Capítulo 16

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No entiendo lo que acaba de suceder, no lo entiendo y me frustra el simple hecho. ¿Qué he hecho? ¿Qué acaba de suceder? ¿Qué paso con él? Sólo recuerdo que huyó con lágrimas en los ojos. 


Joder, esto duele demasiado. Siempre odie sentir este dolor, no como aquella vez.

Le di una ultima patada a Karuma, frustrado. Aun con el dolor que sentía salí del callejón me encamine a mi casa. Habían pasado una media hora desde que salí del instituto cuando llegue, deje mis cosas en la entrada y escuche las voces de mis padres, los cuales por fin hablaban tranquilamente. Aunque eso parecía una buena seña, lo mejor era que me escabullera en mi cuarto.

Antes de empezar a subir mi padre me vio, fijándose en los moretones que ya empezaban a aparecer y la sangre.

- ¿¡Que hiciste ahora!? - Exclamó.

Mi madre apareció en ese momento, y al mirarme se cubrió la boca sorprendida, seguramente, por las , pintas que llevaba. Olvidando un momento el dolor corrí escaleras arriba y me encerré en mi cuarto, cerrando con pestillo. La puerta empezó a temblar en ese instante por los golpes de mi padre.

- ¡Abre la puta puerta en este instante!- Golpeo de nuevo.- ¿¡Que haces ahí parada como imbécil!? ¡Tráeme las jodidas llaves! ¡Es para hoy!

Mis músculos se tensaron cuando escuche las llaves en la cerradura. Debía salir de ahí ahora, pero no tenia muchas vías de escape que digamos. Mire la ventana, sabiendo que era mi única opción. Y salte.

- ¡Daiki!


Kai

Han pasado dos días desde que vi a Daiki por ultima vez, no sabia nada de él. Estaba realmente preocupado, mi ultimo recuerdo de él era ahí de pie, muy golpeado, gritándome y yo escapando. ¿Por que nos complicamos tanto la vida? No me había atrevido a llamarle en todo ese tiempo y Jared me había dicho que tampoco ha ido a entrenar. Me sentía como un estúpido, pero a la vez lastimado... pensar en como corrí luego de mi torpe rabieta me hacia sentir peor. No tenia derecho a enojarme, mas encima Daiki estaba herido y yo no me quede a ayudarlo. Que idiota soy.

Estaba por empezar la ultima clase por lo que fui a buscar mis libros a mi casillero. Todos parecían murmurar alguna nueva noticia, y escuche un grupo que estaba lo suficientemente cerca como para entenderlos.

- ¿Vieron como apareció? Estaba con vendas en sus brazos y con un montón de moretones en el rostro.

-Ya decía yo que al ser tan frió se metería en mas que alguna pelea.

-Si, pero que aparezca de esa manera es poco común en Daiki, por lo que uno alcanza a ver.

Él había vuelto.

Intente no prestarles mas atención, por lo que me concentre hasta lo imposible para solo pensar en los trabajos que debía hacer y las cosas que debía sacar para la siguiente clase.

- Kai.- 

Sentir su voz fue una sorpresa, me tomo con el guardia baja y di un pequeño brinco, dándome la vuelta. Daiki estaba frente mio, con las manos vendadas y con moretones en el rostro, pero uno parecía mas reciente que los demás. No fue hasta ese momento que me di cuenta que los murmullos se habían reducido, seguramente para poder cotillear luego de lo que suceda.

- Daiki...-

- Yo...- Pareció dudar un momento, pero me miro directamente a los ojos.- Lo siento.

Antes de poder salir de mi desconcierto y responder, él ya se estaba yendo por el pasillo.

Tocaron la campana para ir a clases, despejando el pasillo y yo me había quedado ahí de pie, en blanco. Daiki vino a disculparse y yo solo me quede como imbécil. Y ya era hora de que empezara a reaccionar en mi vida.


Daiki

Al caer evite prestarle atención al dolor y corrí a la calle, alejándome de aquella casa. No hice más que vagar por las calles hasta el día siguiente. 

¿Qué debo hacer ahora? Acabo de arruinarlo todo. Mi padre me encontrara de todos modos y me hará pagar por escapar de él, pero... sino no lo hago le hará daño a mi madre y eso no lo puedo dejar pasar, no otra vez.

Pensé en todo aquello que había hecho, en como me deje llevar y ahora como debo afrontarlo. Debo dejar de huir, debo dejar de que los demás sufran por mi culpa.

Volví a casa a la tarde y encontré a mi madre. Ella no dijo ninguna palabra y se acerco a mi para colocar sus manos en mis mejillas y observarme con tristeza.

- ¿Cómo estás? - Fue lo primero que dijo.

- Estoy bien...

- ¿Tienes hambre? Si quieres te cocino algo. Ve a tu cuarto, en un minuto subo - Ella se coloco en puntillas y beso mi frente.

Subí a mi cuarto en silencio y me senté al borde de la cama. Mi madre apareció con un boquitín y empezó a limpiar mis heridas.

- ¿Qué te sucedió? - Me preguntó ella.

- Unos imbéciles querían vengarse por haberles ganado en el campeonato de natación - Contesté. 

- ¿Les ganaste? 

- Claro. - Dije.

Mamá sonrió: - Bien, ahora debo vendarte.

- Él no necesita que lo vendas, ni menos que lo cures - Dijo mi padre en la entrada de mi cuarto. Se acerco a mi con la intención de golpearme, pero mi madre se interpuso. 

- No le hagas daño - Dijo ella con la voz temblorosa.

- Apártate - ordeno. 

- No.- Dijo ella.

Mi padre levanto el brazo para golpearla, pero yo lo detuve.

- No te atrevas - Amenacé. 

- ¿Quién eres para decirlo? - Sonrió él con amargura y se soltó de mi agarre - Sólo eres un imbécil hijo de una inútil.

Y esa fue la gota que derramo el vaso. 

Lo golpee en el rostro y él se lanzó encima mío. Mamá gritaba, implorando que nos detuviésemos, pero no lo hicimos. Él me golpeo repetitivas veces en el rostro dejándome aturdido, estaba a punto de perder la conciencia por la veces que me golpeaba. Mamá le lanzó encima de él abrazándolo del cuello.

Él se levanto del suelo intentando quitarse a mi madre de encima y, cuando lo logro la lanzó hacía la pared. 

- Eres una perra... - murmuraba él entre gruñidos. - No entiendo como sigo casado contigo, eres una inútil. 

Me levante del suelo y lo golpee en la cabeza haciéndolo caer. Lo golpee, hasta dejarlo inconsciente. 



Corazón de hieloWhere stories live. Discover now