Amunet ; [afi]

Encuentro →

En auto había sido casi una hora de viaje pero poco le importaba a Ashton, debía encontrar a la chica de los audios y decirlo todo lo que le había transmitido con solo escuchar su voz y aquellos ridículos consejos que le parecieron fascinantes.

No podía explicarse ni a él mismo todas las sensaciones que sentía en aquel momento o que es lo que estaba haciendo pero nunca se había permitido ser así de espontaneo y estaba feliz por ellos.

Miro la casa por un par de minutos y se rasco la nuca con nerviosismo mientras que con la otra mano sostenía el CD que había guardado en una caja de una de sus películas compradas en la calle.

La puerta se abrió y al ver a la joven que había salido supo que algo estaba jodidamente mal con él.

Había gente que estaba semanas conociendo a alguien para poder enamorarse pero Ashton solo tardo quince segundos y ella no le había dicho ni una sola palabra, solo sonrió en su dirección y espero a que él hable primero.

— ¿Amunet? —su voz sonó como si lo estuvieran ahorcando y ella asintió, mirándolo con intriga —No soy George, eso es obvio, pero... mierda, vas a creer que estoy loco y encontré este CD en la plaza —La chica sonrió ampliamente y dio un paso hacia adelante —Bueno, George y Amunet suena mejor pero puedo asegurarte que si me das la oportunidad de conocerte puedo ser mejor que él porque si no supo valorar esto y lo dej... —paro de hablar en cuanto ella comenzó a reír.

— ¿Por qué estás hablando mal de mi hombre? —Aquella voz son a sus espaldas y él se dio vuelta alterado.

Una anciana lo miraba con los ojos entrecerrados.

—Abuela, puede que haya perdido la copia de tus audios para el abuelo en la plaza que está cerca del campus y también puede ser que este adorable muchacho lo haya encontrado —Ashton quiso meter su cabeza bajo tierra.

Le había declarado a la hermosa chica que quería algo con su abuela.

—Yo... —La anciana soltó una risita y se le pusieron los pelos de punta, era ella.

—Solo estoy bromeando, pasa —La mujer sonrió cálidamente hacia él y lo hizo pasar.

—Perdón, fue todo un mal entendido —sintió sus mejillas arder y aclaro su garganta.

—Abuela, a tu edad sigues enamorando chicos ¿Cómo lo haces? Yo no tengo ni uno —la chica de cabello castaño bufo y su abuela movió los brazos, en una especie de baile.

—Este muchachito está loco y no es por mí, puedo verlo —Ashton desvió la mirada de la castaña y miro con curiosidad las fotos que estaban colgadas de la pared.

Amunet junto al que Ashton suponía que era George.

Amunet con un vestido de novia hermoso, con velo y todo.

Amunet junto a George y una pansa hermosamente grande.

Amunet con un bebé en sus brazos en una camilla, con una sonrisa de cansancio notoria pero aquel brillo de felicidad estaba en todas las fotografías que había en la pared.

Amunet junto a una mujer, que parecía ser la madre de Amunet N°2 y ella con una niña de no más de cinco años, que le faltaba un diente, en sus brazos.

—George escucho mis cintas y vino, con la misma expresión que tenias tu en el momento que viste a mi nieta —La mujer había estado divagando sobre distintos temas por veinte minutos y luego se concentro en contar la historia de amor que tenia con su esposo —Luego de dos años nos casamos, tuvimos a Loren y seguimos felices, criando a nuestro pimpollo —soltó una risita y Ashton apretó sus labios en una fina línea —Loren tuvo a Amunet cuando termino su carrera, comenzó a viajar por trabajo y falleció en un accidente cuando mi nieta solo tenía seis años —la castaña se tenso a su lado y él sin previo aviso, tomo su mano y le dio un apretón —Dos años después perdí a mi hermoso George, él nunca supero la muerte de Loren y no puedo esperar para juntarme con él nuevamente —Amunet levanto la mirada y sonrió en dirección a su nieta —Pero solo le pido a dios que me lo cuide, hasta que mi bella damita este en los brazos correctos —paso su mirada a Ashton y él miro incomodo la taza de té que tenía enfrente suyo.

—Abuela, ¿Siempre tienes que hacer sentir incomoda a la gente? —se removió incomoda en su lugar y suspiro.

— ¿Estas incomodo, futuro esposo de mi nieta? —Ashton se atraganto con su propia saliva.

—No, no lo estoy —hablo aun tosiendo un poco.