Stay Strong (Sterek•Mpreg)

Chapter Ten

La noche era fría oscura y tormentosa, nunca le agrado tanto ese momento amaba más que nada la noche, ya que le tenía recuerdos bien preciados, nuevos recuerdos, pero esa noche en especial la odiaba, estaba en el callejón donde conoció a aquel hombre que le había ofrecido más vida, una nueva vida para empezar y para mejorar, vio su reloj de muñeca ya iba a ser media noche y no aparecía nadie, bufó frustrado esperaba algo mas puntual, sabía que su libertad y salud corría peligro, pero no le importaba debía de salvar a Deaton e irse con el devuelta a donde Stiles y Jackson.

El callejón se iluminó haciendo que entrecerrara sus ojos debido a la cantidad de luz, vio la entrada encontrando un coche negro y frente a esta había una figura media regordeta y baja.

–Esto será lo mejor Derek.

–Lo que proviene de ti nunca sera lo mejor.

–¿A si?, pues yo no diría eso, mirate nada mas, tienes mas fuerza que antes tus sentidos son mas desarrollados que lo de cualquier persona, y ni que decir que vivirás una vida tranquila.

–Me convertiste en una bestia.–rugió mostrando su verdadero rostro.–¿Ves esto?, tu lo has hecho yo tan solo quería vivir más, que eliminarás el cáncer nada más.

–Pero ahora es una persona mucho mejor, muchos darían cualquier cosa para obtener lo que tu tienes.

–Yo se los daría si pudiera, me hubiera gustado mucho más nunca haber confiado en ti.

–Es una lastima.–un sonido metálico le llamó la atención, vio el suelo encontrándose una pelota de metal rodando hacia el.–Ya no tendrás a quien ayudar, veras que todo es mucho mejor cuando veas el mundo, con mis propios ojos.–la pelota dejo unos agujeros libres donde empeso a salir humo, el cual le afectó en demasía viendo todo borroso.

–¿Que es...?.

–Se le conoce como acónito, a pesar de que te convertimos, sirve bastante como si fueras uno nacido.–el hombre sonrió.–Es un veneno pero tranquilo no es mucho tan solo te dejará inconsciente.–cayó de bruces al suelo, vio al frente viendo como su vista se cubría de manchas negras.–Descansa Derek, lo necesitaras.–río el hombre.

–Gerard....

Antes de siquiera hacer algo se sumió en la total inconsciencia.

                       (...)

Estaba sentado en el porche con su pequeño en su regazo, un día y ya quería que Derek volviera. Se había encariñado mucho con él, puede que ninguna de sus facetas le recordara a su difunto esposo, pero la sobreprotección y el cariño con el que veía y cuidaba a su hijo, lo iso recordar, pero no se había colado por el por que le recordara a Jackson. No claro que no, tan sólo sintió como algo nuevo se encendía y sabía que el luto que le había guardado a su pareja había sido mucho.

–¿Papi cuándo volverá el señor?.

–No lo se cariño.–murmuró meciendo la banca en la que estaban.

–Me agrada mucho.

–A mi también.

–Anoche soñé con papá. –hablo el pequeño.–Me hablo de ti papi.–Stiles lo vio con una sonrisa.

–¿A si?.–el pequeño asintió.–¿Y qué te dijo?.

–Dijo que le agradaba el señor, y que estaba bien si a ti te hacia feliz.–abrió sus ojos sorprendido, el pequeño giro su rostro y lo vio interrogante.–¿Qué quiso decir con eso?.

–Eso...

Vio como la puerta del granero se había abierto, y juro ver una sombra pasará hacia atrás, bajo al pequeño y entró a la casa en busca de la escopeta, en cuanto salió vio a su hijo.

–Quédate dentro, si pasa algo ve a tu habitación y llama al abuelo ¿si?.–el pequeño asintió y entro a la casa.

Suspiro y camino hacia el granero, en cuanto entro reviso que no hubiera nazi entre la paja, al no ver nada salió y fue a la parte trasera encontrando un bulto en el suelo.

–Oh dios... ¿puede oírme?.

–Agua...

–Joder joder joder, ¿puede caminar?, por favor ¿me oye?.–el hombre en el suelo asintió.–Muy bien le ayudare a caminar.–puso la escopeta en su espalda y se acuclilló tomando un brazo del hombre y pasándolo por sus hombros, el hombre se paró y ambos fueron caminando hasta la casa.

Stiles dejó al hombre en el sofá y este se callo a todo lo largo, Stiles fue a la cocina y llenó un vaso con agua fue a la sala y  ayudó al hombre a sentarse.

–¿Papi?.

–No pasa nada cariño.–con cuidado le dio el agua al hombre el cual bebió poco a poco.–¿Se encuentra bien?.–dijo al ver que el hombre abría sus ojos.

Se separó un poco viendo como el hombre se incorporaba un poco.

–Si muchísimas gracias.

–No hay de que, ¿que le sucedió?.

               
                      (...)

Abrió sus ojos desorientados estaba en una sala, sabia que estaba oscuro y agradecía que su visión hubiera mejorado, intentó mover sus manos pero no pudo, vio que estabas estaban atadas levantó su vista al ver que la puerta se abría.

–Veo que ya despertastes.

–¿Que crees que haces?.–gruño mostrando ahora sus filosos dientes.

–Ya te dije que experimentaría contigo.–dijo y dejo la pequeña lámpara que llevaba.–Veremos cuantos voltios eres capaz de soportar.–sonrió mientras giraba una manilla, Derek rugió al sentir los volteos que atacaban su cuerpo, sabía que ya no podría cumplir con la promesa que le había dicho a Stiles, ya no.

   
                    (...)

–Debes de prometerme algo, pase lo que pase no le creas a nadie que venga por aquí.

–¿Por que?  ¿Que sucede?.

–La gente que me sigue es peligrosa, temo que vengan y les hagan daño, no confíes en nadie, ni por mas que se esté muriendo, sera una mentira.

Abrió sus ojos sobresaltado, salió de su habitación rápidamente y fue a la de su hijo, suspiró aliviado al verlo dormir tranquilamente, iba a entrar cuando vio que la cama se movía, iba a prender la luz de la habitación pero la lamparita de noche se encendió, dejo de respirar al ver al hombre que había ayudado.

–Fue demasiado fácil el poder colarme en esta propiedad.–sonrió.–Tienes un hijo precioso..–hablo acariciando la mejilla del menor.

–¡No lo toques!.–chillo.

–Shhhh, no grites lo despertaras, aunque... tu también tendrías que estar durmiendo.–sonrió malicioso, entró a la habitación pero antes de llegar a tocar al hombre algo le tapó la boca y la nariz.

Sintió una mano en su cintura que le imposibilitaba moverse más, pataleo y arañó la mano que tenía el pañuelo en su boca y nariz, por desgracia no pudo aguantar más la respiración por lo que aspiro sintiéndose mareado y viendo como toda la habitación se desenfoca.

Vio al hombre que estaba en la cama de su hijo sacando un celular.

–Ya está hecho señor, regresaremos...

Fue lo único que escuchó antes de caer inconsciente.