde habían más árboles.

Encontré un estanque para patos, había una niña pequeña y andrajosa tratando de ahogar a otra niña, la primera era obviamente un espectro.

—Deja eso.—Dije acercándome, la niña andrajosa me miró.

—Vete—Gritó, me acerque y con brusquedad la empuje, las palmas de mis manos se marcaron en su piel, el espectro desapareció.

Saque a la niña, estaba inconsciente pero viva, corrí por mi mamá, ella y el hombre de inmediato corrieron a ver.

La niña era la hija del hombre por lo que rápidamente busco a su otra hija y la llevaron a la clínica.

—Tienes un gran hijo.—Le había dicho Dean Crossbow a mi madre antes de que cerraran las puertas traseras de la ambulancia.

***

15 años

Reino de los Demonios

Palacio del Monarque

—¡No lo hare! —Vocifere levantándome y golpeando con mis palmas la mesa, Álainn a mi lado se sobresaltó.

—Nadie ha pedido tu opinión, siéntate.—Indicó mi padre con los dientes apretados, lo mire a los ojos, pero los suyos era demasiado demandantes por lo que no obtuve más remedio que sentarme.

—Nathaniel...Yo...—Empezó Álainn, rodé los ojos, esa estúpida solo pretendía estar cohibida, conozco lo mala que es, como no le interesa nada el rango de mi padre.

—Tú cállate.—Le mande con saña.

—Nathaniel esa no es la manera de tratar a tu prometida.—Se mofó Freya, mi hermana permacía en la habitación solo para burlarse. 

—El ambiente no es el mejor.—Habló la madre de Álainn, Fiona, otra vieja estupida que es solo una busca fortunas.

—Tú lo has dicho.— El Duque padre de la estúpida habló concuerdo a su esposa, ese es otro peor, pero supongo que mi padre sabe como manejar esas larvas, es una lastima que sea usandome a mi. 

—Aun así, el compromiso se efectuara a los dieciocho años de edad.—Habló mi padre con fastidio.

Al terminar de comer con toda a incomodidad, me levante de mi asiento bruscamente y me fui a mi habitación.

En mi habitación cerré la puerta, me gire para encontrarme cara a cara con Álainn.

—Deberías ser más considerado.—Habló ella girando la cabeza a un lado, sus labios pintados de morado oscuro se curvaron en una sonrisa malvada.

—Si no sales de aquí te tirare por la ventana.—Me cruce de brazos, ella hizó un puchero y empezó a llorar de mentira.

—Pero Nathan, ¿Por qué no puedes quererme? —Chilló pataleando, puse los ojos en blanco.

—Me das asco.—Dije antes de tomarla por el brazo y sacarla de mi habitación, le cerré la puerta en la cara, duro.

—¡Me las pagaras, Nathaniel estúpido Darkness! —Gritó ella del otro lado de la puerta

Tendría que casarme en tres años con la Estúpida De Álainn Anges

***

16 años

—Estas Exiliado del reino de los demonios, si te atreves a desobedecerme serás encadenado en las fosas del infierno—Dictó mi Padre, los carcelarios me tomaron de los brazos.

Alexander no se dignó a mirarme a los ojos, menos mi Padre.

—¡Padre!¡No puedes hacerme esto!¡Padre! —Grite, los carcelarios me arrastraron, me dejaron en medio de un desierto, sin habilidades, despojado de todo, como un débil humano.

Me tomo cinco días salir del desierto, sin comida o agua, no moriría, pero sufriría.