Capítulo 26: Mucho dolor

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-Que solitario está esto, ¿no?

Blas se extrañó. Eran alrededor de las siete de la tarde y ninguno de los que visitaron Sevilla había vuelto.

David se encogió de hombros y colocó otra carta en el castillo de naipes que estaban haciendo. Pero a quien querían engañar... Estaban muy aburridos.

-Ya aparecerán, tranquilo. Carlos se habrá metido en alguna tontería.

Blas asintió y siguió con lo suyo. Desde la otra mesa, Magí, Juan y Luna los observaban.

-Que gustito estar aquí sin gritos ni tonterías...

Magí se masajeó la nuca. Le encantaba la sensación de relajación.

-Si es que en el grupo teníamos que estar nosotros solo... Somos los más normales.

-Claro Blas... Seguro que sí.

-O sea... -David se mordisqueó el labio-. Es raro, pero cómo que echo de menos a Carlos y sus tonterías...

-Ssh... ¡No lo digas! -le gritó Magí.

-¿Por q...?

-Porque con sólo nombrarlo aparece.

-Por favor, no digas tont...

Se abrió la puerta de la autocaravana y Carlos entró, riéndose a carcajada limpia. Todos fulminaron con la mirada a David.

Carlos se acostó en el sofá sin parar de reír. Todos lo miraron, extrañados.

-Este chico no es normal...

Entonces entró Sofía. Estaba tan roja como un tomate y parecía enfadada.

-Sof, ¿sabes qué le ha pasado a...?

-No, y tampoco me interesa.

Lo dijo seca y subió las escaleras. Nadie le pudo preguntar nada más.

-¿Alguien ha vuelto normal de Sevilla?

Fue preguntar Blas eso y se volvió a abrir la puerta. Esta vez, eran Álvaro y Dani. Todos fliparon.

-Álvaro, tío...

-¿Qué demonios te ha pasado? -Magí se levantó.

-Prefiero no hablar del tema.

-Pero por favor... Te está sangrando la nariz... ¿Qué ha ocurrido?

-Dani, cuéntaselo tú. Yo no tengo ganas.

-¿Dani?

El rubio suspiró.

-A ver, es que estábamos paseando y Carlos, Álvaro y yo hemos visto al novio de Sofía con otra chica.

Todos los miraron sorprendidos.

-¿Y qué pasó?

-Pues que mientras Dani trataba de que no se les viera, Álvaro y yo tratamos de que no lo viera.

-¿Y qué pasó?

Se acomodaron en el sofá donde se encontraba Carlos.

-Que pobre de mí... La besé.

-¡¿Besaste a Sofía?!

-Oh... Sí. Lo hizo.

-No os podéis ni imaginar lo que se cabreó.

Asintieron. Se lo podían imaginar, por el estado de Álvaro.

-¿Y el novio se enteró?

-¡Qué va! Dani hizo un estupendo trabajo alejándolo de allí, y bueno... -a Carlos le volvía a entrar la risa-. Álvaro también consiguió despistarla.

-Mira, niño. La gracia, la justa. Si te llega a pasar a ti y te quejas durante ocho años...

-Cierto...

-Pobrecito... Si es que Sofía se ha pasado tres pueblos.

-No, si ya lo sé. Encima que la ayudo, para que no sufra, me pega un puñetazo.

-Oye, ¡es verdad! ¡Yo lo tengo grabado!

-Espera... ¿cómo que lo tienes grabado?

-Pues sí. Es que aún me lío con el palo selfie y sin querer le di a hacer vídeo, en lugar de foto.

-Yo quiero verlo... -Blas puso morritos.

-Por favor, no... -Álvaro se estrelló la cabeza contra un cojín.

-Miradlo.

Todos menos Álvaro observaron la pantalla del móvil. Cuando Dani salía para evitar que lo viera Sofía y cuando se ponían para una foto y acababan besándose.

Y luego, lo ocurrido después. Como Sofía se separaba, lo miraba y le pegaba un puñetazo.

-¡Au! Eso me ha dolido hasta a mí.

-Blas, esto es para mayores. No deberías ver el contenido adulto.

Carlos recibió un cojín de parte de Blas.

-Si que está cabreada...

-Mira, que haga lo que quiera. Yo he tratado de que no se pusiera mal. Allá ella.

-Cierto. Ahora lo más importante es que te pongamos hielo en la nariz. No vaya a ser...

-Magí, intentes lo que intentes, esta noche en el concierto se va a notar igual.

-Igual tienes razón. Lo mejor es que nos vayamos yendo al concierto.

-¿Y el hielo?

-Has dicho que no hacía falta -Magí se encogió de hombros.

Álvaro frunció el ceño, pero se dirigió él mismo a la cocina a por una bolsa de hielo para la nariz.

En la habitación de Sofía...

¿Por qué siempre la misma historia? Álvaro le gustaba, ella misma lo había admitido, pero lo que había pasado... No sabía que pensar. Álvaro la había besado de sopetón, sin ni preguntar.

Y lo peor, delante de Carlos y Dani. Ambos habían estado flipando, casi como ella.

-¿Diga?

Su mejor amiga contestó al segundo tono.

-Tía, tengo un problema enorme.

-Al habla. ¿Qué ha pasado?

-Pues...

-¿Tiene que ver con Álvaro?

-Sí...

-Cuentame, pequeña. ¿Qué ha pasado con él esta vez?

-¿Qué que ha pasado? Que me ha besado, eso ha pasado.

-¿Te ha besado? ¡Eso es genial!

-No, no lo es. Quiero recordarte que estoy con José.

-Olvida a ese idiota. Ahora sigue contando lo del beso.

-Pues estábamos Dani, Carlos, Álvaro y yo paseando por Sevilla y Carlos nos ha pedido que nos pusiéramos para una foto. Nos hemos puesto Álvaro y yo, y sin previo aviso, va y me besa.

-Pues yo le daba un premio nobel, no sé tú.

-Pues no, Ángela, no. Es cierto, me gusta, pero no quiero nada con él. Menos si sigo con mi novio.

-Pues corta con él. Es muy fácil.

-No sé ni por qué te llamo. Para que me digas lo mismo siempre, a la próxima llamo a Lisa, que al menos me escucha.

-No, cielo. Lisa te diría lo que quieres oír, y eso no es lo que necesitas. Me necesitas a mí y a mis súper golpes de realidad.

-Tengo que dejarte.

-Prometeme que lo vas a pensar.

-Ya veremos... Adiós...

Sofía colgó,más confundida que antes. Sabía lo que sentía, pero no le daba la gana admitirlo.

Cogió el ordenador y miró la agenda de Auryn en la pagina web.

Próxima parada: Lanzarote.

De gira (Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora